Pesos pesados de Hollywood
Jessica Simpson, la oscarizada Gabourey Sidibe, Kirstie Alley o Beyoncé encarnan la lucha contra los kilos en una meca del cine en la que los gordos piden poco a poco su sitio.
Las estrellas de Hollywood, a pesar de lo estupendas que siempre aparecen en pantalla, tampoco se libran de las dietas para tener a regla los kilos de más. Con todo, hay algunas que ni con regímenes. Lo suyo son las curvas prominentes, ¿y qué? Ni en la meca del cine todas son de constitución delgada.
Nuestra Pe, quien recientemente dio a luz y estas semanas lucha por recuperar su esbelta silueta de antaño a base de ejercicio y estrictos menús, es el mejor ejemplo de lo que decimos. En el otro extremo está Paz Vega quien, tras alumbrar a tres niños, tiene a la naturaleza de su lado a la hora de volver a enfundarse en su talla 38.
En Hollywood también hay casos de los dos tipos. Jessica Simpson, por ejemplo, lleva años de altibajos con su carrera y su peso. Normalmente, esta cantante y actriz muestra sin reparos sus voluptuosas curvas, pero ahora se acerca su boda con el futbolista Eric Johnson, y la prensa rosa ya apunta a sus presuntos kilos de más. Ella ha dicho al respecto que no piensa hacer dieta. "¡Me encanta no hacer deporte! Voy a bailar en mi dormitorio y ojalá con eso pierda algo de peso", añadió.
No sólo las curvas atraen a los paparazzi. También famosas que están en los huesos como Victoria Beckham, Keira Knightley, Tori Spelling o Amanda Seyfried, con sus delgados brazos y sus marcadas costillas, son blanco de titulares. Incluso la nueva duquesa de Cambridge, Catalina, sufrió el escrutinio de los medios antes de su boda con el príncipe Guillermo. Desde que se dio a conocer su compromiso, en noviembre, pasó de una talla 38 a una 34, criticaron los tabloides británicos.
Pero las famosas con sobrepeso tienen que hacerse primero con un escudo. "Es la flor negra más colosal y gorda que he visto", dijeron en la radio sobre la protagonista de Precious, Gabourey Sidibe, cuando el año pasado fue nominada al Oscar. Para colmo, el 6 de mayo, Día contra la dieta, es el cumpleaños de la actriz, de 28 años y que pesa 160 kilos. Y pese a ello, o por ello, le siguen ofreciendo papeles.
Cuando en 2007 Jennifer Hudson recogió su Oscar por el musical Dreamgirls, lució sus kilos sobre el escenario. Desde el nacimiento de su hijo David, en 2009, la actriz afroamericana ha adelgazado más de 36 kilos, pero de forma lenta y sana, subraya, con mucho deporte y sumando calorías. A finales de abril confesó a la revista Grazia que ella nunca se vio a sí misma gorda. En su ciudad natal, Chicago, sus curvas eran normales, sólo en Hollywood la miraban mal. Y en la última gala de los Oscar, causó furor sobre la alfombra roja enfundada en un escotado Versace naranja. Más delgada, sí, pero manteniendo sus curvas. También la joven promesa Jennifer Lawrence, de 20 años, llamó la atención en la gran noche del cine con un ajustado vestido rojo. Pero la protagonista de Winter's Bone tiene claro que no caerá en la moda de la delgadez de Hollywood. "Sencillamente, no puedo soportar la mirada de algunas actrices que parecen pájaros".
Pero la presión en el negocio del espectáculo es enorme, porque la gran pantalla hace que todo el mundo parezca tener un par de kilos más que en la realidad. Beyoncé confesó una vez a FHM que antes de actuar en Dreamgirls tuvo que adelgazar casi diez kilos y durante el rodaje mantuvo una dieta de líquidos a base de agua, pimienta y sirope de arce.
También Kirstie Alley conoce los extremos, a veces con kilos de más y otras muy delgada. Al menos, las dietas efecto yoyó le han proporcionado material para hablar en televisión. En Fat Actress (Actriz gorda) se reía de la oleada de extrema delgadez en Hollywood, mientras el reality Big Life giraba en torno a su lucha contra la grasa. Ahora, concursa en Dancing with the Stars.
Los hombres tampoco se libran. El cineasta Kevin Smith fue escoltado el año pasado en California para que se bajara de un avión porque no entraba en el asiento. Smith desmintió que el cinturón no le abrochara, pero aquel episodio le valió adelgazar desde entonces 30 kilos. Aunque nunca será delgado, profetiza: "Por suerte toda mi vida fui gordo y me he construido un grueso pellejo para que no duela tanto".
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