Rosa López. Cantante

"No soy una monjita, con todos mis respetos"

  • La artista granadina, que actúa el día 15 en Fibes, sigue siendo una de las más accesibles 11 años después de 'Operación Triunfo', y afirma sentirse aún en deuda con su público y con la vida.

La mayoría de los restaurantes de Granada tienen colgada una foto de los propietarios junto a Rosa López en un sitio bien visible. Y todos se acercan a ella sin miedo, sabiendo que no van a recibir una mala contestación ni mucho menos un "váyase usted a la mierda" a lo Fernán Gómez. La cantante granadina dice que no quiere poner barreras y que sólo tiene que haber una de "respeto y educación". Con esta premisa se puede contar con Rosa para cualquier acto o para apoyar cualquier iniciativa. Ahora emprende una nueva gira por toda España con su nuevo disco, Rosa López, 11 años después de abandonar la academia de Operación Triunfo. Esta mujer que ha cambiado físicamente, pero mantiene su voz inconfundible, actuará en Sevilla el día 15, en el Nuevo Auditorio Fibes.

-¿Siente que todavía es una gran desconocida para mucha gente que se queda con los tópicos sobre usted?

-Quien te conoce día a día de tocarte piel con piel es quien te conoce. No quiero decir que haya una barrera, pero debe haberla, sobre todo de respeto y educación. Si hay esto dejo mi piel en el sitio en que esté, el problema es que no hay tiempo y una intenta ser profesional y hacer sentir bien a los demás.

-¿No ha tenido que comer en alguna ocasión en un reservado?

-No me gustan los reservados, sólo en caso de emergencia y por cuidar de los que van conmigo. Yo no puedo separar el producto de la persona porque en mi caso todo está unido, es difícil encontrar el equilibrio entre la cantante y la persona.

-Cada vez que saca un disco hay un cambio de look. De hecho, sus nuevos estilismos generan un gran debate...

-Soy mujer, me gusta experimentar. Si estuviéramos en América esto no sorprendería nada porque allí las artistas hacen cambios de look bestiales. Aquí somos más sencillos, menos ostentosos, intentamos ser muy de verdad, por lo que el mínimo cambio estético puede ser bueno o no tan bueno. Lo primero es que soy mujer, intento sentirme bien con lo que hago, si me maquillo el rabillo del ojo no me sale todos los días igual. Con el pelo lo mismo, para este disco me apetecía transmitir fuerza, pero todo va unido.

-No hace falta vestir siempre de negro como Raphael...

-El negro estiliza mucho, no se crea. Raphael es inteligente y clásico.

-Cuando se habla de su carrera, mucha gente opina que hasta hace poco no ha conseguido encontrar un estilo propio a diferencia, por ejemplo, de Bisbal, que apostó por el pop latino desde el principio. Sin embargo, es posible que Rosa sea un género en sí mismo porque todo lo que canta lo lleva a su terreno...

-¿Por qué hay que etiquetar las cosas? Yo creo que hay algo más importante que el estilo musical, está la letra, el sentimiento de una canción. Yo canto hasta el cumpleaños feliz a mi manera. Me gusta fluir con la música, no quiero engañar, hacer todo lo que el mundo cree que debo hacer. Todo en la vida, como el ser humano, evoluciona, hay momentos de prueba hasta que llega la culminación. Pero esto pasa en todo, en el trabajo, en el amor... Para todo se necesita un tiempo de evolución, por eso digo que hasta que me muera no se habrá acabado mi disco. Si me equivoco me equivocaré yo, no permitiré que nadie se equivoque por mi, y ojalá me equivoque mucho porque significa que estoy avanzando. Dejar que otros tomen las decisiones es lo más fácil pero también lo más cobarde, y yo no soy cobarde a pesar de que ofrezca una imagen frágil y débil. Pero es todo lo contrario, siempre he sido una persona muy luchadora.

-De todas las canciones que se pueden escoger para hacer una versión ha escogido el 'Yo no soy esa' de Mari Trini, una artista que no da precisamente una imagen de debilidad... ¿La escogió por eso?

