Los ángeles del real

Alberto Cotán, médico de familia, junto a Celenia Vargas, enfermera, y Mariano Corzo, coordinador del equipo de Cruz Roja, en el real.
Alberto Cotán, médico de familia, junto a Celenia Vargas, enfermera, y Mariano Corzo, coordinador del equipo de Cruz Roja, en el real.
Noelia Márquez

28 de abril 2012 - 01:00

Calle Alfredo Kraus, H. Los ángeles de la Feria aguardan al otro lado del real, junto al Parque de los Príncipes. El hospital de campaña para atender a los heridos de la fiesta está perfectamente organizado. Sala de curas, Observación, Respiratorio y Trauma. A media mañana el equipo de voluntarios de la Cruz Roja está tranquilo y preparándose para las horas clave de las urgencias y emergencias sanitaria. Todos los días hay avisos, pero los momentos más delicados transcurren por la noche y a primera hora de la tarde.

Durante la mañana permanecen alrededor de siete ambulancias, una de ellas es una UVI, pero al caer la tarde la flota se refuerza hasta sumar en torno a 12 equipos móviles. "Lo habitual es recibir unos 15 avisos al mediodía, y hasta 30 cuando comienza a anochecer", explica Mariano Corzo coordinador y voluntario de la Cruz Roja. Los excesos del alcohol, heridas provocadas por accidentes, y el resultado de trifulcas y pelas en el recinto ferial forman parte de la crónica diaria en el hospital de campaña.

Alberto Cotán es médico de familia y su trabajo habitual se encuentra en la puerta de Urgencias del Hospital de Morón. "Desde hace tres años trabajo también en la Feria. Prefiero el contacto directo con las personas", explica después de atender a un paciente que requirió puntos de sutura. Quemaduras de cocineros o heridas de trabajadores en casetas y en la Calle del infierno suelen ser los casos más habituales que atender durante las mañanas. Los colapsos etílicos comienzan después de la hora de comer. La sala de Observación, a modo de carpa para tratar la embriaguez, cuenta con varias camillas y espacio suficiente para que los pacientes estén acompañados por familiares o amigos. Ante una intoxicación etílica, comenta Cotán, "lo mejor es irse a casa, pero si la situación parece más grave, en el hospital de campaña examinamos al paciente y en caso de necesitarlo, lo tratamos con suero, y vitamina B". Cada día esta sala se llena.

Los momentos más complicados en el hospital de campaña se viven al caer la noche. Los avisos se multiplican por momento. A diario son tratados en este punto del recinto jóvenes de entre 20 y 25 años que sufren heridas por peleas, contusiones y cortes de botellas, por lo general. También se producen accidentes a diario, aunque la mayoría son de carácter leve. "El caso más grave lo atendí el martes, se trató de una joven que sufrió un golpe en la cabeza en una atracción y que quedó inconsciente poco después", recuerda el médico.

Para el personal sanitario, a veces, lo más complicado es lograr que los heridos se serenen. "Suelen llegar nerviosos", comenta Celenia Vargas, enfermera de 24 años y voluntaria de Cruz Roja. "El miércoles se desbocó un caballo y llegaron dos personas heridas", añade Vargas. Esta joven, que es natural de Dos Hermanas, ejerce de enfermera en el Hospital Clínico de Zaragoza. Dentro de dos semanas, volverá a Sevilla, a Dos Hermanas, para de nuevo trabajar como voluntaria de la Cruz Roja.

Este año el hospital de campaña del real se ha reforzado con voluntarios y ambulancias procedentes de distintos puntos de la provincia y de Córdoba, de modo que, dice, "disponemos de recursos suficientes para una emergencia", apunta Corzo. Las llamadas al Cecop y al 061 se derivan a este equipo que vela durante toda la semana por la salud en la Feria.

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