Los diarios conservadores británicos acusan a Clegg de obtener fondos ilícitos
El líder del Partido Liberal Demócrata es atacado por varias donaciones recibidas en 2006 horas antes del segundo debate televisado · La formación achaca las difamaciones al aumento de su popularidad
El líder del Partido Liberal Demócrata, Nick Clegg, fue objeto ayer de los ataques de los diarios conservadores por diferentes donaciones recibidas en 2006 y por las políticas diseñadas por su partido antes del segundo debate televisado de anoche entre los tres candidatos a primer ministro.
Su compañero de partido, Chris Huhne, aseguró que los diarios que apoyan a los tories intentan "difamar" a Clegg después de que su buena actuación en el primer debate mejorara la popularidad de su partido. Mientras, Clegg negaba haber cometido ningún error en las donaciones, a pesar de que los tories afirmaban que tiene muchas preguntas que responder.
Así, The Daily Telegraph informaba ayer que Clegg recibió más de 250 libras (288 euros) al mes por parte de tres empresarios diferentes en 2006, una suma que se transfirió directamente a su cuenta bancaria. El Mail también rescató los comentarios que hizo en 2002 sobre las relaciones entre el Reino Unido y Alemania, y también fue atacado en The Sun y en el Daily Express.
La oficina de Clegg anunció que había declarado oficialmente las donaciones a las autoridades parlamentarias y explicó que este dinero había ayudado a pagar a un investigador. Un portavoz de Clegg indicó que el dinero "se dio de forma adecuada y fue justificado y declarado de manera adecuada", informa la BBC.
Pero mientras, un miembro del Partido Conservador, Greg Hands, aseguró que Clegg "debe presentar la documentación para resolver algunas dudas sobre estas donaciones".
"Todos los diarios conservadores han atacado a Nick, y me pregunto por qué", indicó Huhne. "La política británica necesita un enfoque nuevo y un cambio real, y el Partido Conservador simplemente no ofrece esto y nunca lo hizo", añadió.
Según Huhne, éste es el mensaje "positivo" que está ganando votos y sólo los liberal-demócratas pueden ofrecer un "cambio real". Al responder a una pregunta sobre si Clegg trabajó para una empresa que contribuyó a debilitar las reglas financieras de la UE, Huhne contestó que "es el tipo de difamación que hemos visto en los diarios tories esta mañana".
Aseguró que "no es un secreto" que Clegg había formado parte de grupos de presión pero indicó que lo fue durante "un breve espacio de tiempo" y que tenía "una carrera haciendo un trabajo real fuera del sistema político".
The Daily Telegraph informó de que Clegg recibió pagos por parte de un ejecutivo de la empresa de bebidas Diageo, Ian Wright; del director de asuntos públicos de la empresa KPMG, Neil Sherlock; y de un antiguo ejecutivo de una empresa minera, Michael Young. Todos están registrados como donantes del Partido Liberal Demócrata.
Este diario también afirmó que ha visto documentos que muestran que el dinero fue transferido directamente a la cuenta personal bancaria de Clegg. Estas donaciones fueron registradas en la Comisión Electoral y en un registro parlamentario en el momento en el que fueron realizadas.
Según la oficina de Clegg, el dinero "fue utilizado para pagar el sueldo a un miembro de su personal parlamentario, es totalmente inaceptable sugerir que fue algo inadecuado".
Por otro lado, Clegg se hallaba ayer bajo presión ante el segundo debate televisivo entre los líderes de los principales partidos de cara a las elecciones generales del 6 de mayo, centrado en Europa.
Su estelar actuación hace una semana en el primer enfrentamiento con el primer ministro laborista, Gordon Brown, y el jefe de la oposición conservadora, David Cameron, dio al prácticamente desconocido líder de la tercera fuerza política del Reino Unido un empujón de hasta 12 puntos en las encuestas, convirtiendo la campaña en una carrera a tres bandas.
El sondeo diario de YouGov para el diario The Sun otorgaba ayer a los conservadores un 33% de la intención de voto, frente al 31 de los liberal-demócratas y el 27 de los laboristas, aunque debido a las particularidades del sistema electoral británico estos últimos obtendrían más escaños.
Para contrarrestar la inesperada popularidad de Clegg, de 43 años, Brown y Cameron intensificaron sus ataques en este debate dedicado en gran parte a la política exterior, especialmente el conservador, al ser el más tiene que perder con la ascensión de este político igual de joven y telegénico que él.
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