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Flamenco

La memoria de la guitarra jonda

  • Universal publica un doble CD en el que homenajea al gran Juan Habichuela, patriarca del toque de acompañamiento de la segunda mitad del siglo XX

La saga Habichuela de tocaores se remonta al siglo XIX con Habichuela el Viejo, que actuaba en tabernas y locales de su época en compañía de su hija Marina, como tocaor y también cantando. Personaje legendario en la Granada del cambio de siglo XIX al XX, su imagen fue reproducida en las postales tipistas del periodo. Es el padre de Marina y de José Habichuela, tocaor de la zambra. La tercera generación de guitarristas de esta familia representa el cénit del toque granadino: Juan, Pepe, Luis y Carlos, hijos todos ellos de José.

El patriarca de la familia, y el que rige estéticamente a la misma, es Juan Habichuela (Juan Carmona Carmona, Granada, 1933). Juan se inició como bailaor en el Sacromonte junto a Mario Maya, pasando luego a la guitarra de la mano de su padre y del mítico Ovejilla, maestro de tocaores en Granada. Pronto se traslada a Madrid para formar parte de los cuadros de dos de los tablaos más importantes de la época, El Duende y Torres Bermejas, acompañando el baile de Gracia del Sacromonte y Mario Maya principalmente. Militó en las compañías de los más importantes cantaores del periodo incluyendo a Caracol, Juan Valderrama, Fosforito y Rafael Farina. Y por supuesto, a partir de los años 70, a Enrique Morente. Una nómina cantaora lo suficientemente explícita de sus cualidades como tocaor al cante basadas en su enorme afición, en su sensibilidad y en la precisión de su toque. En los últimos años incluso se ha revelado como cabeza de compañía en tres curiosas grabaciones para Universal, que son otros tantos homenajes al tocaor. Juan Habichuela es un auténtico maestro, seguro, de rasgueo contundente pero sobrio, firme pulsación y falsetas cortas, muy líricas. La nómina que incluye esta antología de toques de acompañamiento que publica Universal quita el hipo: Manolo Caracol, Luis de Córdoba, Rancapino, Chano, Menese, Alejandro Sanz, Ketama, Paco de Lucía, Potito, Mercé, Marina Heredia, Pitingo, Tomatito... el doble disco incluye también algún toque en solitario, que firma Sabicas, o la tradición, es decir, la modestia de nuestro protagonista.

Dos horas de toque Habichuela en estado natural: desde las juveniles falsetas y colchones armónicos a la voz del gran Caracol, por malagueñas y soleá, en algunas de las grabaciones antológicas de este cantaor, hasta sus últimas grabaciones con la última generación de intérpretes flamenco, es decir, Pitingo y Marina Heredia. Pasando por una antología de sus tres discos como cabeza de cartel, que incluyen colaboraciones de tanta enjundia como Paco de Lucía y Tomatito, que no quisieron permanecer ajenos al cálido homenaje que supuso estos discos de vejez del maestro, que se destapa como solista al filo de la tercera edad. Sólo queda por testimoniar su primera época, junto a Jarrito y Rafael Farina, necesariamente fuera de esta recopilación puesto que se registró en otra casa gradabadora.

Los toques están fechados aunque, extrañamente, el disco no incluye ninguna justificación teórica de la oportunidad de esta antología. Tampoco una biografía mínima de su protagonista. Su concepto del acompañamiento al cante es ricardista hasta la médula: el cantaor es el torero y el guitarrista su banderillero. Exhibiciones de parte del guitarrista están de más, salvo en los solos del mismo. Aunque con Caracol demuestra Juan el ímpetu propio de la edad, lo cierto es que el toque Habichuela es eminentemente sobrio, natural, pulcro. Su última gira, junto a Matilde Coral y Chano Lobato, fue un auténtico gozo de nostalgia. Con todo, Juan se quiso ocultar, una vez más, tras la guitarra, dejando a la bailaora y al cantaor, como siempre, el brillo de los focos. Pero es mucha verdad la que atesora en sus seis cuerdas para lograr pasar desapercibido. Todo un patriarca. Del toque y del flamenco contemporáneo. Juan es uno de los últimos supervivientes de una época dorada del cante (desde mediados de los cincuenta hasta los setenta, esa es su etapa de máxima actividad e influencia). Por eso se impone la necesidad de registrar esta memoria insustituible. Chano tuvo su biografía, y Matilde la suya. Juan Habichuela es la memoria de la guitarra.

Juan Habichuela. Universal, Doble CD, Grabaciones entre los años 1963-2008.

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