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Tiempo muerto para el 'Brexit'

  • Merkel aboga por dar "cierto margen" a Londres para negociar su ruptura con sus antiguos socios mientras Hollande insiste en "no perder el tiempo". Los 27 esperan que Cameron les dé pistas.

París quiere acelerar al máximo los plazos para negociar el Brexit (salida del Reino Unido de la Unión Europea) mientras Berlín opta por la calma.

La reunión celebrada ayer en Berlín entre la canciller de Alemania, Angela Merkel; el presidente francés, François Hollande, y el primer ministro italiano, Matteo Renzi, pretendía ofrecer un mensaje de unidad entre los líderes de las tres economías más potentes de la UE un día antes de la cumbre en la que los 27+1 analizarán hoy una de las mayores crisis a las que se enfrenta el proyecto europeo desde su fundación hace casi 60 años.

"Estamos de acuerdo" los tres, recalcó Merkel, en que no puede haber ninguna negociación "formal o informal" con Londres hasta que Reino Unido no invoque el artículo 50 del Tratado de Lisboa, el que detalla cómo es el proceso de salida y que sólo puede poner en marcha el país afectado.

La jefa del Gobierno alemán, que calificó de "dolorosa" la decisión de los británicos, pidió a los restantes 27 países miembros de la UE unidad y advirtió sobre las "fuerzas centrífugas" en el bloque, en referencia a los movimientos euroescépticos.

Merkel consideró que había que dar a Londres "cierto tiempo" para analizar las consecuencias del resultado del referéndum, aunque llamó a evitar un punto muerto demasiado largo antes de invocar el artículo 50.

Sin embargo, Hollande abogó por "no perder el tiempo" en la tramitación del Brexit y en el nuevo impulso que se debe dar a la UE de 27 miembros porque "nada es peor que la incertidumbre", que puede derivar en comportamientos políticos y financieros "irracionales".

Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE celebran hoy una cumbre en la que esperan que el primer ministro británico, David Cameron, dé pistas sobre los plazos para notificar la salida del Reino Unido de la Unión y sobre la nueva relación que el país quiere entablar con los restantes 27 socios.

Cameron, que ha visto como la victoria del Brexit ha sumido al país en una profunda crisis interna, anunció el mismo viernes su intención de dejar el cargo de primer ministro para octubre y su deseo de que sea su sucesor el que active el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que inicia oficialmente el proceso de retirada.

"Hay que mostrarse riguroso, serio y exigente" porque de lo contrario "se da alas a los demás" para que sigan el ejemplo británico, explican fuentes diplomáticas.

Reconocen que "jurídicamente no hay manera de obligar" al Reino Unido a activar el artículo 50, pero sostienen que si Londres retrasa sine díela notificación formal hay socios comunitarios que ya han planteado la posibilidad de recurrir al artículo 7 del Tratado, que supone suspender el voto británico en el Consejo de la UE. Estas mismas fuentes niegan, no obstante, que exista un espíritu de venganza, aunque admiten que "igual a algún Estado miembro se le ha escapado una amenaza acerca de llevarse a los bancos" británicos.

El ministro británico de Finanzas, George Osborne, aseguró oir su parte que el Reino Unido está "preparado" para asumir el Brexit. "Estamos preparados para lo inesperado, estamos equipados para todo lo que pueda pasar", afirmó, con el objetivo de apaciguar la incertidumbre. Para tranquilizar a las empresas, subrayó que la economía británica es "esencialmente fuerte", "altamente competitiva" y permanece "abierta" para realizar negocios. "No tengo ninguna duda de que conseguiremos mantener la estabilidad fiscal que hemos instaurado en el país", añadió.

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