Los secretos de la Eurocopa
Bendter no ha sido el primero en enseñar calzoncillos. Antes ya lo hacían, aunque fuera del campo de juego, David Beckham, Ronaldo o Messi.
Bendtner, delantero de Dinamarca, protagonizó hace unos días contra Portugal una de las imágenes más polémicas de la Eurocopa. Al marcar un gol a Rui Patricio, se bajo los pantalones, se subió la camiseta y sin disimulo mostró sus calzoncillos cuando todas las cámaras le estaban enfocando. No era exhibicionismo sino simple márketing. En ellos llevaba el nombre de una casa de apuestas de Irlanda que quería publicitar. Pero la broma le ha salido cara: la UEFA le ha sancionado con una multa de 100.000 euros y un partido sin jugar. Nuestra selección tiene más disimulo, pues Casillas tras el complicado partido contra Croacia también acabó con los calzones (amarillos) bajados... para regalárselos a unas fans que le gritaban desde las gradas. Suerte que su ropa interior es mucho más recatada que la de Bendter. Incluso se ha instituido ya en Polonia una especie de fenómeno-fan en torno al capitán de la selección que en los encuentros de España se dedica a reclamarle los calzoncillos a Casillas. Las admiradoras japonesas de 'San Iker' son las más fervientes, dicen, por aquellos lares.
Desde luego, la afición de los futbolistas a lucir palmito en calzoncillos no es algo nuevo. Johan Cruyff fue el primero en promocionar ropa interior masculina, allá por 1975, desde vallas publicitarias y la televisión. Pero entonces solo enseñaba la caja.
A Cruyff le tomó el relevo en este siglo David Beckham, mucho más explícito, quien se ha convertido en el referente de todo aquel deportista que ose a posar ante las cámaras en gayumbos. Empezó con Calvin Klein y le cogió el gustillo; después vinieron Armani, H&M y un prolongado etcétera. Se ha convertido en un clásico por méritos propios. El único capaz de hacerle sombra en los 90 fue el sueco Fredrik Ljungberg, jugador del Arsenal que recondujo su carrera hacia la moda y se convirtió en modelo de Calvin Klein.
Sin embargo, los herederos mediáticos vienen pisando fuerte, y Cristiano Ronaldo ha logrado estos últimos años el más difícil todavía: que unos slips no resulten ridículos. También ha hecho campañas para Armani y Calvin Klein, entre otros. Hablando de ridículo, o grima, que se lo digan a Messi y sus escasas (menos mal) incursiones como modelo.
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