Una cuestión de confianza

Set of sets | Crítica de danza

La interrelación entre los bailarines crea hermosas imágenes y un continuo movimiento.
La interrelación entre los bailarines crea hermosas imágenes y un continuo movimiento. / Alfred Mauve

La ficha

**** ‘Set of sets’. Idea/concepto: GN|MC Guy Nader | Maria Campos. Dirección: Guy Nader. Coreografía: GN|MC. Creación e interpretación: Maria Campos, Guy Nader, Noé Ferey (Lisard Tranis), Patricia Hastewell (Clementine Telesfort), Alex de Vries (Csaba Varga), Tina Halford (Roser Tutusaus) y Héctor Plaza. (Tom Weksler). Música: Miguel Marín. Iuminación: Yaron Abulafia. Vestuario: Anna Ribera. Lugar: Teatro Lope de Vega. Fecha: Viernes, 29 de abril. Aforo: Menos de media entrada.

Programada para el 21 de enero y cancelada por problemas de covid, Set of Sets, llegó por fin el viernes -Día Internacional de la Danza, además- al Teatro Lope de Vega.

Poco conocida aún en Sevilla a pesar de sus grandes logros y de haber pasado en varias ocasiones por el Festival Cádiz en Danza (con este espectáculo lo hicieron en 2019), GN /MC es fruto de la unión entre el libanés Guy Nader y la catalana formada en Holanda María Campos, dos grandes artistas que no han dejado de crear conjuntamente desde que se encontraron en Barcelona hace más de una década.

Set of sets es exactamente, como bien dice Nader, “un viaje, un laberinto sin fin de cuerpos que se enredan y desenredan constantemente”. Ante nuestros ojos se crea un continuum espacio temporal en el que cuatro bailarines y tres bailarinas (coreógrafos incluidos), con una técnica apabullante y una generosidad aún mayor, sin jerarquías de ningún tipo, van encadenando acciones dejándonos literalmente prendidos de sus cuerpos.

Es como si se produjera una brecha en el tiempo y todos, bailarines y público, navegáramos en su interior sostenidos, en no poca medida, por la magnífica base rítmica, casi siempre in crescendo, que va construyendo en escena el músico sevillano Miguel Marín.

El espectáculo, muy cercano a la acrobacia, que algunos bailarines dominan de un modo increíble, utiliza el contacto entre los cuerpos como punto de partida para hacer y deshacer figuras, caóticas en apariencia -ya en solos, ya en dúos, ya en auténticas melés-, pero precisas como mecanismos de relojería.

La base se encuentra sin duda en la ‘contact improvisation’ creada por Steve Paxton, aunque Nader y Campos dejan a un lado la improvisación y dan un paso más creando una técnica propia que ellos denominan ‘parthering’ (trabajo por parejas y en grupo).

Amén de su belleza formal, con los siete cuerpos vestidos con monos en un escenario de paredes blancas que reflejan a veces sus sugestivas sombras, el espectáculo está hecho de giros infinitos, fuerza física en los extraordinarios portes de todos y todas, una resistencia impresionante y, por encima de todo, una confianza sin límites.

Junto a la imprescindible concentración, solo la confianza puede hacer que los cuerpos se abandonen o se adhieran a otros cuerpos de ese modo tan radical, sabiendo que el otro, que los otros, están ahí para no dejarlos caer y para ofrecerles al mismo tiempo cada parte de sus cuerpos para crear nuevos e imaginativos vuelos.

Esa confianza hace que el conjunto sea mucho más hermoso que la suma de sus destrezas individuales y, al mismo tiempo, nos ofrece una emocionante metáfora de lo que podría ser este mundo con la colaboración de todos sus habitantes.

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