RAFAEL VALENCIA | IN MEMORIAM

"Camino de Marrakech, me acordé de la Giralda"

  • La americanista Enriqueta Vila y los arabistas Lola López-Enamorado y Juan Carlos Villaverde recuerdan con emoción al profesor Rafael Valencia en la Casa de los Poetas

El profesor Rafael Valencia (Berlanga, 1952 - Sevilla, 2020) en la Academia de Buenas Letras, que dirigió.

El profesor Rafael Valencia (Berlanga, 1952 - Sevilla, 2020) en la Academia de Buenas Letras, que dirigió. / José Ángel García

Enriqueta Vila lo conoció en una tarde de toros en la Maestranza; Dolores López-Enamorado, recién llegada de terminar los estudios de Árabe en Granada, lo descubrió en un aula de Filología de la antigua Fábrica de Tabacos; Juan Carlos Villaverde lo vio por primera vez en el aeropuerto de Bagdad muy poco antes de que estallara la guerra Iraq-Irán.

Una americanista y dos arabistas evocaron su primer encuentro con Rafael Valencia (1952-2020) en el homenaje que en el Espacio Santa Clara le rindió la Casa de los Poetas y las Letras en la apertura del ciclo primaveral de estos coloquios que organiza Pepe Serrallé. Al acto acudieron este miércoles Juan y Luis Valencia, hermanos de un profesor y estudioso que se fue demasiado pronto.

Vecino del barrio de San Lorenzo, por la calle Baños siempre veían caminando con su mochila a la espalda al hombre que pasaba entre las estatuas, de la de Daoiz a la de Velázquez, las dos de Susillo, dos sevillanos que acabaron en Madrid con distinta fortuna. Enriqueta Vila (Sevilla, 1935) le pasó el testigo en la dirección de la Academia de Buenas Letras, una institución fundada en 1751 en la que Valencia ingresó en 2010, avalado por la arqueóloga Pilar León-Castro, el americanista Ramón María Serrera y el arquitecto Rafael Manzano, que respondió a su discurso de ingreso, que versó sobre el aire de Sevilla y los refranes en la lengua árabe.

A Lola López Enamorado (Llerena, 1963) le costó mucho reprimir la emoción por la pérdida del amigo. Esta extremeña, paisana del profesor Valencia, ha dirigido los Institutos Cervantes de Marrakech, Casablanca, Tetuán y Argel hasta que con la pandemia regresó a Sevilla, una ciudad en la que se encontró con este vacío. Cuando dirigía la institución en Tetuán, preparaban un homenaje a los pioneros. La iban a hacer en julio de 2020 y el homenaje sería cuádruple: Mustafa Adila, María Jesús Viguera, Muhammad Benaboud y Rafael Valencia. Un mes antes murió éste. Al homenaje asistió Alfredo J. Morales, que contó que habían quedado en Porta Rossa para preparar el viaje. Acaba de fallecer Massimo Sardelli, copropietario de dicho restaurante.

Lola López Enamorado, Francisco Correal (moderador), Enriqueta Vila y Juan Carlos Villaverde en el homenaje. Lola López Enamorado, Francisco Correal (moderador), Enriqueta Vila y Juan Carlos Villaverde en el homenaje.

Lola López Enamorado, Francisco Correal (moderador), Enriqueta Vila y Juan Carlos Villaverde en el homenaje. / José Ángel García

Rafael Valencia terminó la mili en Canarias, después de un par de prórrogas, y se fue a Bagdad, con 25 años. Juan Carlos Villaverde (Llanes, Asturias, 1957) hizo el viaje al revés. Primero fue a Bagdad y después volvió a España para cumplir con la patria, aunque se libró dos veces. Este asturiano, que era el único alumno de Árabe para Romanistas de la Universidad de Oviedo, fue uno de los jóvenes licenciados que en septiembre de 1979 llegaron a Bagdad con una beca del Ministerio. En el aeropuerto de la capital iraquí los esperaba Rafael Valencia, al que después sustituiría durante unos meses cuando el extremeño regresó a España. La última vez que lo vio fue en la Academia de la Lengua, para el ingreso del arabista Federico Corriente. "Se murió en junio de 2020, la misma semana que Rafael. Una semana negra para el arabismo".

