Hyundai Tucson, un superventas que se actualiza audazmente
Primer contacto
Cambios por fuera, en su carrocería; y de mucho mayor calado por dentro, en lo que concierne al salpicadero y alrededor de los ocupantes delanteros, son los que ofrece en su actualización de media vida el Hyundai Tucson. Un superventas entre los SUV que, además, aporta más tecnología en prácticamente todos los campos, un nuevo 1.6 T-GDI e, incluso, tendrá la tracción delantera lista para su PHEV.
Hyundai Tucson, un SUV con tres sistemas híbridos para satisfacer cualquier necesidad
Desde su lanzamiento en 2020, la cuarta generación del Tucson no ha dejado de darle satisfacciones a Hyundai. De hecho, en su primer año completo a la venta, 2021, ya finalizo en segunda posición entre todos los modelos más vendidos y como primer SUV de su categoría con 21.258 unidades matriculadas para, en 2022, aún mejorar ese puesto y coronarse con el título del coche más vendido de ese año, ya rozando las 22.000.
En cuanto a 2023, el Hyundai Tucson, lo finalizó como el primero de los SUV compactos, con más de 19.000 unidades en el mercado. Y las cosas no parecen torcerse para él este 2024 en el que, hasta el mes de mayo, parece destinado a revalidar estas posiciones, puesto que se sitúa ya en la cuarta posición entre los coches de más éxito comercial.
España es, de este modo, uno de los principales mercados para este Tucson, junto a Alemania y Reino Unido, un coche del que, hasta marzo de este mismo año, Hyundai Motor Manufacturing Czech (HMMC) ha producido para los mercados de Europa 746.836 unidades
Ahora, cuando se han cumplido los cuatro años y medio del arranque de su vida comercial -por delante le quedarían, al menos, dos más-, este Tucson recibe una actualización de cara a potenciar el que, a decir de la marca, es uno de sus puntos fuertes, el diseño; aunque sin dejar de lado un impulso en tecnología.
Esos cambios de aspecto, aunque se centran en un interior totalmente renovado en lo que concierne al salpicadero y el entorno de las plazas delanteras, también afecta a la carrocería.
Aquí lo más destacable es una parrilla en la que, en las luces diurnas que definen su firma lumínica -como el resto de funciones, con leds- pasan de ser ocho a seis, mientras que su tramado es en color negro satinado con un logotipo de la marca de mucho mayor tamaño que antes. Los intermitentes se integran en ella, dando servicio para ellos con los dos puntos de iluminación superiores de cada lado.
En los faros principales del acabado más alto son matriciales y adaptan su iluminación a las condiciones de la vía y el tráfico.
Asimismo, son nuevos los paragolpes delanteros y traseros, zona posterior ésta en la que se mantiene la tira iluminada que une ambos pilotos; o todas las llantas de aleación que, dependiendo del nivel de equipamiento, pueden ser de 17, 18 y 19”. Estas últimas reservadas para los acabados más altos, los N-Line y N-Line Style. Las de tamaño intermedio se encuentran en el Tecno y las más pequeñas en los Klass y Maxx.
Otros cambios afectan a la incorporación de un limpialuneta trasero de mayor tamaño -crece casi 8 cm- o tiradores para las puertas en los que desaparece el botón de apertura. Las molduras de los pasos de rueda, que son en negro en prácticamente todas las versiones, cambian al color del resto de la carrocería en ambos N-Line, acabados en los que el portón es negro al igual que ocurre con las carcasas de los retrovisores exteriores.
Como novedad se suman seis tonos de colores para la carrocería, de modo que ya son once los disponibles. Entre los nuevos está el Shadow Grey, disponible exclusivamente para los N-Line.
El Hyundai Tucson se inspira en el salpicadero del Kona
El nuevo salpicadero ofrece un diseño claramente similar al del Kona. En él destaca la integración de las dos pantallas -instrumentación y multimedia, cada una de 12,3”, salvo en los niveles Klass y Maxx con un cuadro analógico y una pantalla para el ordenador de viaje de 4,2" en el primer caso- bajo un mismo cristal.
Esta solución permite situar en una posición algo más alta la pantalla central. Se gana no sólo orden en la situación de los distintos elementos, sino también un climatizador con mandos más modernos y, ahora, en una posición más baja. Así incluye ruedas con sus propias pantallas para el control de la temperatura o una pantalla de control central que "desaparece" cuando se apaga el contacto. Justo encima de ella se sitúan los atajos para el equipo multimedia.
Igualmente, ese rediseño amplía la sensación de espacio al eliminar la consola central como tal. Es reemplazada por una prolongación volada del reposabrazos y en el que, junto a la base del cargador inalámbrico para teléfonos móviles -da 15 W y es de serie desde el segundo nivel de equipamiento-, se sitúan paralelamente dos reposabotes y, en el extremo, teclas de funciones. Entre éstas están los de los modos de conducción, el Auto Hold, sensores de aparcamiento, etc.
