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Libros

Juan José Millás: “La identidad no se acaba nunca de construir”

  • El escritor valenciano afincado en Madrid regresa a la novela con 'Solo humo' (Alfaguara), una historia sobre la disociación entre realidad y fantasía y el poder "perturbador" de la lectura

Juan José Millás, el miércoles en la Biblioteca Infanta Elena de Sevilla.

Juan José Millás, el miércoles en la Biblioteca Infanta Elena de Sevilla. / Carmen Castellano

A Carlos, el protagonista de Solo humo, la nueva novela de Juan José Millás (Valencia, 1946), su madre le comunica, el mismo día que cumple 18 años, que su padre, al que no conoce, ha muerto y que le ha dejado su casa, con todo lo que contiene. Así arranca Solo humo, "sin tilde, porque no hay ambigüedad de que es un adverbio y nos adaptamos a la norma", una historia en la que Millás retorna a algunos de sus espacios más característicos, como son la identidad o disociación entre la fantasía y la realidad. "Carlos no ha conocido a su padre, y solo tiene la información que le ha dado su madre, que siempre lo define como un hombre turbio, y entra en el piso del padre para conocerlo, para saber quién había sido, y se encuentra con una gran biblioteca, y él nunca ha sido lector", explica el autor valenciano. "Él sabe que su padre anduvo por esos libros, pero no tiene criterio para escoger uno", añade.

Juan José Millás detalla que "Carlos recorre la casa buscando el rastro de su padre en la maquinilla de afeitar, aún con espuma, o en el frigorífico, donde todavía hay yogures sin caducar, ya que ha muerto de un modo accidental, y por eso todo está caliente en esa casa; el padre no está, pero la ausencia pesa mucho". En su recorrido, Carlos descubre "en la mesilla de noche un libro muy grueso y muy manoseado, por lo que imagina que lo ha leído varias veces, que es los Cuentos Completos de los Hermanos Grimm y busca en ese libro a su padre, donde lo va encontrando, por lo que empieza a vivir entre esos cuentos y la realidad".

Para Millás, "los cuentos, la ficción, cuentan con una característica formidable, y es que nosotros los hemos inventado, pero después ellos nos inventan a nosotros, porque nos comportamos según las historias que leemos o vemos". Reconoce abiertamente el escritor valenciano que "lo que quería contar con este libro es lo profundamente perturbadora que es la lectura, y lo mismo nos sucede con las canciones, las películas o las series, las hemos creado, pero ahora son ellas las que nos dan pautas de comportamiento". Por tal motivo, Millás señala que "si la huelga de guionistas que acaba de comenzar en Estados Unidos dura mucho, nos quedaremos nosotros sin guion, porque nunca hemos consumido más ficción que en este momento; y esa ficción no solo nos entretiene", añade.

“Los cuentos nos inventan a nosotros”, afirma Millás, que aquí se inspira en los Grimm

Juan José Millás afirma que "la identidad se fundamenta sobre los orígenes y Carlos quiere saber cuáles son los suyos", y que por eso "podemos hablar de una novela de iniciación a la vida, que no sabemos cuándo se produce, porque podemos pensar que todas las etapas de nuestra vida son de iniciación". El novelista, a este respecto, señala que "cada edad te obliga a adquirir habilidades nuevas a lo que te enfrentas en ese momento, que es muy diferente a los 30, 40 o 50". Por tal motivo, reconoce Millás que le "fascina que suframos tantos cambios físicos a lo largo de nuestra vida y que siempre conservemos la misma identidad: yo no me parezco en nada al que tenía 40 años, soy otro, mis células han cambiado, y sin embargo el yo se ha ido manteniendo, todo un misterio". Y finaliza esta explicación afirmando que "la identidad no se acaba nunca de construir, se va modificando, y tal vez hay un momento en el que empieza a deshacerse, y seguramente ya deberían llamarse DesJuanjo", ironiza.

Portada de 'Solo humo'. Portada de 'Solo humo'.

Portada de 'Solo humo'. / D. S.

Sobre sus orígenes lectores, que es la trama capital de Solo humo, Juan José Millás reconoce que "cuando nos preguntan sobre las lecturas que nos han influenciado, solemos responder más por cortesía que la verdad, porque cuando se tiene una edad como la mía, y por tanto una bibliografía tan larga, es imposible nombrar esos tres o cuatro libros que nos iluminaron". En cualquier caso, el escritor reconoce que "sí hay un libro fundacional, que es el primero que leí, y que es Cinco semanas en globo, de Julio Verne, que descubrí en una biblioteca pública". Y sobre el efecto que le provocó esta primera lectura, relata que "no podía dejar de leer, fue una experiencia perturbadora, ya que me caí dentro del libro y formé parte de la historia, hasta tal punto que me fui a casa y seguí dentro del libro". A colación de esto, Millás explica que "he tenido muchas oportunidades en la vida de tomar hongos alucinógenos o pellote y siempre lo he rechazado, porque yo estoy siempre lo suficientemente disociado, porque a mí los libros me producen este efecto".

“Hay cosas que están en el libro y no planeé. Gran parte del trabajo de escribir es inconsciente”

Sobre el título de la novela, Solo humo, el narrador valenciano explica que "tiene que ver con algo que nos afecta mucho, como cuando ves una película y empiezas a llorar y alguien te dice solo es una película, y no es solo una película o solo una novela, es mucho más". A lo que añade, "el poder de evocación que tienen las palabras, que si lo pensamos es una sucesión de garabatos, solo es comparable con el poder de evocación que tienen el olfato o el oído, cuando un olor o una canción son capaces de devolverte a la infancia". Sobre su concepción de la literatura, Juan José Millás reconoce que "cuando uno escribe no piensa en el lector, o por lo menos no piensa en un lector concreto, y por eso a mí me sigue sorprendiendo mucho, en las firmas o en las presentaciones, ver el rostro del lector, y que te diga cosas que están en el libro, pero que no estuvieron en mi intención a la hora de escribir la novela, porque gran parte del trabajo de escribir es inconsciente". Para Millás, "la literatura es hija de la tradición oral, en un momento en el que no se había inventado la escritura y tenía un fin práctico, y no solamente entretener, también ofrecer al oyente la representación de un mundo". El narrador abunda en esta dirección, y así afirma que "la literatura sirve de lo mismo que en aquellos tiempos remotos, para informar de cómo es la realidad". En este sentido, Juan José Millás precisa que "a veces la narración pasaba a lo fantástico, porque a veces lo real se cuenta mejor desde la fantasía".

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