Después de varios desencuentros por cancelaciones provocadas por la pandemia, la Orquesta Barroca de Sevilla y la soprano inglesa Julia Doyle vuelven a colaborar este sábado en un concierto camerístico con música de tres de los más grandes y populares maestros de la primera mitad del siglo XVIII, Vivaldi, Haendel y Bach.

Doyle había participado con el conjunto en un recital con música italiana en el año 2010 y hecho luego uno de los programas del Proyecto Atalaya, el del año 2015, que, con música de Pedro Rabassa, acabó además en la grabación de un CD (Astro Nuevo). En abril de 2016, la artista británica estuvo con la OBS en el Auditorio Nacional y en Oviedo, cantando también música española. En los últimos años, problemas pandémicos provocaron la cancelación de un par de espectáculos en los que estaba prevista su presencia, entre ellos el de enero de 2021 en el Maestranza, para el que Doyle fue sustituida por Alicia Amo.

La OBS no quiso renunciar a aquella cita y ha producido ella misma este espectáculo que, si en formato pequeño, ofrece un repertorio de espectacular belleza y profundidad musical, en el que el violín se alza como segundo gran protagonista ya que, además de un par de sonatas para el instrumento, todas las obras vocales del recital incluyen un violín como solista al lado de la voz.

La violinista Cecilia Bernardini

Si la parte del bajo continuo será realizada por dos habituales de la orquesta sevillana (la violonchelista Mercedes Ruiz y el clavecinista Alejando Casal), la del violín supondrá el debut en Sevilla con la OBS de Cecilia Bernardini, quien había colaborado por primera vez con el conjunto en agosto de 2020 en un concierto del Festival de Santander, que “resultó especialmente emotivo ya que aquel fue el primer concierto que dimos tras el confinamiento”, como recuerda Ventura Rico, fundador y coordinador de la OBS. Después Bernardini lideró también al grupo desde el puesto de concertino en un par de conciertos de aquel mismo otoño en Toledo y Getafe. La violinista italoholandesa volverá a colaborar con la OBS el próximo 21 de mayo en un recital en el que también participará su padre, el prestigioso oboísta Alfredo Bernardini.

El recital de este sábado se abre con Lungi dal vago volto, una típica cantata de Vivaldi ambientada en la Arcadia, y se cierra con Un’alma innamorata, cantata profana escrita por Haendel en Roma en 1707 para la quien dicen que fue su ocasional amante, la soprano Vittoria Tarquini.

Entre medias, se oirán dos sonatas para violín y continuo, una atribuida a Haendel con el número de catálogo HWV 370 (aunque hay dudas sobre su autenticidad) y la BWV 1021 de Bach. Entre los movimientos de ambas piezas instrumentales sonarán cuatro arias de carácter espiritual. Primero, dos de las nueve arias alemanas que Haendel escribió en Londres mediados los años 1720, cuando triunfaba como director de la Royal Academy, el más importante centro de la ópera italiana de ese momento en Europa. Después dos arias extraídas de otras tantas cantatas de Bach (BWV 171 y 36) que tienen en común ser parodias de obras profanas del año 1725.