Carlos Arenas: "La II República creció sobre el criterio de que el sur era insalvable"

historiador

El historiador Carlos Arenas.
El historiador Carlos Arenas. / El Paseo

18 de septiembre 2025 - 06:00

LA FALACIA DEL MILLONARIO Y EL GARAJE. Referente como profesor del Área de Historia e Instituciones Económicas de la Universidad de Sevilla, Carlos Arenas (Sevilla, 1949) ha publicado más de cincuenta títulos relativos, entre otros, a la industria y la minería andaluza o la historia del trabajo. En El Estado pesebre (El Paseo), Arenas expone los mecanismos de la depredación secular de las arcas públicas, desde los señoríos medievales hasta los fondos buitres.

–Tras leer este libro es difícil tragarse lo de triunfar en un garaje.

–Especialmente en este país, donde ha habido una supeditación continua del Estado a las élites: lo que antes eran los parientes del rey, ahora son las puertas giratorias; con conductas como la de Montoro, que ya puede ser la apoteosis de la España de los monopolios. Ten en cuenta que podrían existir cosas como bancas municipales, de cooperativas... y no es así.

–Con monarquías apoyadas en el clientelismo, explica que desarrollamos un sistema político “sólido por ineficiente”. Una idiocracia sellada.

–Claro, porque si el Estado funciona bien y es racional y justo, y reparte sus decisiones por igual, acabaría con el clientelismo. Pero se crea un ambiente político para favorecer estos patrones. El interés del patrón del sistema clientelar es hacer que nada funcione, que todo dependa de su buena voluntad y se le agradezca.

La burguesía andaluza fue una burguesía colonizada"

–Hacia 1870, “Andalucía estaba disponible como colonia”. Hasta los servicios públicos servían a negocios foráneos. ¿Por qué ese desapego de las clases dirigentes con esta tierra?

–Porque era una burguesía dependiente de una economía colonizada. A los comerciantes gaditanos, por ejemplo, no les interesaba instalar una industria en la zona pese a que tenían dinero para hacerlo porque vivían del intercambio. En el siglo XIX, la burguesía local andaluza registra minas para vendérselas a extranjeros. ¿Servicios públicos? Y, ¿qué pasa hoy con la sanidad o la educación? O la banca, ¿dónde va el dinero de los andaluces en La Caixa o el Santander? Se crea valor añadido en cosas como el sol y la playa, el suelo, y otros lo explotan y destruyen, y hacen negocio. Las élites andaluzas siempre han estado a favor de este sistema, y PSOE y el PP, encantados.

–En la II República, por los menos, hubo un intento de mejorar la situación en el campo.

–Se llevaron a cabo propuestas revolucionarias, como la educación, pero la República creció y nació sobre el criterio de que el sur era insalvable. La salvación hubiera sido una reforma agraria que colectivizara la tierra: a Andalucía occidental, la traicionó, y se pegó un tiro en el pie porque si hubiera hecho una buena reforma agraria, no habría habido Queipo de Llano.

La República traicionó a Andalucía occidental, pegándose un tiro en el pie"

–Aun así, hubo prácticas de boicot lamentables, como el reducir el tamaño de las cosechas.

–Esa era una práctica habitual antes y durante la República: si protestabas, si había problemas, la siguiente cosecha no se sembraba. Alas Clarín lo cuenta muy bien: así, al año siguiente no se come, y tienes que recurrir de nuevo a la caridad o a las relaciones clientelares.

–Abundando en la idea del botín está el: “¿Para qué creen ustedes que hemos ganado la guerra?”, que reseña de un estraperlista.

–Idéntico desde el botín medieval hasta Zaplana. Los beneficios de los que apoyaron el levantamiento fueron tremendos, y gran parte de la burguesía actual tiene su origen en aquel latrocinio. Hay fortunas que se hicieron en el franquismo empleando mano de obra esclava y cuyos apellidos dan hoy clases de democracia.

Mientras aquí se hablaba de políticas públicas, el PSOE caminaba hacia el neoliberalismo"

–Y apenas ha habido opción de cambio. Ahí está la diferencia sideral entre realidad y papel en el PSOE del 82.

–Era una época en la que el PSOE tenía que fabricar su espacio político, quitándoselo a los andalucistas. El Estatuto de Andalucía hablaba de cosas como participación de lo público en la dinamización económica de Andalucía. Pero Andalucía era una piedra en el zapato de España porque mientras que aquí se hablaba de reforma agraria y de políticas públicas, en Madrid gobernaba el PSOE con gente como Solchaga y Boyer y un programa neoliberal.

–Reindustrialización como gran eufemismo.

–Ya, hoy día, la industria en Andalucía apenas llega al 9 % del PIB frente a un 80 % de un sector servicios de mala calidad, con mano de obra barata. Y el tejido industrial ha ido a menos porque las fábricas son fábricas enclave, sin relaciones apenas con el contexto socioeconómico.

–¿Somos conscientes en Andalucía de ser tierra de extracción?

–La mayoría me parece que no. La gente está aburrida y desesperada, con un gatopardismo que se reproduce siglo tras siglo, pero hay mucha resignación. Pero nuestra economía es muy vulnerable: no hay diversificación. Como en cualquier colonia, un 40 % de nuestra población tiene dificultades en el día a día... Esto es un fracaso de sistema autonómico y del gobierno andaluz. Pero hay que saber de dónde venimos para construir una alternativa.

stats