Indignación por el comentario de una asistente a una joven en silla de ruedas en la Feria de Sevilla

Carolina, diagnosticada con Ataxia de Friedreich, denuncia el trato recibido por una mujer tras un leve roce con su silla de ruedas en el recinto ferial

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Indignación por el comentario de una asistente a la Feria de Sevilla a una joven en silla de ruedas
Indignación por el comentario de una asistente a la Feria de Sevilla a una joven en silla de ruedas / Instagram (@viviendo_con_ataxia)

Carolina, una joven diagnosticada desde la infancia con Ataxia de Friedreich, ha denunciado públicamente un episodio de discriminación vivido durante su visita a la Feria de Abril de Sevilla. Esta enfermedad neurodegenerativa, hereditaria y sin cura afecta de forma progresiva al sistema nervioso y provoca, entre otros síntomas, debilidad muscular, pérdida de audición y visión, dificultades en el habla y la deglución, problemas cardíacos e incluso diabetes.

Durante su paseo por el recinto ferial, Carolina —que necesita una silla de ruedas para desplazarse— rozó accidentalmente con la silla el pie de una mujer. Según relata la joven en un vídeo grabado en el propio Real de la Feria, al pedirle disculpas a la señora, esta se giró y, en lugar de aceptar la disculpa, le recriminó con un tono hostil que "no tendría que haber venido en silla", argumentando que ella también tenía derecho a estar allí.

A través de sus palabras, Carolina quiso visibilizar la situación: explicó que su silla de ruedas había sido su aliada ese día y recordó que, aunque las personas con movilidad reducida se desplacen en silla, tienen los mismos derechos que cualquier otra persona a disfrutar de espacios públicos como la feria.

El episodio ha sido compartido en redes sociales por Marian Vay, madre de Carolina y administradora del perfil @viviendo_con_ataxia, un espacio con más de 30.000 seguidores dedicado a concienciar sobre esta enfermedad poco común. En su publicación, Marian expresó con dureza su indignación por lo ocurrido, cuestionando cómo es posible que alguien pueda sugerir que una niña no debería acudir a un evento público por ir en silla de ruedas. Afirmó con firmeza que, aunque tuviera que llevar a su hija cargada en los hombros, nada le impediría verla feliz, e hizo un llamamiento a la empatía y al respeto.

A pesar de lo desagradable de la situación, Carolina se mostró con una actitud positiva, manteniendo la sonrisa mientras denunciaba lo ocurrido. La experiencia ha provocado un fuerte respaldo y numerosas muestras de apoyo por parte de usuarios en redes sociales, que han lamentado la falta de sensibilidad mostrada por parte de la mujer involucrada y han respaldado el mensaje de inclusión lanzado por la joven.

Este caso reabre el debate sobre la necesidad de construir una sociedad más accesible, empática y respetuosa con las personas con discapacidad, recordando que la verdadera inclusión comienza con el respeto diario en cualquier entorno.

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