León Benavente

"Es el momento de buscar soluciones para los conciertos que sean reales y que tengan sentido"

  • Abraham Boba, teclista y voz del grupo León Benavente, que actuará el viernes en el CAAC, dentro de la programación del ciclo Sevilla Alive, habla de la situación de los conciertos, deteniéndose especialmente en el que ofrecerán en nuestra ciudad

León Benavente en una de sus imágenes promocionales

León Benavente en una de sus imágenes promocionales / D. S.

El viernes tenemos nueva sesión del ciclo de conciertos Sevilla Alive con una prometedora noche en la que podremos ver en directo a los sevillanos Full y a León Benavente, la banda que formaron hace ocho años cuatro músicos de amplio recorrido anterior. Luis Rodríguez se ocupó de la guitarra, Eduardo Baos del bajo, César Verdú de la batería y Abraham Boba de los teclados y la voz. Es a él a quien dirigimos las preguntas.

Esa unión de ustedes supongo que nació de un deseo de llegar hasta horizontes más atractivos. Viniendo de lugares tan dispares, ¿les costó adquirir consciencia de grupo?

Nunca nos vimos como un supergrupo. Ya nos conocíamos, éramos amigos e incluso llevábamos tiempo trabajando juntos en otros proyectos y al final fue bastante natural que diésemos el paso para montar este grupo. Sobre todo nos movieron las ganas de hacer cosas nuevas, cosas que no habíamos hecho en nuestros proyectos por separado, y ese ha sido el timón de León Benavente. A medida que iba pasando el tiempo e íbamos haciendo discos no dejábamos de sorprendernos con cada uno de ellos, con cada canción nueva que creábamos; y siempre estamos buscando la forma de hacer las cosas de manera distinta, aun siendo las mismas personas, con personalidades bastante formadas. Constantemente buscamos caminos que no hayamos recorrido antes.

De esos discos mencionados, el tercero de ellos, último hasta ahora, editado en 2019, se llama Vamos a volvernos locos, un título que resultó ser tremendamente premonitorio.

Ahora parece que todos los títulos de discos, canciones, libros, películas fuesen premonitorios, pero es obvio que nadie se esperaba lo que íbamos a vivir. A nosotros, como a todo el mundo, nos trastocó bastante los planes, pero tuvimos la suerte de poder girar con el disco unos cuantos meses, porque salió en noviembre y pudimos hacer toda la gira de salas que teníamos prevista. Luego tuvimos que parar hasta que de nuevo pudimos hacer algunos conciertos tanto el verano pasado como este y mientras hemos ido trabajando en nuevo material, que es a lo que pudimos dedicarnos más en los extraños tiempos del confinamiento.

"Siempre vamos buscando los diferentes registros que tenemos como banda para desarrollarlos en directo"

Esos conciertos no les trajeron a Sevilla y aquí la última vez que les vimos en directo fue el 2 de noviembre del 2019 cuando dispusieron de unos escasos cuarenta minutos para presentarnos algunas de las canciones del nuevo disco, abriendo la noche estelar que la MTV preparó en la Plaza de España con Green Day como gran atracción. Siempre pensé que para León Benavente debió ser una noche agridulce, por estar supeditados a tantas cosas: tocar todavía de día, cuando las colas de espectadores rodeaban de forma kilométrica el perímetro del parque y ante el escenario apenas había unas decenas de personas, restricción de tiempo, un público indiferente a su propuesta musical… incluso solo tuvieron una crónica de primera mano de su concierto en toda la prensa que se movilizó allí, precisamente de este Diario, porque todos los periodistas acreditados por la MTV iban juntos en un autobús que se perdió y llegaron cuando hacía rato que la banda había terminado. Que solo nosotros pudiésemos escribir sobre ellos fue debido a que gestionamos nuestra acreditación por el ayuntamiento en lugar de por la cadena organizadora.

¿Cómo recuerda usted aquel día?

Ya sabíamos que iba a ser un concierto nada habitual; estaba claro que ni siquiera era un festival, sino un evento de MTV en el que estábamos a la sombra de Green Day e incluso de The Struts, el otro grupo. Esas cosas son siempre muy extrañas pero guardamos buen recuerdo; tocamos en un lugar muy bonito y en el fondo fue toda una experiencia de fin de semana. Tuvo bastante gracia, esa es la verdad.

Como ahora León Benavente será el grupo principal de la noche y además han pasado muchas cosas desde entonces, doy por sentado que el contenido del concierto del viernes será totalmente diferente.

Pues sí; llevamos todo este verano de gira y hemos cambiado el repertorio con respecto a aquella y también a la que hicimos el verano pasado; hemos incluido canciones que no tocábamos desde hace tiempo y también la versión que hemos publicado hace poco de la canción Niño futuro, de Rafael Berrio. Siguen siendo conciertos bien extraños para lo que serían las circunstancias de un concierto de rock, pero los estamos disfrutando también.

¿Esas canciones de otros discos han sido elegidas para que no desentonen con el estilo de las demás o para que digan algo concreto y apoyen un discurso de la banda, siendo así uniforme el fondo más que la forma del concierto?

