El acercamiento "barroco" de Carlos Saura al flamenco de hoy
El cineasta recibe al alcalde en el Pabellón del Futuro, donde rueda desde hace 22 días
Desde hace ya más de 20 días, el equipo de Carlos Saura, encabezado por el cineasta aragonés y el director de fotografía Vittorio Storaro, rueda en las instalaciones del Pabellón del Futuro, en la Isla de la Cartuja, Flamenco, flamenco. Un detalle éste que desconocía el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, a la luz de la pregunta que le hizo por lo bajini ayer al propio Saura: "Bueno, Carlos, ¿cuándo empezáis el rodaje?" Duda que el autor de títulos emblemáticos como Cría cuervos o La prima Angélica resolvió con la campechanía y buen humor que le caracteriza: "Alcalde, si llevamos ya más de dos semanas rodando", sumados a meses de búsqueda de la ubicación perfecta para recrear los palos del jondo en esta secuela de la célebre Flamenco.
La escena, presenciada por los numerosos medios congregados, es una anécdota en la presentación oficial del rodaje en la que el alcalde esperaba, según parecía, el acompañamiento de una figura de relumbrón a su lado. En concreto, el nombre que sonaba en la sala era el de Estrella Morente, que finalmente, por motivos de última hora -"cosas de artistas", dijo el regidor sevillano con una sonrisa de justificación- no acompañó al grupo en el posado oficial en el panel de bienvenida decorado con las firmas y felicitaciones de los artistas participantes en el documental.
Con Estrella o sin ella, Saura y Storaro querían hacer pública la suerte de repetir experiencia en Sevilla con el flamenco como materia prima en la que es su sexta colaboración juntos. "En Sevilla, se siente el aroma a cine", dijo el italiano, un mago de la fotografía y la luz con tres Oscar de la Academia en su haber: Apocalipse Now, de Francis Ford Coppola, El último Emperador, de Bernardo Bertolucci y Rojos, de Warren Beaty.
15 años después de retratar el jondo a través del arte de Farruco, Chocolate, Agujetas, La Paquera de Jerez y Enrique Morente, entre otros, el artífice de Bodas de Sangre o Iberia "sentía la necesidad de recoger la evolución que ha sufrido este arte en los últimos años y la llegada de nuevos valores". Ahora, dice, se acerca al flamenco "de una forma más barroca, menos limpia que la primera vez". Así lo aseguró el aragonés en una improvisada rueda de prensa concedida en la sala de ensayos en la que en ese momento trabajaban los bailaores Rafael Estévez y Nani Paños, dos jóvenes que han formado parte del espectáculo teatral Flamenco Hoy, que Saura presentó en el ciclo Los Veranos de la Villa de Madrid. Ahora, delante de la cámara repetirán "los más grandes", como Paco de Lucía, acompañados de una nueva generación de flamencos representada, entre otros, por la mencionada Estrella Morente, Rocío Molina, Miguel Poveda, Farruquito e Israel Galván.
Esta vez, Storaro ha convertido el set de rodaje en una efímera pinacoteca con paneles móviles que reproducen cuadros, en su mayoría de Julio Romero de Torres, que evocan el baile y la mujer andaluza. La escenografía, "una mezcla de pintura y paisaje", precisó Storaro, será también un recorrido visual por las horas del día: "El atardecer, la llegada de la luna y la noche, el amanecer y, de nuevo, el día", explicó en un esforzado pero comprensible español, para añadir, entre risas, que se siente "ciudadano honorífico de Sevilla" y Saura, "el alcalde honorario".
Flamenco, flamenco, que comenzó a rodarse el pasado 6 de octubre, mantendrá ocupado unas cuantas semanas más a Carlos Saura, en plena actividad a sus 77 años, en la ciudad en la que tanta inspiración ha encontrado.
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