Israel Fernández | Crítica

Un cantaor con proyección

El cantaor Israel Fernández presentó su último disco en Sevilla.

El cantaor Israel Fernández presentó su último disco en Sevilla. / Grupo Joly

Lo más interesante de Israel Fernández es el timbre de su instrumento. Un color vocal mate y claro, sin falsos arcaísmos, con bellos agudos y un buen uso del falsete. Pero su voz es sobre todo bella cuando se entrega por completo. Entonces asoman matices de más calado, podemos vislumbrar el enorme cantaor que sin duda será. Además es un joven estudioso del legado, como mostró en Universo Pastora, donde da fe de su inmersión en el mundo musical de la Niña de los Peines. Un repertorio muy exigente por el endiablado virtuosismo rítmico de la sevillana. Y también porque se trata de un cancionero que los aficionados tenemos interiorizado, de forma que la comparación es inevitable. No obstante Israel Fernández ha adaptado dicho repertorio a sus condiciones y sensibilidad, consciente de que el modelo es inimitable. No solo Pastora sino todo su universo:Tomás Pavón y el gran Pepe Pinto. En su voz asoman, por supuesto, ecos camaroneros, la influencia más importante del flamenco desde hace décadas, como pudimos apreciar en los estilos festeros y en las seguiriyas, lo mejor de la noche, donde se miró también en los espejos jerezanos. Precisamente por la entrega que requiere este estilo, porque no se puede dejar nada en la reserva. Por eso fue lo mejor de la noche. Por tarantas tuvo un emotivo recuerdo para el gran Gabriel Moreno, que nos acaba de dejar, que fue un maestro en estos y otros cantes, como por ejemplo los del repertorio de los Pavón. Belén López ofreció un número intenso de una densidad sobrecogedora. Y Diego del Morao volvió a demostrar, como hace en cada concierto, que sí, que en efecto en su casa pueden convivir tres genios de la sonanta.

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