Otros cambios afectan al selector del cambio automático por botones, ahora reemplazado por una palanca que se sitúa en el volante -también es semejante a la del Kona, entre otros coches de la marca-, con levas también en éste. Respecto a esta caja, debemos señalar que en el CRDI que condujimos, nos pareció aún algo más lenta de lo que nos gustaría que fuese.
La redefinición del salpicadero también afecta a la creación de una línea continua de aireadores desde el botón de arranque o la disponibilidad de una bandeja para dejar pequeños objetos delante del acompañante, en algunos casos, con esta superficie entelada.
Es nuevo el volante, con tres radios en lugar de los anteriores cuatro y desprovisto ya del logo de la marca, aunque en las versiones N-Line sí incluye el logo correspondiente, así como pespuntes en rojo que se extienden a paneles de puertas, reposabrazos o asientos.
En cuanto a las tapicerías de estos, la de serie en los niveles básicos, Klass y Maxx, es de tela. En el nivel Tecno aparece una que combina el tejido con cuero con pespuntes tanto en negro como en gris claro, así como un nuevo color Cypress Green.
Para los N-Line se emplea una combinación de cuero y Alcantara en negro, el mismo color que se utiliza para el resto de guarnecidos. Otros elementos diferenciales de este nivel es el botón de arranque con una arandela roja alrededor o los pedales metálicos.
En el sistema de infoentretenimiento, que es de serie desde el acabado Klass, el Tucson integra una radio digital o el navegador, así como conectividad inalámbrica con teléfonos con protocolos Apple CarPlay y Android Auto.
Ese equipo, como ocurre con el propio software, mapas o aplicaciones, se puede tener lo último disponible en Hyundai vía OTA y añade las funcionalidades del Bluelink de Hyundai, es decir, bloqueo de puertas, sincronización de mapas, diagnóstico del coche, localización, precios del combustible, etc, siempre a través de una aplicación en smartphones.
Por primera vez en el Tucson, ahora está disponible un head-up display como refuerzo de la instrumentación en el acabado más alto y, en el mismo ámbito de innovación digital, este SUV dispondrá a partir de finales de año de una llave digital que permite llevar las tareas de éstas -apertura a distancia de las puertas, bloqueo, arranque- hasta un teléfono móvil o un reloj inteligente, con la posibilidad de compartirla con tres usuarios -mantiene las configuraciones de climatización, ajustes de asientos, etc de cada uno de ellos-, a través de Apple Wallet o Samsung Wallet y Google Wallet.
Todo sigue igual, con el confort como prioridad
En cuanto al chasis, no hay cambios con esta actualización, lo que supone que estamos ante un SUV esencialmente confortable por la configuración de sus suspensiones -los amortiguadores son pilotados en el N-Line Style- e, incluso de la dirección, hasta el punto de que el ajuste con el que nos encontramos más integrados cuando hay curvas por medio para esta última es el correspondiente a Sport.
Filtra muy bien respecto al suelo e, incluso, hace lo propio con el ruido, si bien hemos tenido la oportunidad tanto de conducir una unidad con el motor Diesel de 136 CV y otra con el sistema híbrido de 215 CV, apreciando cierta diferencia de sonoridad a favor de la segunda siempre dentro de unos niveles muy comedidos.
Los frenos no merecen tacha por resistencia y tampoco por tacto, con suficiente progresividad.
Como ocurre con el Nissan Qashqai, uno de sus principales rivales, cumple a la perfección como coche familiar por su comportamiento, como también lo hace por espacio habitable e, incluso, maletero, aspectos éstos que tampoco se han alterado con este restyling y, por tanto, se mantienen a buen nivel.
Respecto al espacio de carga, cabe señalar que, al igual que ocurre con todas las luces interiores, ya tiene led en su punto de iluminación y que puede ampliarse abatiendo los respaldos traseros, que lo hacen en tres partes en proporciones 40/20/40. Al dejarlos caer, esos respaldos enrasan con el suelo del maletero a un mismo nivel.
Los asientos delanteros, cuando menos en el caso del nivel N-Line -el acabado que probamos-, no sólo son vistosos, sino también muy cómodos y cuentan con regulaciones eléctricas o ventilación. Hyundai incluye, sin embargo, también la calefacción para ellos desde el nivel Maxx.
