Contra los falsos mitos del documental

Salir al cine

Hoy jueves, en un pase único y exclusivo en Cines Avenida (19:15h.), puede verse 'Objeto de estudio', el extraordinario ensayo documental de Raúl Alaejos rodado en Groenladia

Una imagen del ensayo documental 'Objeto de estudio', de Raúl Alaejos.
Una imagen del ensayo documental 'Objeto de estudio', de Raúl Alaejos.

Vaya por delante un reconocimiento agradecido a quienes han hecho posible que el ensayo documental Objeto de estudio, de Raúl Alaejos (León, 1978), ganador en la última edición de MajorDocs, haya encontrado una pequeña ventana de exhibición en Sevilla, aunque sea en un pase único hoy a las 19:15 h. en cines Avenida: por supuesto a Unión Cine Ciudad, pero también a la pequeña distribuidora independiente Muak Canarias y al productor y director David Varela (Un cielo impasible), veterano e incansable impulsor del documental independiente español desde DOCMA, Asociación Española de Cine Documental que ahora dirigen precisamente las cineastas andaluzas Sandra Ruesga y Mercedes Moncada.

Sin la labor de estos colectivos y personas y sin el trabajo de algunos festivales especializados e instituciones tal vez el público de a pie no tendría acceso a títulos que, como este, brillan con luz propia por su inteligencia discursiva y su sentido reflexivo y lúdico a la hora de abordar precisamente algunos falsos mitos en torno al documental como mero “tratamiento creativo de la realidad”, tal y como acuñara el británico John Grierson en su definición canónica hace ya más de un siglo.

Porque Objeto de estudio regresa en cierto modo a los orígenes del género, a los territorios del Ártico de Nanook, el esquimal (1922), para cuestionarse, con humor y empatía por lo filmado —una empatía que se manifiesta siempre en su carácter colaborativo y en la propia conciencia del gesto de filmar, seleccionar, montar o comentar el material—, las limitaciones, inercias, estereotipos o lugares comunes cada vez menos reflexionados sobre lo que significa acercarse a una comunidad lejana y ajena para retratarla con un cierto afán científico que, por el contrario, suele caer tantas veces en la mirada paternalista y condescendiente, heredera del viejo influjo colonial, para traer a casa un pedacito exótico de aquel paisaje natural y humano que reafirme ideas preconcebidas o sustente en imágenes y sonidos las certezas del estudio de campo.

Con todos esos elementos, interrogantes y azares juega este ensayo, mejor llamarlo así, de Raúl Alaejos, un cineasta que se pone en imagen para cuestionarse en voz alta en su intento de reconstruir la historia de los herederos de los primeros expedicionarios que llegaron en 1909 al Polo Norte, los norteamericanos Matthew Henson y Robert Peary, y seguir la pista (frustrada) de su linaje familiar en aquellas tierras después de emparejarse con mujeres inuit en busca de la súper-raza que pudiera conquistar el lugar con la inteligencia del hombre blanco y la fortaleza física y el conocimiento del terreno del indígena.

'Objeto de estudio' se va abriendo así a un peculiar tratamiento cómico minimalista, teatralizado y autoconsciente sobre sus propios límites como documental

Vuelve pues Alaejos al paisaje polar filmado por Robert Flaherty, pero allí ya no encuentra iglúes sino casas prefabricadas con antenas parabólicas en sus tejados, también algún pescador y cazador que mantienen viva la vieja mitología salvaje, pero sobre todo encuentra el tiempo dilatado y el paisaje infinito, los sonidos (descompasados), el contraplano de un aplauso interminable, una aburrida comida familiar, la posibilidad del juego y la ironía revelando el pacto previo al retrato o tanteando el lenguaje del videoclip a ritmo de Madonna, unas rutinas que se resisten a toda previsión en un presente ajeno a los planes y experimentos del pasado, no digamos ya a los recientes exabruptos de Donald Trump cuando habla de anexionar Groenlandia, porque es ahí donde estamos, en el poblado de Quaanaaq, como nuevo estado norteamericano arrebatado a la soberanía danesa.

En sus ajustados sesenta minutos, Objeto de estudio se va abriendo así a un peculiar tratamiento cómico minimalista, teatralizado y autoconsciente sobre sus propios límites como documental y su verdadera naturaleza como artefacto audiovisual reflexivo, dejando que la radio local nos dé pequeñas lecciones sobre el género de lo real, filmando los souvenirs inanimados, los efectos (cómico-trágicos) de la soledad alcoholizada, la constatación de la muerte o haciendo sonar a ese meteorito mágico en escenas que nos recuerdan que las vidas de aquellos hombres y mujeres siempre fueron objeto del interés (económico, científico, cinematográfico…) de los que vinieron de fuera sin prestar demasiada atención al componente humano, psicológico y singular detrás de cada una de ellas.      

Clásicos del cine italiano de posguerra en Canal Arte

Fruto de la labor de restauración llevada a cabo por instituciones como el Centro Sperimentale de Cinematografia, la Cineteca Nazionale y la Cineteca di Bologna, el cine italiano sigue resplandeciendo como uno de los mejores y más ricos de la cinematografía europea y mundial, no importa cuando lean esto o cuál sea su género o director favoritos.

Canal Arte recoge en una nueva remesa cuatro títulos esenciales de posguerra, a saber, pasada la primera gran oleada neorrealista y en pleno debate teórico sobre su futuro desarrollo estético: aquí encontramos la extraordinaria Bellissima (1951), de Luchino Visconti, preludio del cambio sociológico que traerían los nuevos medios de comunicación con una Anna Magnani en todo su esplendor; también Dos centavos de esperanza (1952), de Renato Castellani, tercera entrega de su trilogía popular abierta ya a un nuevo optimismo de reconstrucción nacional; Crónica de los pobres amantes (1954), de Carlo Lizzani , una mirada a la resistencia obrera al fascismo de los camisas negras en la Florencia de 1925 con Marcello Mastroianni como protagonista dentro de un elenco coral; y, por último, Le soldatesse (1965), de Valerio Zurlini, co-producción con Francia que, con Anna Karina y Marie Lafôret al frente, nos lleva hasta la Grecia ocupada de 1942 en otro relato de lucha antifascista y reivindicación feminista.

Anna Magnani en una imagen de 'Bellissima' (1951), de Luchino Visconti.
Anna Magnani en una imagen de 'Bellissima' (1951), de Luchino Visconti.

David Lynch en Arte

Mientras ya circula por salas selectas el ciclo que Avalon dedica al gran cineasta recién fallecido, Canal Arte también se suma a los homenajes y revisiones de su obra con varias piezas disponibles en las distintas versiones de su plataforma: en la española puede verse una breve sobre el Los Ángeles de David Lynch, mientras que en la francesa están disponibles el estupendo documental David Lynch: une énigme à Hollywood y dos episodios de la serie Blow-up dedicados a su trayectoria y al filme Mullholand Drive

Cartel promocional del documental 'L'Enigme David Lynch' en Canal Arte.
Cartel promocional del documental 'L'Enigme David Lynch' en Canal Arte.
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