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la carrera hacia la casa blanca Florida, con 29 votos electorales, tendrá un papel clave

El valor de una decena de estados

  • Ante la situación de empate técnico que muestran las encuestas, el resultado podría definirse en los territorios llamados 'swing', que cambian de voto de una elección a otra

Con el empate técnico que muestran las encuestas, la clave para ganar las elecciones presidenciales del próximo martes en EEUU reside fundamentalmente en una decena de estados: los considerados indecisos o también llamados swing states (estados oscilantes).

Los expertos coinciden en que la victoria se definirá en Ohio, Colorado, Iowa, Virginia, New Hampshire, Carolina del Norte, Nevada y, especialmente, Florida, el Estado de todos ellos con más votos electorales (29, tras la revisión al alza derivada del último censo).

En las elecciones del año 2000, ganar los 25 votos electorales que tenía entonces Florida permitió a George W. Bush llegar a la Casa Blanca, pese a que a nivel nacional obtuvo casi medio millón de votos menos que su rival, Al Gore.

En EEUU, cada Estado tiene un número preestablecido de representantes (538 en total) según su población y son éstos los que tras las elecciones, y en función de los votos populares, eligen al presidente y al vicepresidente.

El candidato más votado en un Estado recibirá el apoyo de todos los representantes estatales (salvo en Nebraska y Maine, que distribuyen el voto electoral proporcionalmente). De ahí que sea importante imponerse en los estados más poblados.

Dado que, salvo sorpresas de última hora, en la mayoría de los estados se puede anticipar con claridad qué candidato va a ganar, es importante para los rivales políticos vencer en los estados indecisos, especialmente en los de más población.

A sólo una semana de las elecciones, según las últimas proyecciones electorales del diario The New York Times, Obama tendría ya acumulados 237 de los 270 votos electorales necesarios para ganar y Romney 206, mientras que 95 se decidirán en los estados "indecisos".

Florida tiene este año 29 votos electorales, seguido muy de lejos por otros estados swing como Ohio (18), Carolina del Norte (15), Virginia (13), Wisconsin (10), Colorado (9), Iowa (6), Nevada (6) y New Hampshire (4).

Esto explica el hecho de que las respectivas campañas estén haciendo un enorme esfuerzo por conquistar el voto de Florida, un Estado complicado a nivel electoral que en los últimos meses ha sido visitado en multitud de ocasiones por candidatos y personalidades implicadas.

Si bien es cierto que en Florida hay una gran población latina (22,5%), que tradicionalmente vota a los demócratas, ésta está compuesta en su mayoría por cubanos (6,5%), tradicionalmente republicanos, y puertorriqueños (4,5%), a los que tampoco les afectan las políticas migratorias estadounidenses, en las que Obama cuenta con una fundamental baza.

En las últimas semanas, Romney parece haber tomado la delantera en Florida y la mayoría de las encuestas le dan una ventaja cercana a dos puntos porcentuales.

Ohio es otro de los estados por los que más están peleando los candidatos, ya que también es tradicionalmente indeciso y cuenta con 18 votos electorales. En este caso, la población hispana sólo supone el 3,1% (el 1,5% son mexicanos).

Con una fuerte presencia sindical (lo que favorecería a Obama), en la última consulta electoral ganó el Partido Republicano y según las encuestas ambos candidatos están empatados, aunque con una ligera ventaja del actual mandatario.

Otros de los grandes estados indecisos son Virginia (13 votos, 7,9% de hispanos), gobernada por un republicano y con una creciente población hispana, y Carolina del Norte, cuyo gobernador es demócrata y también está viviendo una explosión de la población latina (8,4%).

Según las últimas encuestas difundidas, Romney se haría con la victoria en Colorado (20% de población hispana), Florida, New Hampshire (2,8%), Carolina del Norte y Virginia. Son 70 votos electorales en total, con lo que se impondría en los estados indecisos a Obama, que sólo lograría los 40 votos que aportan Iowa (5%), Nevada (26,5%), Ohio y Wisconsin (5,9%).

Pese a esa posible victoria en los swing states, en principio Romney no ganaría las elecciones porque, hasta el momento, no llegaría a los 270 votos electorales, pero todo puede cambiar en el último momento.

Por ejemplo: en este mismo escenario, si Romney arrebatara a Obama el voto de Ohio (donde en las encuestas sólo les separan dos puntos), el republicano se haría automáticamente con la Presidencia estadounidense.

Esto da cuenta de que nada estará decidido hasta el último instante y que, ante el empate técnico que mantienen ambos candidatos, las matemáticas serán clave en la noche electoral del 6 de noviembre.

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