Dos notas para la eternidad: 50 años de 'Tiburón' y su música

Salir al cine

El pasado día 20 se cumplía medio siglo del estreno del filme que inauguraba la era del 'blockbuster' veraniego moderno y que contó con una memorable banda sonora de John Williams.

Spielberg bromea con su tiburón mecánico para la promoción de 'Jaws' (1975).
Spielberg bromea con su tiburón mecánico para la promoción de 'Jaws' (1975).

El lector habitual de esta página pensará tal vez que estamos un poco pesados con John Williams (Flushing, New York, 1932) a la hora de hablar de música de cine. La razón es bien sencilla: a los 93 años sigue siendo el mejor y más grande compositor de bandas sonoras en activo y preferimos seguir celebrándolo en vida antes de que llegue el triste e inevitable momento de los obituarios y las despedidas.

Son muchas las páginas memorables que nos ha ofrecido su larga carrera en el cine desde 1966, que se cierra por ahora con The Fabelmans e Indiana Jones y el Dial del Destino, pero sin duda pocas como aquella con la que se labró la fama (también su primer Grammy y su segundo Oscar) con un motivo recurrente de apenas dos notas (tres, en realidad) para avisarnos de la llegada del gran escualo a la orilla en su icónica partitura para Tiburón, de Steven Spielberg, de la que el pasado viernes 20 de junio se cumplían 50 años de un estreno que inauguraría la era del blockbuster veraniego para cambiar las reglas del cine de gran espectáculo en el último cuarto del siglo XX y lo que llevamos del XXI y abrir el camino a las sagas franquiciadas.

Del impacto popular y sociológico de aquel filme (el primero en recaudar más de 100 millones de dólares tras estrenarse en 400 salas simultáneamente), de su accidentado rodaje en Martha’s Vineyard o del talento ya pleno del joven Spielberg para la puesta en escena se han escrito millares de páginas y textos antológicos y se han hecho numerosos documentales en los sucesivos aniversarios de su estreno. En Movistar+ pueden ver el último de ellos producido por Canal Arte: 50 años de Tiburón (2024, Olivier Bonnard, Antoine Coursat). También se ha escrito mucho y bueno (repasen los textos y escuchen los podcasts de la web de referencia The Legacy of John Williams) de su score, que hizo de la simplicidad minimalista de su motivo central, posiblemente inspirado en los acordes punzantes y agresivos del de Herrmann para Psicosis, también en los ritmos rituales y obstinados o la brillante orquestación de La consagración de la primavera de Stravinski, el efecto especial más sugestivo para inocular el miedo (hasta hoy) y levantar la sensación de peligro entre el público sin ni siquiera ver en pantalla la forma de la amenaza bajo el agua.

Spielberg y Williams en una imagen de los años 70.
Spielberg y Williams en una imagen de los años 70.

En el reciente documental Music by John Williams de Laurent Bouzereau (Disney+) escuchamos a Williams y Spielberg hablando en el estudio del primero del nacimiento al piano de aquel motivo musical y de cómo su simplicidad contra todo pronóstico, su incidencia en las notas más bajas de la escala y su orquestación creciente en los contrabajos y violonchelos, la tuba, los trombones y la orquesta, salieron precisamente de una depuración sobre los referentes de la propia música abstracta y experimental de Williams para Images, de Robert Altman, usada por Spielberg como temp-track en un primer montaje.

Con todo, es en esa poderosa asociación entre el sencillo, constante e imparable leitmotiv y la amenaza del escualo donde se asienta el carácter sugestivo y las variaciones y desarrollos de una banda sonora donde también se escuchan pasajes aventureros, heroicos e incluso humorísticos, fugas bachianas o una escritura sinfónica más clásica (en Williams siempre brillante) deudora del lenguaje de los maestros (Korngold, Steiner, Waxman, Newman…) de la edad de oro de Hollywood y del post-romanticismo europeo del XIX, pero también trufada de pasajes netamente contemporáneos en una síntesis inesperada y esencialmente moderna siempre al servicio del relato y su poderoso manejo del suspense y las reacciones del espectador.

Reediciones, exposiciones, eventos y proyecciones con música en vivo

Son estos días de celebración y aniversario de Tiburón, también de su música, que ha contado con numerosas ediciones discográficas, suites de concierto y regrabaciones desde la publicación de la banda sonora original en el sello MCA en 1975. A tal efecto se ha creado una web específica, jaws50music.com, que nos anuncia y lleva a los enlaces de la reedición del álbum original (Universal Music/Geffen) convenientemente restaurado y remasterizado por el especialista Mike Matessino, disponible en CD y dos versiones en vinilo de colores para los coleccionistas, así como a la edición digital con el score completo (Back Lot/Universal Studios), igualmente remasterizado para el aniversario, que se despliega en un formato más editado y ensamblado (desde los cues originales) de cara a la experiencia narrativa de la escucha de acuerdo a las secuencias y acontecimientos del filme. Pero hay más, también se anuncia el próximo lanzamiento en CD (Intrada) de una edición especial 50º aniversario con material inédito hasta la fecha.

Portada de la edición digital 50 aniversario del score original de 'Jaws'.
Portada de la edición digital 50 aniversario del score original de 'Jaws'.

En la web se anuncia un nuevo documental (Jaws@50: The Definitive Inside Story) sobre la película producido por National Geographic que se estrenará en streaming en Disney+/Hulu el próximo 10 de julio, un calendario de conciertos en Estados Unidos y Europa donde podrá verse la película en su copia restaurada con acompañamiento orquestal en vivo, una exposición que se inaugurará en septiembre en el Museo de la Academia en Los Ángeles, toda una serie de eventos especiales que se celebrarán en los Estudios Universal de Hollywood y Orlando, así como otros de diversa índole organizados por asociaciones y clubes de fans por todo el mundo. Para los coleccionistas de memorabilia, no falta tampoco la tienda online oficial del evento donde se pueden comprar camisetas, bolsas, tazas y demás merchandising conmemorativo. Nunca el miedo al agua fue tan rentable.

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