Bosé besó, con su voz, a Sevilla

Conciertos

El cantante, que regresa a los escenarios tras ocho años de ausencia, ha sido el último protagonista de Icónica Santalucía Sevilla Fest en un concierto al que acudieron 6000 personas

Las imágenes del concierto de Miguel Bosé en el Icónica Santalucía Sevilla Fest

Miguel Bosé en Icónica Santalucía Sevilla Fest
Miguel Bosé en Icónica Santalucía Sevilla Fest / Juan Carlos Muñoz

Miguel Bosé, todo elegancia, todo sofisticación, todo historia de este país, apareció vestido de blanco en el escenario de Icónica Santalucía Sevilla Fest. Una blancura de emoción joven. Una blancura de encuentro esperado. Una blancura que era similar al tono de una esperanza. El público ante esta aparición respondió, como es normal, con un entusiasmo de otra época. A estas alturas de la historia -donde todo lo hemos visto- aún hay situaciones que nos entusiasman. Quizá por eso Miguel Bosé es Miguel Bosé.

Bosé besó, con su voz, esta Sevilla alegre, esta Sevilla distraída; esta España que necesita los sábados frescos de julio, y el ocio compartido, y la distracción simpática, y las horas en las que no se teme al baile despeinado. Es lógico. De no ser así este país sería un poco insoportable, entre tanta noticia grave, tanto discurso cínico, entre tanta sede judicial. Miguel Bosé quizá haya regresado para aliviarnos todo esto. Para aliviarnos el hartazgo de un presente con la música de un pasado -con su eco histórico-.

Puntual empezó el cantante con Mirarte. Cinco músicos y tres voces voces acompañando a esta voz que suena a hito, memoria e historia recién hecha. Suena a gente feliz. A gente que en el público corea Nena. A gente -muy guapa, cuánto estilo- que en los palcos canta eso de "Luna serena. / Todo es posible, menos tú. / Nena, ámbar y arena". Gente guapa y estilosa que casi siempre ha tenido las viejas tradiciones de esta ciudad. Ahora también tiene las nuevas. Esta gente contenta tiene de todo.

La voz de Miguel Bosé sonó a hito, a memoria y a historia de este país"

Miguel Bosé nos prometió una noche "mágica" e "inolvidable", y habló de la música como un "perfume" que cuando suena "todo lo atrapa". Con los años esa música, al sonar, devuelve aquello que atrapó -añadió el cantante-. Y entonces viene la nostalgia. Y entonces viene la grandeza de estas cosas de la creación, del arte y demás. Es una gran definición, Miguel Bosé.

La noche continuó con esa impronta solemne, pausada y sacerdotal de Miguel Bosé. Con esa interpretación que es un reflejo de la hemeroteca de este país. Cuando suena Hacer por hacer; cuando suena Como un lobo, cuando suena Nada particular -con su mensaje pacifista en un mundo donde la guerra no descansa-. Que se acaben ya las guerras, vino a decirnos el cantante, quien pronto dudó de su propio discurso pues "la guerra es un negocio, y la paz no", reflexionó. Otra buena definición que apuntamos.

Miguel Bosé llenaba el escenario -con un largo manto rojo- como el que en su casa llena un vaso de agua. Con esa facilidad de un corazón que a Triana va, Sevilla. "Lo más bonito del mundo", dijo Miguel Bosé. Nos tememos que otra buena definición. Eso también hay que aplaudirlo.

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