Linda, la supermodelo eterna
Aunque acaba de cumplir 50 años, la canadiense es una de las pocas 'top models' de los 90 que siguen estando vinculadas con el mundo de las pasarelas.
Sus piernas infinitas, su mirada felina y su look camaleónico la elevaron un día hasta una cima hasta entonces inalcanzable en el mundo de la moda. Fue una de las primeras modelos que acuñó el término top-model o supermodelo, una definición reservada para unas pocas divas del mundo de la moda que a principios de los 90 dejaron de ser solo un cuerpo bonito para convertirse en auténticas diosas sobre las pasarelas. Y Linda Evangelista fue una de las pocas que consiguieron entrar en ese olimpo reservado para grandes como Naomi Campbell, Elle McPherson, Cindy Crawford, Claudia Schiffer o Christy Turlington.
De todas, Linda es una de las pocas (junto a Naomi Campbell que sigue desfilando en ocasiones puntuales) que sigue manteniendo vinculación con el mundo de la moda y mantiene contratos publicitarios con firmas como L'Oreal o Loewe.
Es lógico que muchos, entre ellos Manolo Blahnik, la definan como la modelo eterna, ya que la canadiense acaba de cumplir 50 años y se mantiene en plena forma, como si hubiera hecho un pacto con el diablo.
Siempre tuvo claro que quería dedicarse al mundo de la moda y, aunque se despidió de las pasarelas a finales de los 90, pudo más su vocación y sólo tres años más tarde decidió retomar el trabajo casi en el mismo punto en que lo había dejado. Las puertas de la moda nunca se cerraron para ella, sino todo lo contrario. En sus más de 30 años como modelo ha sido imagen de las firmas más exclusivas, desde Chanel hasta Dior o Versace y musa de maestros de la alta costura como Karl Lagerfeld o Gianni Versace.
Aunque sus padres hubieran preferido que fuera maestra, Linda supo desde pequeña que su futuro estaría sobre una pasarela. Intentó lograr la banda de Miss Niagara Teen con sólo 15 años y no lo consiguió, aunque esa fue su mejor plataforma, ya que aquel desfile estaba como ojeador uno de los agentes de la prestigiosa agencia Elite, que fue quien primero le abrió las puertas del mundo de la moda. No obstante, su paso por las pasarelas no habría sido tan destacado si no le hubiera hecho caso al fotógrafo Peter Lindbergh, que fue quien le recomendó que se cortara la melena y apostara por un look radical que destacara aún más sus ojos felinos y su cuello de cisne. Le hizo caso y, aunque aquella decisión le hizo perder 16 de los 18 contratos que tenía firmado, poco después se dio cuenta de que aquella jugada le había servido para entrar por la puerta grande en el mundo de la moda.
Desde entonces y hasta ahora Linda ha recorrido miles de pasarelas y ha sido imagen de más de 600 portadas de revistas, siempre apuntando a lo más alto. En los 90 acuñó aquella famosa frase de "no me levanto de la cama por menos de 10.000 dólares al día", toda una declaración de intenciones que recoge a la perfección lo que ha sido y lo que aún sigue siendo Linda en el mundo de la moda.
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