Costumbrismo como vanguardia

Baile: Rosario Toledo. Guitarra: Daniel Méndez. Actor: Salva Calderón. Lugar: Cicus. Fecha: Jueves, 26 de julio. Aforo: Casi lleno.

Rosario Toledo es una bailaora de un talento enorme que se dispersa en cada propuesta. El jueves ofreció dos espectáculos muy diferentes. Pintoresca está inspirado en obras de Picasso y Duchamp. Las vanguardias históricas, ¿las recuerdan? La vigencia de esta tradición la estableció Paul Valéry con la frase: "Dios mío, todo cambia en este mundo menos las vanguardias". Hace demasiadas décadas que la vanguardia, en plásticas, es sinónimo de lo más retrógrado e intransigente. No obstante el uso de la pantomima, que en Toledo es un don, porque, como dicen en Cuba, es una mujer "comiquísima" de manera natural, el lenguaje corporal de la propuesta es tradicionalmente flamenco. La novedad es el vestuario y cierta tendencia a la fragmentación propia de la vanguardia flamenca de las últimas décadas. Dicha fragmentación funciona mejor en Vengo, la segunda pieza, descaradamente lúdica, a veces paródica, a veces militantemente costumbrista. En un arte abstracto como es la danza flamenca, el costumbrismo es todo un hallazgo, por contraste. El arte de reírnos de nosotros mismos con una sonrisa infinitamente piadosa hacia el niño que también somos.

Lo que más me emocionó de Pintoresca fue la guitarra dolorida y rota de Méndez. Y la imagen final, de enorme fuerza visual. Me gustó, por tanto, más la segunda parte. Y no porque a Toledo, que se encuentra como pez en el agua en la comedia, le estén vedadas otras emociones flamencas. La cuestión es no confundir la hondura con el aburrimiento, ni la profundidad con la pedantería. De hecho, lo que le faltó a Pintoresca es, acaso, lo más valioso de las vanguardias históricas y que es también central en el arte de Toledo: el humor. El humor que dominó Vengo que, desde la naturalidad, desde la complicidad con el público, desde la seguridad de saber dónde estamos y a donde queremos ir, pues el argumento es el viaje, un viaje que no es una metáfora sino un refrescante chapuzón en la Caleta, dio fe de la versatilidad y destreza técnica de una intérprete que está entre lo mejor de una generación bailaora notable.