Un (cómico) fragmento de vida

Juan Dolores Caballero, El Chino, encontró hace mucho un estilo reconocible, un enfoque propio en el que centraba su mirada en los desheredados de la sociedad y extraía un sorprendente y brutal lirismo en la forma contrahecha de sus personajes. El director del Teatro del Velador continúa su indagación en los márgenes con Dröppo, un espectáculo en el que el creador se mantiene fiel a ese lenguaje singular que le caracteriza, pero en el que su universo gira hacia "la forma más clara de comedia" que ha trabajado nunca.

La idea de Dröppo, que estará en el Lope de Vega desde hoy hasta el domingo, surgió después de que Caballero quedara deslumbrado con una obra del Nuevo Teatro de Riga, Long Life, un montaje en el que se describía, sin palabras, la convivencia de unos personajes que compartían piso. Conmovido por la humanidad de su planteamiento, el director decidió reinterpretar, tras pedir permiso a la compañía de Letonia, esa misma premisa: cuatro personajes -un matrimonio y otros dos hombres- despliegan sobre el escenario "un trozo de vida", como lo definió ayer uno de los intérpretes.

Protagonizada por Abel Mora, Manuel Solano, Rocío Borrallo y José Machado, Dröppo es "un cuento épico y ético, además de divertido", una comedia gestual en la que intérpretes y director han acuñado un nuevo idioma, la historia de cuatro emigrantes que comparten espacio -en una ciudad sin determinar- y por la que asoman el desencanto por los ideales perdidos y la presión de los sueños que no se materializaron. "Soy fundamentalmente oscuro y depresivo. Todos mis espectáculos tienen un sabor negro, hablan sobre el dolor de vivir", reconoce Caballero, que no obstante trata con ternura a sus protagonistas y les otorga la dignidad de que "siguen andando, a pesar de que la vida es dura".

Caballero, que tiene de gira Hildegard, vista este año en el Teatro Central, anuncia para Dröppo algunos momentos memorables, como "una partida de cartas por bulerías" o "una comida contada desde el ritmo". La música de Inmaculada Almendral, que ha compuesto en estrecha colaboración con los actores, resalta la comicidad de los pasajes.