"Reconozco que me da miedo el compromiso"
Tras dos años y medio de silencio discográfico, Hugo Salazar regresa al mercado con 'Nuevas latitudes', cuarto disco de un cantante seguro de haber encontrado su estilo.
El héroe de tu vida, Hugo y En el silencio son los tres álbumes a través de los que hemos visto crecer profesionalmente a Hugo Salazar. Un sevillano al que todos conocimos tras su participación en Operación Triunfo y que, a pesar de haber participado en proyectos como modelo y hasta como actor, tiene claro que lo suyo es la música. Ilusionado con el lanzamiento de Nuevas latitudes, el intérprete ha vuelto a ser fichado por una multinacional que le ha demostrado todo su apoyo para sacar adelante unas nuevas canciones nacidas de sus experiencias.
-Este trabajo suena menos flamenquito, ¿no?
-Sí. Es más neutral a todos los niveles y, aunque se me entiende que soy andaluz, no lo he aflamencado tanto. Creo que hay que abarcar a un público más amplio y, por eso también, digo las cosas más desenfadadamente.
-¿Es posible mantener la ilusión con el panorama que nos rodea?
-Si miras el vaso medio vacío, no. Yo he aprendido a verlo medio lleno. Si alguien persigue un sueño, y te esfuerzas mucho para ello, puedes conseguirlo. Suena a tópico pero es así.
-¿Sigue contemplando el amor desde el dolor?
-No te creas. Ya no muero de amor sino que sobrevivo a él. No estoy melancólico. Contemplo la vida desde una perspectiva distinta aunque siempre puede llegar esa persona que te trastoque los planes. En algunas etapas sí he estado a pecho descubierto… Seré menos humano o más listo…
-Entonces, ¿se encuentra solo?
-Sí. Me he vuelto un poco exigente. Con la otra persona y conmigo mismo. No hay nadie que, sentimentalmente, me sorprenda ahora. Luego, en el resto de campos, sí.
-¿No será que sigue creyéndose un poco Peter Pan?
-Ya no soy un niño. Tengo 32 años pero supongo que me queda algo de Peter Pan. Lo mismo el gorro o las mallas (risas). Reconozco que me da miedo el compromiso.
-¿Qué importancia tiene para usted la imagen?
-Pues, en el mundo que nos rodea, por desgracia, es esencial. Después, esa fachada hay que defenderla hablando. ¡Cuántos esquemas se nos rompen cuando conocemos a una persona! A mí, en concreto, los ojos me comunican mucho.
-¿Y lo suyos? ¿Le transmiten algo concreto?
-Si me miro a mí mismo la verdad es que me veo distinto a lo que, el resto, percibe. Soy demasiado exigente… Alguien soñador y muy despistado (el más del mundo) pero, aparte de eso, un tío normal.
-¿Cómo fue su etapa como actor?
-¡Soy el peor del universo! (risas) No, resultó una experiencia bonita y lo mismo aceptaría algo más. Sea como sea, estoy más a gusto cantando y componiendo.
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