"He perdido demasiados años trabajando"
Un anuncio de leche se convirtió en la plataforma desde la que, con posterioridad, iría ascendiendo profesionalmente hasta alcanzar el puesto número uno entre los 'tops' masculinos del mundo. Dos décadas después de aquel hito publicitario, Mark Vanderloo, continúa ocupando el primer lugar de un listado -el de los hombres más atractivos del planeta- al que, no obstante, él no le presta demasiada atención. A caballo entre su país natal, Holanda, y la mallorquina isla de Ibiza, el que fuera primer marido de la modelo Esther Cañadas -con la que se casó en 1999 y de la que se separó en el 2000-, ha querido confesarse, a corazón abierto, en relación a una vida privada sobre la que, en general, prefiere guardar silencio. Sin embargo, la presentación del CT200h, de Lexus, ha sido una razón más que suficiente para que nuestro protagonista nos confiese, en exclusiva, algunos de sus pensamientos menos conocidos. Emparejado con la actriz Robin Van der Meer, madre de sus dos pequeños, Mark reconoce estar pasando una de sus etapas más felices.
-Hacía tiempo que no sabíamos de usted, ¿a qué dedica su vida en la actualidad?
-Pues, fundamentalmente, a mis niños. Tengo dos, un hijo de 4 años y una hija de seis, y, como nunca he parado de atender compromisos, he decidido pasar más ratos con ellos y menos con mis obligaciones laborales. Es una realidad más de familia pues creo que he perdido demasiados años de mi vida trabajando.
-¿Dónde tiene su lugar de residencia establecido?
-En Amsterdam. Pasé nueve años en Nueva York y decidí que nunca más. Europa me resulta muy atractiva y, los europeos, un pueblo con el que me entiendo mejor.
-Pero habla español a la perfección... ¿Quién se lo ha enseñado?
-La gente. Ten en cuenta que tengo una casa en Ibiza, una isla que se me parece al Caribe en América. Aparte, estuve una vez en Sevilla hace como diez años. Fui por unos compromisos profesionales y, la verdad, aunque sólo la conocí de noche, me encantó. Me llevaron a un concierto de flamenco y estuve bailando todo el rato. La pena es que, por la mañana, no estaba para nada... (risas).
-¿Es más de día que de noche entonces?
-Bueno, me levanto temprano pero también me gusta la noche (risas).
-¿Y qué más? Ya que estamos en el acto que estamos, ¿le atrae conducir?
-Sí. De hecho, en casa, soy quien lo hago. Es más, me considero una máquina de los coches. Éste, en concreto, alcanza casi los... ¡seiscientos caballos...! En cuanto a otras aficiones, me apasiona la arquitectura, el diseño, el deporte -solía practicar king boxing pero, ahora, lo he abandonado un poco-... También suelo viajar mucho pues, por costumbre, no paso más de una o dos semanas en el mismo sitio.
-¿Le molesta si le pregunto su edad?
-No, no. Para nada. Tengo 42 años pero me planté en los 40 (risas). Cada cumpleaños, vuelvo a cumplir los mismos (risas).
-¿No le preocupa lo rápido que va todo?
-Bueno, no es ningún problema. Cada instante tiene su karma.
-Da la sensación de ser una persona muy espiritual, ¿no?
-Bueno, en la actualidad es muy difícil no serlo. Cuando piensas en otras cosas, no es bueno para tu cabeza.
-¿Cree en Dios?
-No demasiado. No confío que exista otra vida más allá de ésta. Por eso hay que aprovechar cada instante porque, después, desconoces lo que pasará. Nadie ha venido para contarnos nada de esto.
-Dicen que es uno de los hombres más atractivos del planeta...
-¿Cómo?
-...que aseguran que es uno de los que más pasiones despiertan...
-¿Cómo? No escucho bien... (risas). ¡Es broma! No lo creas... Algunos lo comentan y, si así lo consideran, me parece bien. Eso me hace estar contento de escucharlo y de que piensen así.
-¿Los guapos sólo se enamoran de las guapas?
-Bueno, es importante que, quien sea, posea algo diferente. La belleza, y su concepto, varía según quien la esté contemplando. Va en función de una mirada, una conversación, algo en el rostro que te llame la atención...
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