Ambas cosas; todo el repertorio de León Benavente se complementa de alguna manera. Siempre vamos buscando los diferentes registros que tenemos como banda para desarrollarlos en directo y en este caso algunas de las canciones que estábamos tocando las hemos sustituido por otras tanto porque se complementan musicalmente como porque nos apetecía hacer este tipo de discurso.

Entiendo, pues, que no van ustedes a adelantar ninguna canción del nuevo disco que están preparando.

No solemos trabajar adelantando nada, nos gusta que el disco salga completo, que se entienda como una colección de canciones que tienen sentido estando juntas, no por separado. Siempre hemos preferido hacerlo así y luego ya llevarlo al directo para que tengan otra vida esas canciones. La canción de Berrio la grabamos durante las sesiones de estas otras del disco, pero no va a ir incluida en él.

Cuando ustedes comenzaron su carrera se les veía, puede que equivocadamente, como grupo político y reivindicativo; ahora ya hay bastante consenso en que con su último disco se volvieron más intimistas. Precisamente el estar confinado potencia el intimismo, ¿las nuevas canciones son retratos aún más del alma de cada uno de ustedes o del paisaje y el paisanaje que les rodea?

Las canciones son parte de la vida que llevamos y de alguna manera se refleja en ellas todo ese momento extraño y convulso que hemos vivido y que ha tenido mucho que ver, desde luego que sí, con otro tipo de sensaciones distintas a las que teníamos. Pero tampoco quiero hablar mucho del nuevo disco, eso lo dejamos ya para la siguiente conversación que mantengamos.

A nadie se le escapa que una de esas sensaciones ha sido el miedo. Usted siempre ha mantenido que el miedo nos limita. ¿Ha salido de esta situación con más miedo o liberado del todo y más libre para crear?

Creo que todos los del grupo, no solo yo, hemos ido pasando por diferentes etapas, pero desde que tuvimos claro que íbamos a poder seguir haciendo conciertos, aunque fuesen de otra manera, y a poder seguir creando canciones nuevas, eso nos dio el impulso que necesitábamos; y cuando nos juntamos de nuevo después de todos esos meses sin vernos, nos pusimos a trabajar y vimos que teníamos muchas cosas interesantes por hacer, fue cuando ya nos echamos hacia adelante con toda la valentía del mundo.

Los miedos y las prevenciones han traído otra clase de conciertos, que también han polarizado a la gente que asiste a ellos.

Todos estos conciertos son muy extraños para los que estamos encima del escenario y para los que están como público; pero claro, como llevamos ya un tiempo, que empieza a ser muy largo, te vas acostumbrando y sacando los puntos positivos de todo esto: al menos poder tocar, aunque no sea en las mejores condiciones; así te vas medio contento porque puedes hacer tu trabajo. Pero es el momento de empezar a buscar soluciones que sean reales y que tengan sentido, porque fuimos los primeros en irnos y parece que vamos a ser los últimos en volver a la normalidad.

¿A ustedes estas circunstancias les han hecho dejar de dar algún concierto o, por el contrario, les han llevado a dar alguno concreto?

No hemos renunciado a nada porque todos los conciertos se hacen con las mismas medidas de seguridad; no hay mucha diferencia y ya sabes con lo que te vas a encontrar. Hay sitios que son más fríos que otros, y a pesar de tener las mismas medidas también hay promotores que hacen que el evento sea un poquitín más acogedor; otras veces se consigue menos, dependiendo del sitio, pero entre el verano pasado y este hemos hecho ya suficientes conciertos como para ver las diferencias entre unos y otros aun bajo las mismas restricciones. Pero pensando como público sabemos que esta no es la mejor forma de disfrutar de un concierto como el nuestro, la gente necesita vivir ese tipo de sensaciones aunque sea de esta manera y nosotros en el escenario también hemos aprendido a disfrutar mucho tocando. La comunión con el público no es como antes de la pandemia, pero buscamos otros alicientes para salir al escenario y hacer un concierto igual de bueno que aquellos.

Usted no nos ha impuesto ninguna condición como aquella de Umbral en la televisión, pero ya que estamos aquí, háblenos de su libro.

Se llama Esto no es una canción y es un proyecto que tenía en la cabeza desde hace tiempo hasta que empecé a darle forma a finales del 2019. Siempre me ha gustado escribir y tenía algunas cosas escritas que no eran canciones, y ya cuando tuve claro cómo quería que fuese este poemario me centré en terminarlo. Le di vueltas hasta que estuvo completo y luego con la ayuda de Belén Bermejo, la editora de Espasa, tristemente fallecida el año pasado, que siempre me animaba a que le enviase las cosas que no fuesen canciones, surgió en junio este libro y un espectáculo que estreno la semana próxima en base a esta obra.

Y fiel al título y al propósito del libro, ninguno de sus poemas se convertirá alguna vez en una canción.

No. Creo que hay material suficiente para hacer canciones y material suficiente para hacer poemas y me gusta que sean mundos separados. Prefiero entenderlo así.

El mundo de las canciones, tal como Abraham Boba lo entiende, se hará presente el viernes en la pradera del CAAC, en cuanto, una vez terminado el concierto de Full, sean él y sus compañeros de León Benavente los que se suban al escenario.

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