Un 1.6 T-GDI más potente y tracción delantera para el PHEV
La gama de motores básicos, los menos demandados, la conforman dos opciones: una de ellas es de gasolina y la otra Diesel, ambas sin ningún tipo de electrificación. Son los 1.6 CRDi de 116 CV y el 1.6 T-GDI de 160 CV, éste como reemplazo del anterior de 150 CV. Se ponen a la venta con cajas manuales de seis velocidades, tracción delantera y ambos están asociados al nivel Klass y el de gasolina, adicionalmente, a los Maxx y N-Line. Su precio es, para el Diesel, de 35.425 euros; y para las versiones con el de gasolina de 32.925, 34.675 y 38.425 euros en el mismo orden.
Ambos bloques motores tienen versiones microhibridadas con una arquitectura de 48 voltios. Consecuentemente, ya con etiqueta Eco. En el caso del CRDI, la potencia es de 136 CV y con tracción delantera y caja manual se asocia al acabado Maxx, costando 39.025 euros; mientras que con la automática de doble embrague lo hace a los niveles Maxx, Tecno y N-Line, con un precio de 40.875, 45.075 y 45.825 euros. Sí, además, emplea la tracción total, con el acabado Maxx este Diesel cuesta 43.675 euros y con el N-Line Style, 52.325 euros.
En cuanto al microhíbrido de gasolina, motor que ofrece, asimismo, 160 CV, con caja manual y tracción delantera su precio es de 36.175 euros con acabado Maxx, que suben 1.850 euros de sustituir ese cambio por el DCT y, con éste también se configuran las versiones Tecno y N-Line. Suponen 42.225 y 42.975 euros. Como pasa con el CRDI de 136 CV, Hyundai también permite asociar este conjunto motor-transmisión a la tracción 4WD y, en ese caso y sólo para el acabado Maxx, el incremento de precio es de 2.800 euros.
Las versiones con mayor presencia de la electrificación siguen siendo los que tienen los sistemas de propulsión híbridos con o sin capacidad para cargar su batería mediante la conexión a la red eléctrica -así, etiqueta Cero o Eco- y combinados con los motores de gasolina 1.6 T-GDI.
El primero tiene una potencia de 235 CV, dado que su motor eléctrico es de 98 CV (72 kW); y, con esta actualización además de con tracción total se puede elegir con tracción delantera a partir de agosto, lo que supondrá un importante tirón de ventas para esta tecnología; y el segundo de 215 CV, que tiene un motor eléctrico de 65 CV (47,7 kW), conserva intactas ambas posibilidades de ruedas motrices.
El precio para este último se inicia en los 39.125 euros de optar por el acabado Klass, sube 1.750 euros de pasar al Maxx y, de éste al Tecno, 4.200 euros; para sumar 750 euros en el salto al N-Line y de éste al N-Line Style añadir 3.700 euros más.
La gama del híbrido enchufable, que mantiene su batería de 13,8 kWh de capacidad y una autonomía eléctrica similar al anterior, con 62 km, se simplifica aún más a la espera de los 2WD: exclusivamente se ciñe a los Tecno 4WD por 51.325 y a los N-Line Style por 55.775 euros.
Todos estos precios quedan sometidos a diversas rebajas según algunas circunstancias. De esta manera, los PHEV se benefician de 2.000 euros menos, los híbridos de 1.800 y el resto de motores, microhibridos y de combustión, de 2.500. Hyundai también propone un descuento de 1.200 euros para toda la gama si interviene su financiera, 1.900 si se entrega un Hyundai como parte del pago o 1.200 si es de cualquier otra marca.
Más seguridad con nuevas ayudas a la conducción
El Hyundai Smart Sense, el paraguas que integra los sistemas de ayudas a la conducción de la marca, contempla de serie en todos los niveles el sistema activo de cambio involuntario de carril utiliza una cámara delantera multifunción para controlar las líneas de la carretera, la asistencia a la frenada de emergencia, el detector de fatiga del conductor que emite una señal sonora para alertarlo, el cambio automático de luces largas a cortas y viceversa o la alerta de que el vehículo que nos precede se pone en marcha. También el control de velocidad de crucero.
En los Tucson Maxx aparecen adicionalmente el asistente de avisa de vehículos en el ángulo muerto o el de alerta de tráfico cruzado posterior; por el control de velocidad adaptativo o la nueva frenada de emergencia apta para intersecciones desde el nivel Tecno. El asistente de prevención de la colisión en maniobras de marcha atrás y el de conducción en autopista, otra de las novedades de esta actualización, y que regula la velocidad y mantiene la distancia con los coches que circulan por delante, así como la posición dentro del carril cuando va por carretera está integrado en los N-Line.
Otros recursos destinados a aumentar la seguridad que se incorporan al Tucson son el que actúa sobre la dirección si va a producirse una colisión con un vehículo que viene por un carril paralelo, el aviso de que llegan vehículos por detrás cuando se va a abrir una puertas, las cámaras perimetrales que dan una imagen de 360º o, entre otras, la alerta de ocupación de las plazas posteriores, de cara a evitar olvidos de, por ejemplo, niños en ellas.
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