Jean-Pierre y Luc Dardenne, la bicefalia que sigue enamorando a Cannes

64 Festival de Cannes

Los hermanos belgas consiguen el Gran Premio del Jurado por Le gamin au vélo.

Jean-Pierre y Luc Dardenne, la bicefalia que sigue enamorando a Cannes
Jean-Pierre y Luc Dardenne, la bicefalia que sigue enamorando a Cannes
Mateo Sancho Cardiel (Efe) / Cannes

23 de mayo 2011 - 10:55

Los hermanos belgas Jean-Pierre y Luc Dardenne han vuelto a salir con premio gordo del Festival de Cannes, donde tras dos Palmas de Oro, consiguieron ayer el Gran Premio del Jurado por Le gamin au vélo, un rayo de optimismo en una filmografía preñada de tragedia cotidiana y ruptura familiar. "¿Se puede hablar de tragedia optimista?", preguntan a la prensa internacional, y se han respondido con este filme, un cuento en el que han abierto la luz, como si fuera un cuadro de Rembrandt, para que muestre los claroscuros en las estancias más irrespirables de ese mundo suyo tan voraz, tan terroso y tan triste.

Le gamin au vélo (El niño de la bicicleta) rompe con sus cintas previas, como Rosetta y El niño, y muestra, sin dejar de entender "el cine como respuesta social a la realidad", una mirada sobre un "una parte del mundo que existe y de la que la gente, por una vez, puede sentirse orgullosa", explican. Para abrirse a la esperanza, se apoyan también por primera vez en un rostro conocido, el de Cécile de France, pero sobre todo en la cegadora y espinosa candidez del chaval interpretado por Thomas Doret.

"Cuando en tu película hay un niño, hay que tener cuidado porque no solo puede ser la imagen de lo que ha sido el espectador, una recreación narcisista de uno mismo", aseguran los hermanos más famosos en Cannes, por encima ya de los Coen. "Es importante que el niño se escape de lo que el espectador espera de él. Naturalmente lo vamos a querer ayudar, pero al mismo tiempo tenemos que ver que no es un angelito, que llora, muerde.... sufre. Hay que mostrar su autonomía para evitar el sentimentalismo", prosiguen.

Cyril, que entra atolondrado en la boca del lobo, consigue esa mezcla perfecta. Con diez años y cuando su padre ha decidido dejarle en un hogar de acogida, encuentra una suerte de hada madrina en la figura de Samantha, mujer que decide consagrar sus esfuerzos a su salvación. "¿Qué es la infancia? Los niños son tranquilidad, no tienen preocupaciones y amarán a quien se ocupe de darles comida y bebida. Crecer es lo violento, lo que puebla tu mente de deseos de destruir", aseguran.

Y así, sus travesuras están a punto de hacerse mayores y devenir crímenes, y su inocencia a punto de extinguirse en la lucha descorazonadora para que la figura paternal no se desmorone. "Si no has sido amado o si no sabes si te aman vas a manifestar esa falta de amor destruyéndote a ti mismo", argumentan, pero este tándem filial también asegura que no cree "en la familia biológica, tradicional. Familia puede ser cualquier combinación que esté lista para dar cariño".

Pero, ¿es el hiperrealismo compatible con el altruismo de Samantha, la protagonista? "Tenemos muchas razones por las cuales no actuar como ella o para pensar que actúa así porque está pasando por un momento malo. Pero creemos que la bondad, como la maldad, se suele llevar a cabo sin pensar demasiado", explican.

La segunda epifanía de Le gamin au vélo es Thomas Doret. "Fue una especie de milagro. Convocamos a 150 niños para el casting y el quinto en aparecer fue él. Necesitábamos a alguien que aportara mucho más que las frases del guión y él tenía una presencia abrumadora", reconocen. Y, como si fuera el protagonista de El ladrón de bicicletas, tendrá que mirar bien hacia dónde canaliza sus afectos y sus admiraciones. "Siempre consideramos que nuestras películas son una continuación del neorrealismo italiano y hay por supuesto una referencia a El ladrón de bicicletas, pero es solo un homenaje".

Ahora, los Dardenne se han quedado a las puertas de ser, con una tercera Palma de Oro, los cineastas más premiados en el festival por excelencia. "Es verdad que la nacionalidad de nuestras películas es belga, pero de alguna manera tienen doble nacionalidad, porque nuestro cine ha nacido en Cannes", aseguran. Pero, aclaran, "un festival no es como un campeonato de fútbol donde los esfuerzos se pueden frustrar por una derrota. Nosotros, en realidad, no somos muy competitivos, aunque nos sentimos muy orgullosos de que nuestro equipo (el KRC Genk) haya ganado la liga de Bélgica", concluyen.

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