Gestionaba el legado de las diferentes generaciones de arabistas y reivindicaba a Pascual de Gayangos

Rafael Valencia gestionaba el legado de las diferentes generaciones de arabistas. En su discurso de la Academia reivindicó la figura de Pascual de Gayangos, que tiene calle en el barrio de San Lorenzo. En Bagdad, sustituyó a Emilio García Gómez al frente del Instituto de Cultura Hispano-Árabe, precedente del Instituto Cervantes. Villaverde contó que la vocación del árabe le surgió después de ver por televisión una entrevista de Joaquín Soler Serrano a Emilio García Gómez, de quien conserva firmado un ejemplar de El collar de la paloma que el granadino tradujo del árabe.

Enriqueta Vila encontró en Rafael Valencia un apoyo incondicional. Él a su vez, cuando tomó posesión, contó como su mano derecha con Antonio Collantes, que asistió al homenaje y fue testigo de las últimas horas de vida de Rafael. Acababa de empezar a disfrutar, libre de la presión académica, donde le había sucedido el dermatólogo Ismael Yebra.

Valencia era de Berlanga, provincia de Badajoz. Y Berlanga, el cineasta, era de Valencia. El destino es tan puñetero que el primer aniversario de la muerte del arabista, el próximo 12 de junio, coincidirá con el centenario del nacimiento del director de Bienvenido Mr. Marshall. Lo más parecido a su película París-Tombuctú debían ser esos viajes en coche que Rafael Valencia hacía desde su Berlanga natal hasta Bagdad, con trasbordo en barco incluido.

A Lola López-Enamorado, la cervantina, le gustaría que cuando se inaugure en el Tardón la plaza que llevará el nombre de Rafael Valencia, en algún lugar se pudiera leer un poema que el arabista escribió en uno de sus viajes a Marruecos y que su amiga conserva de su puño y letra: "Camino de Marrakech / me acordé de la Giralda / y me tuve que volver / ay Kutubía / si no fuera por Triana / contigo me quedaría".

Hablaba un árabe de Bagdad, ciudad que conoció con 25 años y donde ejercería como un cónsul honorario

Contaron que hablaba un árabe de Bagdad, que es una variante dulce "que suena como el español de los culebrones venezolanos". Lola viajó a Egipto con una beca para hacer su tesis doctoral sobre Naguib Mafouz con la buena mala suerte de que al escritor cairota le dieron el Nobel de Literatura. Acuciada por las urgencias editoriales, en su equipo de traductores contó con Rafael Valencia. También aparece su firma traduciendo uno de los textos de la antología de su amigo Rafael de Cózar Cuerda andaluza de pícaros, murcios y embaucadores.

Cuando Guardiola, hoy entrenador del Manchester City, y Kiko, comentarista de Carrusel Deportivo, jugaban en Qatar, asistieron a la presentación del libro de Rafael Valencia sobre ese país como paisaje natural y cultural. El tiempo que estuvo en Bagdad actuó como un cónsul honorario, un personaje de Graham Greene o John le Carré, con la guerra puesta, para ayudar a una delegación de la Universidad Hispalense que acudía para firmar un convenio cultural con la de Basora o al arquitecto Rafael Manzano que viajó a ese país para un proyecto de gran hotel en Mosul que no se llevó a efecto por la guerra.

Tuve el privilegio de moderar esta mesa redonda, que abrí con los versos del poema El amigo de Luis Cernuda: "Los lugares idénticos parecen, / las cosas como antes, / mas él no está, ni la luz, ni las hojas / y en esta calma hacia el final del año / llevas la soledad por toda compañía".

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