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Juan Carlos Garvayo. Pianista

Compases de Puerto Rico

  • El músico granadino graba para el sello Ibs Classical un álbum con música inédita del compositor puertorriqueño Roberto Sierra (Vega Baja, 1953).

Sierra: Boleros y montunos. Juan Carlos Garvayo, piano. Ibs Classical (Sémele)

Miembro fundador del Trío Arbós, uno de los grandes conjuntos de cámara españoles, reconocido con el Premio Nacional de Música de Interpretación en 2013, el pianista Juan Carlos Garvayo (Motril, 1969) mantiene una actividad incesante tanto con su grupo como en solitario. La semana pasada estuvo en el Teatro Central de Sevilla tocando Siempre / Todavía, la ópera sin voces de Alfredo Aracil que se estrenó en otoño en Pamplona, y unos días antes había presentado su último álbum como solista, que recoge música pianística de uno de los compositores más celebrados hoy en los Estados Unidos, el puertorriqueño Roberto Sierra.

-¿Cómo conoció a Sierra?

-Nuestro primer contacto fue duurante unos cursos de composición que había en Mollina, por donde pasaron algunos de los grandes compositores del mundo, con los que convivías semanas, algo extraordinario. Desde un primer momento conectamos bien, y ya es que no hemos parado de tocar su música. Empezamos con el Trío nº2, y después tuvimos oportunidad de encargarle una obra a través de la Fundación Siemens, su Tercer Trío, a raíz de lo cual decidimos grabar la integral para Naxos. Es una de esas colaboraciones que no sólo se mantienen, sino que se ahondan con el tiempo. Me ha dedicado una Sonata para piano y la Introducción, Canción y Descarga que se incluye en este CD y que fue encargo del Centro Nacional de Difusión Musical. Nuestra relación es hoy de amistad muy estrecha, casi familiar: lo he visitado varias veces en su casa, he ido a la Universidad de Cornell, donde él da clases, a tocar, a ofrecer clases magistrales. Lo curioso es que yo viví muy cerca de allí, del Campus principal que tiene Cornell en Ithaca, porque estudié en la Universidad del Estado de Nueva York, que está como a media hora o así. Y eso también nos unía en cierta medida.

-¿Es Roberto Sierra un compositor tan solicitado en los Estados Unidos como a veces se dice?

-Absolutamente. Tiene un puesto prestigioso en una de las grandes universidades del país, y casi toda su actividad compositiva se centra en los encargos, que le llegan de prácticamente todas las grandes orquestas e instituciones musicales americanas. Por eso me sorprendió una de las últimas veces que estuve en su casa cuando me dijo que había empezado a componer una serie de obras para piano que quería titular Boleros, por el mero gusto de componerlas, por pura necesidad personal. Los estuvimos viendo en su estudio y quedé fascinado. Me dijo que si los tocaba yo, los terminaba, y que luego tenía pensado escribir una especie de contraparte, que titularía Montunos. "Si Chopin componía nocturnos y polonesas, yo compondré boleros y montunos", me dijo medio en broma. Pero Roberto es de los que cumple con su palabra. Los Boleros son para él muy especiales, una especie de declaración de intenciones: los terminó, un primer álbum de ocho, que me envió. Luego, en 2015, escribió los cuatro Montunos. Estoy agradecidísimo.

-¿Hay algo de popular en esta música o el título es un señuelo falso?

-Algo hay, pero quien se piense que va a escuchar al Trío Los Panchos mejor que ni se le ocurra comprarse el disco. Roberto es puertorriqueño hasta la médula. Y como buen puertorriqueño ama a España. En toda Hispanoamérica encuentras muchas muestras de cariño hacia España, pero también ese reverso de la leyenda negra. Creo que Puerto Rico es al único sitio al que no ha llegado. Roberto es un tipo muy afable y divertido, con una cultura inmensa, gran conocedor la música afrocaribeña, y eso se filtra por su música, claro.

-¿Cuál es la relación entre los Boleros y los Montunos?

-Los Boleros constituyen en rasgos generales la parte más poética, lírica, como de ensoñación. Aunque puedes tener un bolero de lo más plácido y te encuentras con una interrupción brutal. Son especies de mundos oníricos en los que de repente hay como un fogonazo de pesadilla. Los Montunos son su envés rítmico. Hay algunos que son como congas, se toca todo a base de clusters; el piano se convierte en un gran instrumento de percusión, pero todo está hecho de manera increíblemente medida y delicada.

-La Introducción, Canción y Descarga es una pieza de gran virtuosismo…

-Es delirantemente difícil. En realidad todas las obras lo son. Incluso la que parece más sencilla te lanza desafíos constantemente y cuando te quieres dar cuenta estás sudando. Eso tiene mucho que ver con su herencia ligetiana. Él estudió con Ligeti en Hamburgo, pero fue algo más que un alumno de Ligeti. De hecho, antes de nuestro primer encuentro personal yo conocía a Roberto Sierra porque leí escritos de Ligeti en los que hablaba de su alumno puertorriqueño, que fue quien le abrió la ventana hacia las músicas africanas y los polirritmos. Roberto le llevaba discos de música afrocaribeña. Es una eminencia absoluta en ese terreno. Hay obras de Ligeti que nacen directamente del contacto con Roberto Sierra.

-¿Ha tocado esta música en vivo?

-He tocado un montuno y dos o tres boleros, pero como colecciones están sin estrenar. En realidad, ha pasado muy poco tiempo entre la composición de la música y su grabación. Es también la ventaja de trabajar tan estrechamente con este sello granadino. Le dije inmediatamente a Paco Moya que teníamos que grabar esta música. Él me hizo caso y nos pusimos en marcha. Roberto se vino a Granada y grabamos en septiembre pasado, recién acabados los Montunos.

-¿Es Sierra de esos compositores rigurosos con su música o deja hacer al intérprete?

-Escucha muy bien. Sabe exactamente lo que quiere y te lo recuerda si no lo estás haciendo, lo que se agradece mucho. Pero luego te deja, no es invasivo. Es una gran ayuda. Para mí es una especie de afirmación, de legitimación de lo que he hecho, porque lo ha escuchado y lo ha aceptado. Eso me da una tranquilidad enorme. Estoy muy contento con este disco.

-¿Algún otro proyecto cercano como solista?

-Hicimos un concierto con una obra de Mauricio Sotelo en homenaje a Alfred Brendel que se basaba en la Sonata de Liszt. Brendel da una conferencia sobre la Sonata de Liszt, luego se toca la Sonata y finalmente la obra de Sotelo. Lo hemos hecho varias veces, funciona muy bien y decidimos grabarlo. Lo bonito del proyecto es que saldrá el disco con la voz de Brendel, que acaba de cumplir 85 años, y él tocando ejemplos de la Sonata de Liszt, que vamos a grabar el 13 de abril en su casa de Londres. Grabamos la conferencia y a él tocando. Luego irá remasterizada la primera versión de la Sonata que él registró (una que apareció en el sello Vox, no las dos posteriores de Decca), y luego la obra de Sotelo. Es un proyecto original que me hace también mucha ilusión.

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