'Nur', un viaje estético y científico al mundo islámico desde la luz
La Fundación Focus abre al público la ambiciosa muestra itinerante, con la que desembarca en marzo en Dallas.
Un viaje en el tiempo -entre los siglos IX y XX- que explora la importancia de la luz en la estética y el conocimiento islámicos es lo que plantea Nur, la muestra organizada por la Fundación Focus-Abengoa -en cuya sede del Hospital de los Venerables se abre al público y podrá verse hasta el 9 de febrero- en colaboración con el Museo de Arte de Dallas. El sugerente recorrido acerca 150 piezas extraordinarias, muchas de ellas nunca expuestas, seleccionadas por la doctora Sabiha Al Khemir, comisaria de la muestra y reconocida experta internacional en arte islámico, ex directora del museo de Doha (Qatar) y asesora en esta materia del Metropolitan de Nueva York o el citado museo de Dallas, donde recalará en marzo de 2014 la que será la primera iniciativa cultural de la Fundación Focus en los Estados Unidos.
Tras cuatro años de trabajo, Al Khemir ha reunido, procedente de 40 importantes colecciones privadas y museos como el British de Londres, un deslumbrante conjunto integrado en un 90% por objetos seculares y de la vida diaria "que no podrían mostrarse en una mezquita aunque tienen una profunda relación con la cultura islámica. Ésta no es una exposición religiosa en ningún caso", recalcó.
Nur, el término árabe para "luz", se analiza aquí en su sentido físico pero también metafísico mediante una propuesta expositiva dividida en dos grandes secciones: una dedicada al arte y otra centrada en la ciencia.
El inicio de la visita expresa visual y simbólicamente esa idea de la luz como metáfora compartida entre las religiones musulmana, cristiana y judía. Para ello, reúne una pieza cristiana del siglo XIX procedente de Irán que combina caligrafía en copto y árabe. A su lado, una menorá judía (candelabro de siete brazos) usada en Marruecos dialoga con una alfombra de oración que muestra en el centro la lámpara de una mezquita, "el signo de la luz en la cultura islámica", según Al Khemir.
El siguiente espacio insiste en ese poder simbólico de la luz con un conjunto de valiosas lá¶s que anticipa la primera sección propiamente dicha del recorrido expositivo, La página iluminada, donde se atesoran algunos de los manuscritos más valiosos del mundo. Así sucede con el célebre Corán azul tunecino del siglo IX-X, "el único ejemplar existente en pergamino de ese color y del que aquí se muestran por primera vez cuatro páginas", destacó Sahira.
La taracea, técnica de incrustación ornamental que da una luz especial a los objetos, protagoniza la siguiente sección. Valiosas piezas de metal con incrustaciones de oro y plata procedentes de las escuelas de Jazira, Mosul y Khorasam, datadas en el siglo XIII, deslumbran en el itinerario.
Para ilustrar el tema de la transparencia y el color la directora científica ha reunido piedras preciosas y semipreciosas, "que por naturaleza tienen la luz intrínseca", junto a objetos que permiten admirar la creatividad en vidrio. "Cuando hablamos del mundo islámico hablamos de una civilización que tiene muchas religiones dentro. Es la unidad dentro de la diversidad", recalca la comisaria ante una vasija siria del siglo XIII en la que se puede leer, "como si fuera un libro", explica, "una historia fascinante".
Esa superposición de culturas queda especialmente de manifiesto en el ámbito dedicado a la cerámica de lustre -con reflejos metálicos-, que se transmitió al resto del mundo desde España. Originaria de Iraq, la cerámica de lustre pasó de ahí a Egipto, Siria e Irán, y fue luego Al-Ándalus la que la popularizó. "La increíble gama de tonalidades rojizas, chocolateadas y amarillas que presentan las piezas, fruto de los productos químicos usados, nos permite admirar la simbiosis que alcanzaron el arte y la ciencia andalusíes", defendió Sabiha Al Khemir. Las cerámicas de Manises (Valencia) abundan en este tramo, donde destaca un cuenco iraquí del siglo IX adornado con un pájaro de un brillo dorado tan radiante que parece estar vivo.
La muestra, que se distribuye por dos plantas del antiguo Hospital de los Venerables Sacerdotes, continúa en el nivel inferior con un impresionante despliegue de objetos cedidos por centros tan prestigiosos como la Wellcome Collection de Londres. Así arranca el bloque centrado en el conocimiento, a la luz de la ciencia: libros y piezas raras que muestran la contribución de la medicina islámica, como una serie de ilustraciones anatómicas de Irán del XIX, jamás expuestas al público. La comisaria destaca un manuscrito redactado por un cirujano cordobés del siglo X donde por primera vez se habla de la cirujía plástica, "a la que llamó la cirujía de la belleza", y que aquí admiramos en la copia realizada en el siglo XIII procedente de la Biblioteca Real de Marruecos. A su lado se ha dispuesto instrumental quirúrgico del siglo X procedente de una excavación arqueológica de Egipto y atesorado por la familia real de Kuwait.
La sección dedicada a los artilugios ingeniosos reúne piezas mecánicas de extraordinaria creatividad con otras como un manuscrito de la Biblioteca de Berlín del siglo XIII donde se habla de un invento del siglo IX, una lámpara autocortante que iba reduciendo por sí misma la mecha. El siguiente tramo se detiene en el astrolabio, un invento griego mejorado por los científicos islámicos quienes, gracias a sus investigaciones matemáticas ("como la introducción del número cero, que revolucionó el cálculo", valoró Sabiha) convirtieron estos instrumentos "en los ordenadores de la época, que ayudaron a entender el mundo".
La sección astronómica resalta la importancia de los astros y las estrellas en el mundo islámico, con joyas como el manuscrito ilustrado redactado en árabe más antiguo que se conserva. Data de 1009-1010 y es el Tratado de las estrellas fijas de Abd al-Rahman al-Sufi. Su prestador es la Bodleian Library de la Universidad de Oxford, biblioteca que atesora una de las colecciones más importantes de manuscritos islámicos, lo que da idea de la importancia del material reunido en Sevilla. Otra pieza nunca antes expuesta es un papel iraní del siglo XIX que muestra los doce signos del zodíaco.
Una ventana del siglo XV procedente de Marruecos o Egipto preside la siguiente sala, dedicada a la fortaleza de la geometría en esta cultura. "Gracias a las permutaciones matemáticas las combinaciones posibles para la geometría son infinitas. La geometría está presente en todos los materiales, como madera o tejidos, en todos los períodos y lugares, desde España hasta Asia central, siendo así un verdadero lenguaje universal", defiende Sabiha Al Khemir.
Para la comisaria, "los once siglos y catorce países representados en Nur ilustran no sólo la tradición de talento y artesanía que inunda el mundo islámico, sino también la belleza y la contribución de esta civilización al acervo cultural de la humanidad". Por eso, ella desea que sean las propias piezas -con sus diferentes capas decoradas con profusas filigranas o escrituras caligráficas- las que hablen al visitante en una experiencia sensorial ampliada por las pantallas didácticas. Al final del recorrido, los detalles más sobresalientes de la arquitectura islámica española sorprenden la mirada en un vídeo sin palabras: los interiores de Santa María la Blanca en Toledo (sinagoga decorada por maestros andalusíes procedentes de Córdoba) y la Alhambra granadina, una ventana de Medina Azahara, una cúpula del Alcázar sevillano… y los heliostatos que Abengoa tiene en su planta solar de Sanlúcar la Mayor, "otro espejo de luz" según la comisaria, que realiza así un guiño al liderazgo de esta empresa en energía renovable y al pasado islámico de Andalucía.
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