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Feria del Libro de Sevilla

Sergio del Molino: "Felipe González no es un líder nato, se fue haciendo como líder"

Sergio del Molino.

Sergio del Molino. / AFG.

Sergio del Molino (Madrid, 1979) acaba de publicar una novela sobre Felipe González. Un tal González es una novela, no un ensayo ni una biografía ni un relato de no ficción, sino un relato novelado que conduce el protagonista, Felipe o González o Felipe González -cada nominación está cargada de una intención-, desde 1969 a 1997, los años finales del franquismo, la Transición y los primeros gobiernos socialistas. Editado por Alfaguara, el autor de la España vacía lo presenta este sábado en la Feria del Libro de Sevilla.

-Canal 24 Horas entrevistó hace unos día a quien fuese la esposa de Felipe González, Carmen Romero. No le gustó la entrevista. 

-No, porque creo que estaba desaprovechada, era un acontecimiento televisivo, una cara nueva en esta conmemoración, el propio Xavi Fortes lo ha reconocido. Era un personaje que faltaba, que podía contar muchas cosas, es una entrevista inédita, por eso creo que estaba desaprovechada.

-Carmen Romero estaba afiliada al PSOE, participaba, sobre todo, en UGT, y fue diputada por Cádiz, pero en ese entrevista llega a explicar que ella también fue la encargada de sostener a la familia durante todos esos años, que le daba a Felipe González esa seguridad. Esto me lleva a algo que se observa en tu novela. ¿González llegó a estar deprimido en Moncloa?

-Sí, sin duda, varias veces, no en el sentido psiquiátrico o social que se entiende por depresión, pero sí melancolía. Eso tiene mucho que ver con su temperamento y su carácter, es una persona muy sociable. En ese sentido, González es más andaluz que cántabro, y es una persona que necesitaba estar cerca de sus amigos, de sus conversaciones, y en Moncloa sintió esa soledad del poder, lo peor es no poder compartir.

-¿Por qué no podía?

-Porque un presidente no puede, porque con sus amigos no iba a compartir asuntos de Gobierno. 

-¿De ahí, de esa angustiosa soledad del poder, viene la afición de González a los bonsáis o a los huertos?

-Los utilizó como bálsamo. Ha tenido siempre esas aficiones que parecen un poco raras, lo de la petanca, los bonsáis, la talla de las piedras, se vuelca en ellas, pero después las abandona. Creo que lo del huerto no lo ha dejado, que sigue teniéndolo en su casa en Extremadura, y ahora le ha dado mucho por los bosques. Pero creo que él es así, que sin ser presidente, hubiera tenido esas aficiones en las que volcar su tiempo.

-González ha sido uno de los líderes del siglo XX, un gran comunicador, una persona con mucha empatía. Sin embargo, lo defines como una persona tímida. Uno de sus profesores, que después sería presidente del Constitucional, Miguel Rodríguez-Piñero, explicó hace la semana pasada en Sevilla que González no era uno de los líderes estudiantiles,como sí lo podía ser Rafael Escuredo.

-Es así, porque ni estaba tan ideologizado ni tenía un discurso doctrinal fuerte. Felipe fue un líder que se fue haciendo, no era un líder nato. Se crecía más en la discusión y la polémica. No parecía ni el líder que fue ni estaba en el sitio adecuado, un partido que no era mayoritario entonces y una ciudad, Sevilla, donde el PSOE no tenía la fuerza que en Vizcaya o Asturias.

-¿Por qué González nunca ha escrito? Su autobiografía se echa de menos como un testimonio para la historia. Sí lo hicieron los demás, a excepción de Adolfo Suárez.

-Eso se ve en sus escritos, en sus documentos, es una persona dotada para la oralidad, no es un buen escritor. No es cierto que él no haya pensado nunca escribir su biografía, pero tendría que escribírsela otro, dictada, no sería él. 

-No es un literato. Alfonso Guerra sí lo es.

-Sí, Guerra sí lo es; si no, no llevaría cuatro libros escritos.

-Niega en el libro algo que todos habíamos dado por hecho, que González y Guerra nunca fueron amigos, en el sentido de que tenían aficiones diferentes, de que no compartían el mismo tipo de cine, de libros. Y eso fue lo que ayudó a que fueran juntos durante tanto tiempo.

-Sí, es verdad que se ha sostenido eso, pero claro que tenían una gran amistad, eran amigos. Se ve en la carta que le escribe cuando le explica que es lo mejor es que dimita, es la carta de un amigo, habla de la amistad, lo hace con dolor. Es cierto que no compartían algunos gustos, pero la gente con la que vas de jarana no tiene por qué ser tu amiga.

-Habrá visto la mención que González hizo a Guerra el pasado fin de semana en Sevilla. Confesó que le faltaba.

-Sí, lo que no sé si ese gesto servirá para reconducir las relaciones en el partido.

-Recuerdo la legislatura final de Felipe González, aquella a la que él tampoco quiso llegar, con dramatismo. Los casos de corrupción, Ibercorp, el de los GAL, que aunque fuese de su primera legislatura, saltó entonces. Luis Roldán, el ex director general de la Guardia Civil, a la fuga. Usted no lo veía así, sostiene que la sociedad española no vivió aquello como un drama.

-Sí, fue todo como tan rápido, más bien como una comedia. Los periodistas, en las redacciones, ven todo con algo de sesgo, con un dramatismo que yo entiendo que no se trasladó a un país que vivía bien, que no estaba atento a todo esto.

-¿Felipe González ha sido un paréntesis en el PSOE? Préntesis en cuanto que fue un líder que buscaba la centralidad, que tomó medidas muy impopulares por un sentido de Estado, como la reconversión industrial o su postura sobre la OTAN. 

-El creó un espacio socialdemócrata donde no lo había. Sus mayorías absolutas le dieron el poder para ello, en ese sentido sí hay un cambio, pero tenía que suceder, antes o después habría ocurrido. 

-Se ha estado documentando en la Fundación Felipe González, donde están todos los escritos del ex presidente. Cuenta que hay textos que aún no se pueden leer, que son secretos.

-Sí, están afectados por la ley de secretos oficiales, por ser documentos de un ex presidente relacionados con la seguridad del Estado.

-¿Hay documentación sobre los GAL? ¿Crees que se sabrá toda la verdad sobre los GAL?

-No, ahí no hay documentos sobre los GAL. Creo que se sabe todo sobre los GAL, en el sentido de que se investigó, de que hubo condenas y penas de prisión. No hay más, en el sentido de que no hay constancia documental, no existe. Sólo Felipe puede decir qué supo o qué ordenó, pero no hay más constancia.

-Su libro es una novela, no es un ensayo ni una biografía. ¿Por qué no ha escrito una biografía?

-Una biografía necesita de un trabajo más obsesivo por los detalles, más detallado, soy escritor, no historiador. He escrito sobre el tiempo en el que Felipe González estuvo en la política, no cuento nada de su vida después de 1996 ni cómo fue su infancia, por ejemplo.

-Ha sentido fascinación por Felipe González.

-Me he esforzado en tener fascinación, porque creo que no se puede escribir esta novela de otro modo, a la contra o con desdén. 

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