La tradicional cena literaria que convoca la Fundación Lara en los Alcázares con motivo de la entrega de su premio de novela reunió, un año más, a los principales nombres de la vida cultural y empresarial sevillana. E incluso a una pequeña delegación de Irlanda, la patria del ganador Ian Gibson, de donde procede también Mary O'Sullivan, la esposa de Manuel González Jiménez, catedrático de Historia Medieval, ambos invitados a la velada. Gibson tuvo ocasión de conversar con el pregonero de esta Feria del Libro, el jiennense Juan Eslava Galán, que repasó con él sus vivencias como estudiante de Filología Inglesa en Birmingham. En una mesa próxima, el arabista Emilio González Ferrín, recién llegado de Jerusalén, narraba sus experiencias en Oriente Medio. Otros rostros de la cultura eran Matilde Coral, que bailó en este mismo espacio en pasadas Bienales y llegó acompañada de su hija Rocío; el catedrático de Historia del Arte Enrique Valdivieso; el arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra; los escritores Joaquín Pérez Azaústre, Salvador Gutiérrez Solís, Manuel Vilas, Sara Mesa, Juan Cobos Wilkins y Eva Díaz Pérez; el director de la Feria del Libro, Javier López, o el historiador Manuel Moreno Alonso, que acababa de volver de Cádiz, donde había participado en un acto del Bicentenario que reunió al embajador de Estados Unidos en España con su homólogo español en Washington. Muy cerca de María de los Ángeles Infante, la hija del padre de la Patria Andaluza, el periodista y escritor Alfredo Valenzuela entregaba los marcalibros del ciclo dedicado a Chaves Nogales, que él coordina, y que será la semana próxima uno de los hitos de esta Feria, dedicada al autor de La agonía de Francia. Bernardo Bueno, en representación de la consejería de Cultura, Juan Espadas, Mercedes de Pablos, Carlos Rosado y Piluca Querol, los galeristas Rafael Ortiz e Isabel Ignacio, los directores teatrales José Luis Castro, Alfonso Zurro y José Luis Roca, el coordinador de la Orquesta Barroca de Sevilla Ventura Rico, la gerente del Maestranza Remedios Navarro y el torero Curro Romero fueron otros invitados a esta celebración de la cultura "en la tierra de los Machado", que Gibson definió como una de las noches "más felices de mi vida".