FERIA Toros en Sevilla hoy en directo | Morante, Castella y Rufo en la Maestranza

Feria de Abril

"Mis caballos me enseñaron a ser mejor"

Miembro de una dinastía insigne en la historia de la tauromaquia, Antonio Domecq (Jerez, 1971), torero cabal, se despide de los ruedos en la corrida de rejones matinal que se celebrará pasado mañana, domingo 8 de mayo, en la Maestranza, dentro de la Feria de Abril. En su infancia en Los Alburejos -la finca familiar-, entre caballos-toreros, se despierta su pasión por el toreo a caballo, con su abuelo Álvaro Domecq y Díez como guía espiritual y profesional. En su carrera, no podrá olvidar ni el atentando a su cuadra, en 2001, con varios caballos muertos; ni el gravísimo percance campero, en 2002, en el que estuvo a punto de perder la vida y comenzó desde cero como rejoneador, derrochando un pundonor y una casta que siempre llevó a gala.

-Antonio, ¿qué supone el adiós de la profesión?

-Una tristeza y un empezar de nuevo. Son muchos años y hay que dejar sitio a la gente nueva y ayudar a la Fiesta desde fuera.

-¿Hay algo que pueda reemplazar al toreo?

-El torero siempre estará ahí. Pero también tengo que recuperar el tiempo que no le he dedicado a mi familia y a mis amigos.

-¿Qué hará profesionalmente?

-Seguiré trabajando en casa. Y donde me necesiten, ahí estaré.

-¿Por qué ha elegido retirarse en la Maestranza?

-Ha sido una plaza y una afición que siempre se han portado muy bien conmigo. Y tanto en los momentos malos como en los buenos se ha acordado de mí.

-¿Qué le ha dado el toro?

-El toro me ha dado cuarenta años muy felices y creo que me va a seguir dando, hasta el día en que me muera, otros magníficos.

-¿Hubo momentos duros?

-Momentos duros siempre hay. Esto no es un camino de rosas. Todo lo contrario. Es un camino que hay que ir tallándolo poquito a poco y con mucho cuidado y lógicamente entran momentos amargos que hay que olvidar y quedarse con los buenos recuerdos, que son los que te enseñan.

-Su abuelo fue decisivo en sus comienzos, ¿qué enseñanzas fundamentales le dio?

-En cuanto a los caballos, el máximo respeto. Porque el caballo es un ser vivo. Cada uno es distinto y se ha hecho a la persona que le ha enseñado. Pero lo más importante que me enseñó mi abuelo es tener fe. La fe te lo da todo.

-¿Qué otras enseñanzas le impartió?

-Además de mucho trabajo y sacrificio, el aprender de todo el mundo.

-¿Qué cualidades destacaría, como rejoneadores, de su abuelo y de su tío Álvaro?

-De mi tío, su afán de superación, su genio, el coraje y el valor. Y de mi abuelo, el señorío, la elegancia y la pausa que le dio al rejoneo.

-El rejoneador, ¿nace o se hace?

-Nace y luego se pule.

-¿En qué momento se planteó serlo?

-Yo empecé a andar y ya montaba. Y cuando te quieres dar cuenta estás metido en la profesión y no te puedes escapar.

-¿Reconoce a aquel joven que debutó como rejoneador?

-Desde que debuté en Chiclana de la Frontera -10 de junio de 1988- hasta hoy creo que lo mejor está por llegar y es el día de mi despedida, el 8 de mayo, en la Maestranza, agradeciéndole a todo el mundo lo bien que se han portado conmigo.

-¿Qué es para usted el caballo?

-Es más que un animal. Es un ser vivo que me ha enseñado mucho.

-¿Y el rejoneo?

-Una experiencia magnífica, que Dios me puso al alcance de mis manos y que me ha enseñado mucho.

-¿Cuáles han sido sus caballos principales?

-Caribe, Desplante y, sobre todo, Óleo.

-¿Destacaría algunas cualidades especiales?

-Todo lo que me han enseñado. Prácticamente todos los caballos me han hecho sentirme feliz. En el toreo, mis caballos me enseñaron a ser mejor.

-¿El caballo-torero es más valiente que el rejoneador?

-Es más valiente que el hombre. El torero hay veces que se equivoca, el caballo lo intuye y aun así admite tu equivocación y pasa por donde le mandas.

-¿Cuáles han sido las claves de su toreo?

-Al principio, la espectacularidad. Después, cuando te cuajas como torero, he intentado llevar todos mis conocimientos del campo a la plaza.

-¿Alcanzó la faena soñada?

-El día 8 se lo digo. Aunque la auténtica faena soñada es agradecer a Dios todo lo que me ha dado durante todos estos años que he vivido como rejoneador.

-¿Sueña con abrir por primera vez la Puerta del Príncipe?

-Hubo un año en el que corté dos orejas y no pude salir porque es preciso tres. Lo importante es que he visto mucha gente feliz cuando he toreado. Me siento orgulloso de haber disfrutado durante estos años, haciendo disfrutar a los demás.

-¿Ha realizado estos últimos días una preparación especial?

-La misma de siempre.

-¿Se recuperó totalmente del gravísimo percance campero que sufrió en 2002?

-Me dejó secuelas, pero se llevan bien, gracias a la fe.

-Reaparecer tras aquel accidente, ¿supuso su triunfo mayor?

-Sí. Fue uno de los triunfos más importantes.

-El atentado a sus caballos, supongo que sigue ahí, en el corazón.

-Por supuesto. Eso no creo que se olvide nunca.

-¿Todavía sobreviven caballos de aquella tragedia?

-Sí. Quedan caballos vivos, pero ya no torean.

-¿Les da un trato especial?

-No. Cuando uno sale de un percance tan importante, la vida tiene que seguir igual en el día a día.

-Si llega un chaval y le dice que quiere ser rejoneador, ¿qué consejo le da?

-Que se entregue con voluntad y sacrificio y con ganas de trabajar. Todo lo que te propongas en esta vida tiene interés y hay que animarlo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios