"Elegimos la gestación subrogada para ser padres desde el minuto menos uno"
Luis Melgar | Diplomático y padre mediante gestación subrogada
Luis Melgar (Madrid, 1980) es actualmente el primer secretario de la Embajada española en Venezuela y un prolífico escritor, con numerosas obras de literatura infantil y juvenil publicadas. En La cigüeña vino de Miami (Península), ofrece un sincero relato en primera persona del plural junto a su marido Pablo sobre sus peripecias, dudas y temores a la hora de emprender el proceso de la gestación subrogada. El fruto de ello es una hija, Paula, nacida en Miami el pasado 18 de marzo, y un libro con el que el autor busca avivar el debate sobre una práctica ilegal en España.
-Usted ha escrito un libro en el que cuenta la paternidad junto a su marido mediante gestación subrogada en Estados Unidos. ¿Busca ofrecer una guía para posibles interesados?
-Creo que en España hay un debate muy intenso sobre la gestación subrogada, en ocasiones con insultos y exabruptos. Yo quería compartir nuestra experiencia como elemento de juicio para contribuir al debate. Y aparte de diplomático, soy escritor y me gusta narrar historias. Ésta me pareció tan bonita que la quería contar. En cuanto a lo que comenta de la guía, mi editora me pidió que incluyera los detalles para que, sin caer en que fuera un manual, asesore a gente que quiera recurrir a este sistema.
-¿Por qué no optaron por una adopción?
-Barajamos las dos opciones y las dos nos parecieron muy bien. Ambas son difíciles y suponen un camino incierto. Nos decidimos por la gestación subrogada porque nos ofrecía la posibilidad de ser padres desde el minuto menos uno, desde que nuestra hija era una célula hasta ser la niña que es hoy.
-Los críticos de la gestación subrogada sostienen que mercantiliza la maternidad. ¿Qué opina usted?
-Yo creo que la gestación subrogada es y debe ser altruista. Nosotros tenemos la certeza de que Salisha [la gestante de su hija] lo ha hecho por altruismo e intentar hacer el bien. La compensación económica que recibe una gestante en ningún caso es suficiente para que a una persona le merezca la pena incurrir en eso. Creo que en España debe haber una legislación garantista que proteja ese derecho de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo y a emprender un acto altruista como es ayudar a una familia a alcanzar su sueño de ser padres.
-Ustedes constituyeron un fondo de 30.000 dólares para Salisha.
-Efectivamente. De acuerdo con la legislación de Florida, se firma un contrato con una serie de cantidades destinadas a cada concepto. Y la destinada a la gestante son 30.000 dólares. Si lo pone en perspectiva con lo caro que es Florida, no es tanto dinero a lo largo de un año como para hacer algo que en el fondo supone un riesgo para la vida. Creo que las mujeres que se deciden lo hacen por generosidad y por amor, no por dinero. No obstante, para evitar que se explote a mujeres en situación de necesidad, en Florida es obligatorio que tengan unos ingresos mínimos demostrados con el objetivo de que no sea una vía de escape a la pobreza.
-Florida también obliga a que la donante del óvulo sea diferente a la gestante y a que los padres cumplan una serie de requisitos, ¿no?
-La separación de la donante de óvulo y la gestante, hasta donde yo sé, es un elemento intrínseco a la gestación subrogada para que la gestante no sea en ningún caso la madre biológica, algo que es importante tanto desde un punto de vista legal como incluso psicológico. La legislación de Florida impone, por ejemplo, que haya una imposibilidad médica de la pareja para concebir, ya sea como en nuestro caso por ser dos hombres o por esterilidad de uno de los miembros de una pareja heterosexual. No se puede acudir a la gestación subrogada por motivos psicológicos o estéticos. Yo soy partidario de que se regule en España de forma parecida, con requisitos para ser gestante y también para ser padres.
-A lo largo de lo que usted y su marido denominan viaje, han tenido mucho contacto con la gestante. ¿Eso es habitual?
-Hablando con otras familias que han tenido hijos mediante gestación subrogada, es normal ese vínculo. Debe haber confianza entre las dos partes para emprender este viaje juntos. Nosotros desarrollamos esa amistad con Salisha y la seguimos manteniendo. En las fiestas navideñas hemos hablado con ella, le hemos mandado fotos de Paula y ella de su hijo. De hecho, nuestro chat se llama ahora Family y lo cambió ella. Y cuando Paula sea mayor y tenga su teléfono, me imagino que se incorporará al chat.
-Precisamente, el hijo de Salisha pensó que iba a tener una hermana al ver embarazada a su madre y hubo que explicarle que no era así.
-Claro. Igual que llegará un día en el que habrá que explicarle a Paula que tiene dos papás, pese a que la mayoría de los niños tiene un papá y una mamá, y otros tienen un papá, o una mamá o dos mamás, Salisha le explicó a su hijo que para él sería una amiguita que la estaba cuidando mientras crecía y que después se iría a vivir con sus papás.
-¿Y no será un shock para Paula saber que su madre no es su madre?
-Nosotros queremos explicárselo en cuanto empiece a entender, obviamente adaptado a su edad. Lo más importante es que ella sepa que sus papás la querían tanto incluso antes de que ella naciera, que lucharon contra viento y marea para que viniera al mundo. Y que ese sueño fue posible gracias a dos mujeres generosas. Una es la donante de óvulos, que es anónima como establece la ley y que nunca conocerá. Y la otra es la gestante, Salisha, que como ella dice, es la cigüeña que la trajo desde Miami, y con la que siempre tendrá contacto.
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