Muere el rockero sevillano Luzbel
Su figura estuvo unida a la de Silvio desde el mítico concierto de la Escuela de Arquitectura, en 1975
Ha fallecido Manuel Díaz del Real, al que todos conocíamos como Luzbel. Arcángel de la escena musical local, arquetipo de la tópica dualidad sevillana, casi siempre hundido en las tinieblas, pero capaz de encenderlas con su fuego oscuramente luminoso. Luzbel era Dios en su cielo tenebroso. Nunca lo suficientemente reivindicado.
La figura de Luzbel siempre ha estado unida a la del otro gran mito de nuestra música, Silvio, al que se unió allá por 1975, cuando a este último se le brindó un homenaje en la Escuela de Arquitectura en el que participaron todos los músicos llamados a hacer en nuestra ciudad la música que todavía no existía. Silvio, en uno u otro momento, se unió a todos ellos tocando la batería, que es a lo que entonces se dedicaba, levantándose enseguida de la banqueta de todas las bandas excepto de la de una nueva, todavía en formación, que estaba montando un bajista con la ayuda de todo el que quería unirse a él. Este bajista era Luzbel y prácticamente tardó tres años más en darle forma consistente a ese grupo, que ya quedó para los anales con el nombre de los dos: Silvio y Luzbel.
Cuando la banda estuvo encarrilada no se parecía demasiado a la que fue en su génesis; Silvio le había dejado la batería a Antoñito Smash para ponerse él a cantar y Luzbel había abandonado el bajo, que cogió Carlos Gordillo, para hacerse cargo de una guitarra de la que sacaba acordes siempre en segundo plano tras los de Tomás Castellá y, sobre todo, de Pedro García Mauricio. Ellos, además de Ramón Companys, que tuvo que sustituir a Antoñito, con el brazo roto, en la grabación, fueron los artífices de Al Este del Edén, disco que comparte el pódium de nuestras leyendas junto a los primeros que grabaron Triana y Veneno.
Desde entonces Manolo Luzbel estuvo transitando por el wild side que Lou Reed describió genialmente en su canción, asociándose de forma esporádica a Silvio cuando tenía que sustituir a Andrés Herrera, el Pájaro, en los compromisos que obligaban a este a cambiar la Barra Libre por la Pata Negra, llegando incluso a saborear con ellos las escasas mieles de triunfo capitalino en el concierto de Rock-Ola. Los últimos años 80 y los primeros 90 vieron a Manolo al frente de Luzbel y el Sindicato, con su voz y su guitarra acompañadas del bajo de Javi Padilla, el Culebra, y la batería de José María Illana, el Sibarita. Después también rondó el entorno de Los Diplomáticos, la última banda de Silvio, aunque sin formar parte de su seno.
Luzbel, arcángel derribado, pero conservando intacto su insaciable amor a la hermosura, de la que han salido canciones como La Playa, de aquel primer disco, y Perversa pasión, Interpol, Sierra Norte, recuperadas de sus andaduras posteriores por Camaradas Club, la banda en la que ahora está García Mauricio, su sempiterno compañero.
Sin duda, seremos muchos los rockeros sevillanos de amplio recorrido que nos uniremos en su despedida desde el tanatorio de Servisa, en San Jerónimo; lugar en el que estará desde las 13:00 horas del domingo. Allí podrá ser velado su cuerpo hasta las 16:00, hora en que será trasladado al crematorio de Tomares.
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