"Sé que he peligrado, pero no he tenido miedo"

Goya Ruiz firma la biografía de la sevillana que fuera primera dama de Honduras, única española en ostentar ese cargo en un país extranjero conocida bajo el sobrenombre de la 'Evita española'.

"Sé que he peligrado, pero no he tenido miedo"
"Sé que he peligrado, pero no he tenido miedo"
Ricardo Castillejo

28 de septiembre 2012 - 01:00

La autora de su biografía, Dos pasiones, la define como "una persona hecha a sí misma, independiente y nada sumisa". Así ve la periodista Goya Ruiz a Aguas Santas Ocaña quien, con un nacimiento ligado a la localidad sevillana de Brenes, alzó el vuelo hasta llegar a ser esposa de Ricardo Maduro y, por consiguiente, primera dama de Honduras entre 2002 y 2006. Fue entonces cuando decidió separarse de su marido pero sin dejar de implicarse en esas causas sociales a las que ha decidido dedicar la mayor parte de su tiempo y, por tanto, de su vida. Llegó a acoger a trece niños en el palacio presidencial (de ellos ahora solo tiene tres: Kevin, de 11 años, Mili, de 12, y Francis, de 14), y no tuvo inconveniente en poner en peligro su integridad por los desfavorecidos. Actualmente, con intención de recaudar fondos para sus fundaciones, esta mujer valiente y divertida ha abierto su corazón para compartir una trayectoria que le ha valido el sobrenombre de 'la Evita española'.

-¿Se reconoce en esa imagen de 'Evita' del siglo XXI?

-Bueno, Evita tuvo muchas cosas admirables. Hizo mucho por su pueblo aunque yo no tengo el matiz político ni el glamour suyo. No trabajo desde una oficina. Pertenecí al grupo de mi ex y hoy continúo sin estar adscrita a una ideología concreta.

-Sea como sea, despierta mucho interés y admiración… ¿Lleva bien esa popularidad?

-Todo lo que sea aprovechable para las obras sociales, lo acepto. Si puedo rentabilizar esa popularidad mía para que haya más gente comprometida, lo asumo y lo disfruto.

-¿Cómo es Aguas Santas Ocaña más allá de su imagen pública?

-Pues yo creo que soy muy extrovertida. Me encanta reírme de mí misma, leer, estar con mis niños… La moda la sigo pero sin obsesionarme, intentando escoger lo que me va. Por otro lado, algo muy español, también me considero solidaria y apasionada si bien precisamente esa pasión puede contemplarse desde una perspectiva equivocada en otros países.

-¿Alguna vez ha temido por su integridad?

-Sé que he estado en peligro muchas veces pero no he sentido miedo. Cuando acompañé al juzgado a mi hija, que era testigo protegido, sabía que me podían disparar pero me consoló que ella me dijera, con una frase típica de allí, que los tiros no duelen cuando te los dan sino luego.

-¿Qué tal madre es?

-Muy cariñosa. No pongo límites en la cocina cuando me piden que les haga algo. Tengo expresiones de todos los sitios por los que he pasado y una mexicana es que me chulean mucho con la comida (risas). Comen muchísimo y son amantes del arroz con garbanzos, el cocido, el pescaíto frito… ¡Les gusta tanto el cuchareo que son capaces de desayunar un puchero! (risas).

-¿De qué manera le gustaría que ellos la vieran?

-De la forma que ese término engloba. La palabra madre dice tanto… Mira, hace tiempo le pregunté a mi hijo si quería más a sus padres biológicos y me contestó: "¡Te quiero a ti y ya!". Desearía ser su referente.

-¿Y su corazón? ¿En qué plano queda?

-Yo no me he vuelto a enamorar y será difícil porque, cuando te has llenado de amor y se va tan rápido, debes pasar un período de duelo en el que sigo. Aún no ha habido una ocasión para que nadie me voltee la vida.

-¿El poder hace cambiar?

-Sí. Llega un momento en el que, conforme más te mantienes arriba, menos críticas aceptas. Te rodeas de quienes te halagan y reaccionas con rechazo a lo negativo. Por eso hay que ser muy fuerte mentalmente para soportar eso.

stats