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La cifra de militares estadounidenses muertos en Iraq alcanza los 4.000

  • George Bush participa en una videoconferencia con el comandante de las tropas en el país árabe, David Petraeus, y el embajador en Bagdad, Ryan Crocker, para escuchar su análisis sobre la situación

Los soldados de EEUU muertos en Iraq sumaron ayer 4.000, con los cuatro que perdieron la vida apenas unos días después de que la guerra entrara en su sexto año.

Además de los soldados, otros 1.500 contratistas y civiles estadounidenses han muerto en suelo iraquí desde el comienzo de la invasión, en marzo de 2003.

La portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino, aseguró ayer que el presidente de EEUU, George Bush -cuya popularidad, muy vinculada al conflicto, se encuentra en niveles muy bajos-, no pasa un día sin pensar en los soldados muertos. Bush "cree que cada vida es preciosa y cada día pasa tiempo pensando en los que han perdido la vida en el campo de batalla". "Él acarrea la responsabilidad de las decisiones que tomó y de seguir concentrándose para buscar el éxito", aseguró Perino.

Bush tenía previsto participar ayer en una videoconferencia con el comandante de las tropas estadounidenses en Iraq, el general David Petraeus, y el embajador de EEUU en Bagdad, Ryan Crocker, para escuchar su análisis sobre la situación.

Además, el presidente se desplazó ayer al Departamento de Estado y hoy lo hará al Pentágono para participar en sesiones informativas sobre "las recomendaciones de sus asesores para consolidar los avances y sentar las bases para futuros recortes de los niveles de tropas", agregó la portavoz.

Petraeus debe declarar ante el Congreso entre el 8 y el 9 de abril y Bush podría anunciar alguna decisión tras esa intervención.

El hito de los 4.000 soldados muertos ha renovado las críticas de la oposición demócrata a la guerra. "Con 4.000 vidas estadounidenses perdidas y miles de heridos, muchos de ellos permanentemente, nos preguntamos cuánto tiempo más nuestras tropas continuarán sacrificándose por un Gobierno iraquí que no tiene la voluntad o es incapaz de asegurar su futuro", afirmó la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi.

El Pentágono, que da su cuenta oficial sólo después que se haya notificado a los familiares, registraba ayer 3.992 bajas fatales, de las que 3.253 ocurrieron en combate en Iraq. El costo humano se aumenta con unos 30.000 heridos y más de 100.000 ex combatientes que han regresado con problemas mentales tras repetidos despliegues en zona de guerra, según el Departamento de Veteranos.

Los avances en transportes, comunicaciones y atención médica en zona de combate han incrementado notablemente la tasa de supervivencia de heridos y, como resultado, miles de soldados han retornado a EEUU mutilados.

Las lesiones más frecuentes entre los soldados heridos en Iraq son la conmoción cerebral y la destrucción de cráneo por el estallido de las bombas improvisadas que los insurgentes iraquíes han usado con éxito contra los vehículos militares estadounidenses.

Desde 2001, casi 1,5 millones de hombres y mujeres en uniforme han servido en las guerras de Afganistán e Iraq, y el Ejército (de Tierra) junto con la Infantería de Marina, las armas más reclamadas en estas operaciones, muestran indicios de desgaste.

Más de 60.000 soldados han estado sometidos a suspensiones de bajas por enfermedad, extensiones de misión en zona de combate y retorno a Iraq en dos, tres y hasta cuatro turnos en la guerra.

Una encuesta del Centro para Nueva Seguridad de EEUU mostró en febrero que el 88 por ciento de los oficiales militares, en servicio o retirados, cree que la fuerza militar de EEUU está "sobreextendida en grado peligroso".

Durante 2007, el Ejército dio cuenta de la deserción de 4.698 soldados, frente a las 3.300 de 2006. El ritmo de deserciones el año pasado fue un 80% superior al año anterior a la invasión de Iraq.

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