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Cultura

El arte y la propaganda se funden en 'Carteles de la Revolución'

  • Una selección de carteles y fotografías celebran el centenario del levantamiento contra el zarismo

Yevguenia Petrova explica los 'Carteles de la revolución' al alcalde de Málaga junto a José María Luna.

Yevguenia Petrova explica los 'Carteles de la revolución' al alcalde de Málaga junto a José María Luna. / jesús mérida

En la sala anterior a la exposición temporal sobre Alexéi y Andreas Jawlensky las paredes del Museo Ruso se han pintado de rojo para recibir otra muestra, Carteles de la Revolución. Más de una veintena de piezas, además de fotografías históricas, conmemoran el centenario de la Revolución Rusa y suponen un adelanto de lo que mostrará el Museo de Arte Ruso de Málaga en 2018, según avanza Yevguenia Petrova, directora artística del Museo de San Petersburgo y comisaria de la exposición.

Son una veintena de carteles originales que dan idea del periodo revolucionario, tras el que "muchos artistas pensaron que el típico óleo de la pared ya no era necesario y todo el arte debía de ser cambiado y adaptado a la nueva sociedad soviética, y por ello se crearon escuelas para adaptarlo", dice Petrova.

La muestra, abierta hasta febrero, supone la antesala de lo que traerá el centro en 2018

"Campesino, si no quieres alimentar al terrateniente, alimenta al ejército que defiende tu tierra y tu libertad", reza en ruso uno de los carteles de una revolución cuyos impulsores pensaban que estaba llamada a extenderse por todo el mundo. "Aunque eso se quedara en un sueño", según comenta Petrova.

Además de un medio de expresión, los carteles fueron un instrumento de propaganda que marcaba las diferentes corrientes, usando una simbología fácilmente identificable. La consigna era emplear un lenguaje breve y combativo, tomando como punto de partida las imágenes y estéticas populares, además de influencias modernistas y de las vanguardias rusas. Escenas fáciles de entender por la masa, frases directas y concisas, servían para adoctrinar, pero también se convirtieron en un elemento para que los artistas pudieran crear.

Las corrientes ideológicas encontraron en los carteles el vehículo idóneo para llegar a cualquier segmento de la población, como aseguran desde el museo malagueño. Y muestran dos vertientes diferenciadas: por un lado, aquellos que son reflejo de un futuro esperanzador y, por otro, los que incitan a la revolución proletaria. Los diferentes artistas enseñaban en sus trabajos temas como la guerra, la lucha contra la burguesía internacional, la propaganda antirreligiosa, la falta de recursos económicos o el analfabetismo del pueblo.

Ciudades como Petrogrado, que en la época soviética pasará a llamarse Leningrado para volver a ser, en la actualidad, San Petersburgo, fueron la sede de parte de estos movimientos gracias en parte a la puesta en funcionamiento en los años 20 de la Agencia Telegráfica Rusa (ROSTA). Nombres como Vladimir Kozlinski y Vladimir Lébedev destacaron en esta época. Y los temas más recurrentes en la cartelería de la Rusia soviética son la guerra civil entre el Ejército Rojo y el Blanco, la lucha contra la burguesía dentro y fuera de sus fronteras, la propaganda antirreligiosa y aquellos problemas más acuciantes para el pueblo, el analfabetismo, el hambre, la pobreza y el caos.

Carteles de la Revolución invita a conocer la influencia de este medio de comunicación, fundamental en la Rusia soviética y que está ligado íntimamente a la cultura y el desarrollo de la historia de este país. La muestra se podrá ver en el museo malagueño hasta febrero de 2018.

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