Cultura

El Premio Fernando Lara distingue al Ian Gibson novelista

  • El hispanista, más conocido por sus ensayos y sus biografías, narra en ‘La berlina de Prim’ la historia de un periodista irlandés que investiga el asesinato del general.

El hispanista Ian Gibson se hizo con el Premio Fernando Lara de Novela con La berlina de Prim, la historia de un periodista irlandés que investiga el asesinato del general. "Dicen que en este país hay amnesia, puede que sea verdad", dijo el escritor antes de avanzar que su historia se ambienta en la Primera República, un periodo "del que ya nadie se acuerda". Gibson, que se lleva los 120.200 euros que vienen con el galardón, desveló los orígenes del proyecto, cuando con motivo del entierro de los restos de Gerald Brenan en el Cementerio Inglés de Málaga decidió "que tenía que escribir sobre ese sitio". El escritor toma como protagonista al hijo de Robert Boyd, Patrick, fruto de una relación que este irlandés tuvo con una mujer en Gibraltar. "Es un personaje ficticio, un periodista irlandés que simula ser el hijo ilegítimo de este hombre, que existió en la realidad y que murió fusilado por España y por la libertad", explicó Gibson. En su historia aparece el mismo escenario donde ayer se hacía con esta distinción, el Alcázar. "Hay mucho de Sevilla, de este Alcázar que hoy nos acoge", apuntó.

"Una confesión, Andalucía me está gustando cada vez más", bromeó Gibson con su galardón entre las manos, antes de recordar otras buenas noticias que la comunidad le ha reportado, como "la medalla que me otorgó la Junta. Andalucía me ha dado mucho: a Góngora, los hermanos Machado, Lorca... y la idea de hacer una novela". El autor calificó, con cierta modestia, un "atrevimiento" escribir una narración "en una lengua que no es tu idioma materno".

Gibson, nacido en Dublín en 1939 aunque nacionalizado español, triunfa así en una de sus facetas menos conocidas, la de novelista, aunque el erudito ya había cultivado anteriormente la ficción –lo hizo en Viento del sur, publicada hace ya 11 años–. Su condición de investigador, no obstante, se refleja en su nueva novela, que se ambienta en un periodo histórico como tantos de sus libros. A lo largo de una fructífera trayectoria, el biógrafo más conocido de García Lorca, figura con la que comenzó su bibliografía a comienzos de los 70 –La represión nacionalista de Granada en 1936 y la muerte de Federico García Lorca, publicada en París por Ruedo Ibérico– y en la que ha seguido ahondando con un buen puñado de títulos, ya había abarcado otros capítulos del pasado como el asesinato de Calvo Sotelo o la matanza de Paracuellos. Su interés por las vidas de creadores le ha llevado a arrojar luz mediante diferentes obras en las personalidades de Rubén Darío, Camilo José Cela, Salvador Dalí o Antonio Machado, de quien editó la conmovedora semblanza Ligero de equipaje, uno de los mayores logros de su carrera.

La última vencedora de este premio, el año pasado, fue Silvia Grijalba, que obtuvo el reconocimiento por Contigo aprendí, una narración inspirada en la agitada biografía de su abuela.

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