Israel asesta otro golpe a Hamas al matar a la figura clave de su sistema de seguridad

Said Siam, ministro de Interior, se convierte en la víctima palestina de más rango del conflicto · La aviación acaba con un almacén de ayuda humanitaria de la ONU y los blindados sitian por primera vez Gaza capital

El cadáver de Said Siam yace en el depósito del hospital de Gaza.
El cadáver de Said Siam yace en el depósito del hospital de Gaza.
Saud A. Ramadán · A. Cárdenes / Gaza

16 de enero 2009 - 05:03

La crudeza de la guerra volvió a escribir ayer el guión del conflicto en Gaza apenas 24 horas después de albergar esperanzas de que fructificase un alto el fuego. Con el número de víctimas creciendo sin freno, el Ejército israelí asestó dos duros golpes en la vigésima jornada de conflicto: uno a Hamas, que vio cómo moría en un bombardeo de la aviación su ministro de Interior en la Franja, Said Siam, y el otro a la ONU, que sufrió el ataque a su sede de la Unrwa (organismo que se encarga de la distribución de la ayuda humanitaria). Tampoco se salvaron de las bombas un hospital y un centro de prensa internacional.

Siam falleció tras desplomarse un edificio de tres plantas en el que vivía su hermano Ayad, que también murió, y que recibió los impactos de los cazas israelíes. Otras 20 personas resultaron heridas. Se trata del líder más importante del grupo terrorista fallecido hasta la fecha en la ofensiva israelí, además del cargo más alto del movimiento islamista asesinado por Israel desde que mató a Abdelaziz al Rantisi en abril de 2004. Salah Abu Sharah, jefe de la organización de seguridad de Hamas en Gaza, también perdió la vida.

El ministro, de 50 años, había creado la fuerza ejecutiva especial de Hamas, principal punto de fricción entre la Autoridad Palestina y la facción islamista cuando esta última asumió el poder en la Franja. Además, fue el encargado de organizar la toma del territorio. Fuentes israelíes de Defensa aseguran que, si bien el Ejército conoce la ubicación de algunos de los líderes raciales, se abstiene de atacarles por motivos éticos. Pero en este caso la cúpula militar tenía una buena oportunidad porque no había civiles cerca de él.

Hamas confirmó a media tarde desde Beirut la muerte del hombre que diseñaba su sistema de seguridad en Gaza. "Él, su hijo y su hermano cayeron como mártires", proclamó el grupo, que se apresuró a clamar venganza.

Unas horas antes, los proyectiles de artillería israelíes de 155 milímetros habían alcanzado la sede principal de la agencia de la ONU para los refugiados, Unrwa, provocando heridas a tres personas y daños incalculables. "La ayuda humanitaria que ha entrado en Gaza en los últimos días está ardiendo", clamaba el portavoz de la agencia, Adnan Abu Hasnan. Con ella ardieron los depósitos de combustibles reservados para el traslado de la ayuda humanitaria de la ONU, en momentos en que el secretario general de la organización mundial, Ban Ki-moon, se reunía en Tel Aviv con la ministra israelí de Exteriores, Tzipi Livni. El ministro de Defensa hebreo, Ehud Barak, tuvo que pedirle perdón.

Las fuerzas israelíes también dispararon contra el hospital Al-Quds en el barrio de Tel Hawa, en el este de la ciudad de Gaza, que recibió cuatro impactos del medio centenar de proyectiles que las baterías israelíes dispararon desde sus inmediaciones. La artillería israelí también bombardeó un edificio de 14 plantas en la misma zona y en el que se concentran las sedes locales de una decena de medios de comunicación internacionales, entre otros las cadenas de televisión Fox, Sky News y RTL.

El parte de guerra diario del Ejército israelí hablaba ayer de más de 110 blancos atacados desde el aire desde la medianoche, así como decenas de enfrentamientos armados por toda la Franja y dentro de la capital, que provocaron la huida de miles de civiles. Gaza permanecía a media tarde envuelta en llamas tras iniciar el Ejército israelí su avance hacia el interior de la capital de la Franja. El último balance habla de al menos 1.067 muertos.

Pese a desvanecerse la posibilidad del cese de la violencia, Hamas insistió ayer a Egipto en que aceptará un alto el fuego de un año renovable en Gaza a condición de que se retiren todas las fuerzas israelíes en un plazo de entre cinco y siete días, que se abran inmediatamente todos los pasos fronterizos y que se convoque una cumbre internacional que afronte la reconstrucción. Aunque Israel aún no ha dado una respuesta oficial, la televisión egipcia aseguró que habría aceptado en principio la propuesta defendida por El Cairo.

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