La melodía del comunismo

La Cité de la Musique de París aborda en una muestra la independencia en la creación artística durante los 30 primeros años de la Rusia soviética

La melodía del comunismo
La melodía del comunismo
Belén Rodríguez (Efe) / París

26 de octubre 2010 - 12:09

Las revolucionarias notas musicales que sirvieron en la antigua Unión Soviética para hacer propaganda y exaltar el comunismo suenan en la exposición Lenin, Stalin y la música, de la Cité de la Musique de París. Coincidiendo con la celebración del año Francia-Rusia 2010, el museo parisino pone sobre la mesa el controvertido tema de la independencia en la creación artística durante los 30 primeros años de la Rusia soviética, de la revolución de octubre en 1917 a la muerte de Stalin en 1953.

"La música es para el poder (...) un terreno donde la propaganda se puede propagar, donde el espíritu de masas se ejerce con fuerza", señaló el comisario de la exposición y musicólogo, Pascal Huynh. Así, la música de Stravinski, la pintura de Kandinsky, la fotografía de Rodtchenko, los filmes de Eisenstein, la poesía de Mandelstam o las teorías de Lounatcharski se exhiben para que el visitante pueda conocerlas y, al mismo tiempo, observar la repercusión que las políticas de Lenin y Stalin tuvieron en ellas.

Más de 400 obras, muchas de ellas expuestas por primera vez en Francia, conforman esta galería comunista, en la que es obligado el uso de los auriculares, con el fin de relacionar el contenido musical con el recorrido histórico de propone la muestra por la Unión Soviética y el Partido Comunista. "La exposición Lenin, Stalin y la música cuestiona los vicios estéticos de este periodo", agrega el comisario.

La ruptura y la tensión que caracteriza el tema sobre el que versa la muestra, se refleja hasta en la escenografía, que, con un objetivo pedagógico, divide en dos la exposición: Utopías y Realismo Socialista. Mientras que la primera parte de la muestra se centra en los ideales de la revolución bolchevique de octubre de 1917, el arte y la escena, la segunda ahonda en la política que abanderó Lenin al frente del gobierno ruso, el ideal soviético, "los enemigos del pueblo" y la "gran guerra patriótica" entre el bolchevismo y el nacionalsocialismo.

La exhibición hace un especial hincapié en el apartado referido al comienzo de la guerra fría y el esquema binario capitalismo-socialismo que dominó el mundo en ese momento. Así, para oponerse al fascismo, Stalin recuerda en numerosas obras los mitos fundadores de la identidad eslava o de la historia rusa, al tiempo que desprecia la cultura musical judía, que tacha de "cosmopolita sin raíces".

Sin embargo, pese a la fuerte crítica que se hace a Occidente y a su modelo capitalista, la revolución, el bolchevismo y el comunismo son las palabras claves de la muestra, en la que dialogan numerosos rostros inexpresivos de Lenin y Stalin. "Los movimientos sociales de febrero y octubre de 1917 favorecieron la multiplicación de himnos y melodías revolucionarias", reza un cartel de la exposición situado al lado de un frío Lenin.

De esta manera, honrando al régimen socialista, se dio a conocer al mundo la música de algunos de los compositores rusos más conocidos y aplaudidos posteriormente por Occidente, como Serge Rachmaninov, Serge Prokofiev e Igor Stravinsky.

La construcción de un heroísmo soviético, la exaltación de los combatientes o la propagación de los valores comunistas a Europa del Este, son algunos de los temas incluidos en la exposición. También la juventud y el deporte son otros de los asuntos de los que habla la muestra de la Cité de Musique, reflejado en la proyección del ballet La edad de oro, donde se evidencia el contraste entre un Occidente decadente y una Unión Soviética robusta a partir de la disputa entre un equipo de fútbol soviético y otro procedente de Europa del oeste.

En la misma línea, el cuadro Lenin y los manifestantes, de Isaak Brodski y premiado en el concurso de pintura de Petrogrado de 1919, muestra la supremacía de la revolución soviética y de los soviets que acabaron con la autocracia del zar Nicolás II de Rusia. Con un vídeo sobre la muerte de Stalin y un desfile en la plaza roja de Moscú en su honor finaliza la muestra, que permanecerá abierta hasta el próximo enero para todo el que desee profundizar en el papel de los artistas durante la Rusia soviética.

stats