-Es de armas tomar, sí. Es curioso porque tenía claro que no quería que éste fuera un disco de versiones, es un disco de canciones inéditas.

-Pero le ha costado que la gente entienda que es un disco de canciones nuevas, lo ha remarcado en todas las entrevistas.

-La idea de la canción de Mari Trini vino a través de mi mejor amiga. Pero es que, además, se la escuchaba cantar siempre a mi padre cuando estaba haciendo cosillas en el patio, me la ha tarareado en la furgoneta... Además, es un momento crucial en mi carrera porque me presento en primera persona y no lo dudé. A pesar de que es una canción que ya existe tiene mucho que ver con lo que quiero transmitir en este trabajo. No vendo un producto, cada vez que publico un disco quiero que tenga sentido en mi vida. Si tuviera otro tipo de trabajo... pero es que tengo la suerte de dedicarme a algo que haría gratis. Y procuro que cada paso que doy llegue a lo más profundo.

-Las personas que disfrutan con su trabajo están mal vistas, todavía prevalece eso de "ganarás el pan con el sudor de tu frente"...

-Es verdad, yo soy una privilegiada. Pero está claro que no hay nada regalado en esta vida, en España hay mucha gente que está pasando necesidades y todos somos reflejo de esta sociedad. Pero hay algo que no tiene precio, mi mejor amiga me dice que tengo el poder del micro. No puedo arreglar este país pero sí puedo utilizar mi posición para hacer el bien. Esta amiga mía es un regalo, casi como un padre. Si fuera posible hasta me casaría con ella.

-En este país puede hacerlo...

-Pero es que me gustan mucho los hombres.

-¿Ha pensado qué sería de usted y de su familia si no hubiese triunfado en la música?

-Cada vez que hago una entrevista intento ser sincera al cien por cien pero también quiero ser profesional y todo tiene que ser perfecto. Yo soy un transmisor para lanzar un mensaje de alegría y de fuerza. Está claro que tengo gente a mi alrededor y sufro por ellos, pero saco fuerzas de pensar en todo eso, de pensar en los problemas que sí son problemas. Saco fuerzas de pensar en mi familia y de pensar en la gente que está como yo estaba antes. No le voy a hablar de mi economía porque eso es algo íntimo, pero seguiría cantando aunque estuviese trabajando en el campo.

-En todos estos años, ¿ha conocido a mucha gente que admiraba antes? ¿Le han defraudado ?

-Todo es muy bonito pero hay algo que no falla, y eso es la gente. Doy gracias a Dios por esas personas que me regalan su sábado, su dinero, para ir a mis conciertos. Me iría por ahí con todos los espectadores después de los conciertos.

-Da la sensación de que no sabe decir no...

-El otro día un amigo me mandó un mensaje que ponía: n+o=no. No es que no sepa decirlo, pero es que siento que debo tanto... Vamos a ver, no soy una monjita, con todos mis respetos, no soy perfecta, pero me siento en deuda. Es como cuando uno se enamora, estoy enamorada de mi profesión y de mi público.

-¿Se ve cantando a los 80 años como María Dolores Pradera?

-No tengo miedo ni a morirme, pero sí al dolor. Me encantaría llegar a los 80 tan bien como ella. Pero nunca me voy a retirar.

-Con todo el esfuerzo que ha hecho para superarse y para pulirse, ¿le molesta que cuando la imitan lo hagan tal y como era hace 10 años?

-Le mentiría si dijera que no he hecho un gran esfuerzo para crecer como persona y como artista. Me parece entrañable que imiten a la Rosa de aquellos momentos porque yo no puedo ver vídeos de antes, me choca. Los veo cuando me los ponen en un programa de televisión, me sube la fiebre, me da la sensación de que retrocedo a una vida en la que era mucho más inocente, menos experimentada. Necesitaría que fuera mi amigo de hace muchos años para que lo comprendiera.

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