El mundo del arte llora a Paula Rego, la pintora que amaba las fábulas
Arte
La artista portuguesa, a la que el Museo Picasso de Málaga dedica actualmente una exposición, muere en Londres a los 87 años
La artista británica de origen portugués Paula Rego falleció a la edad de 87 años, según confirmó la galería de arte contemporáneo Victoria Miro, con sede en Londres. "Con inmensa tristeza anunciamos el fallecimiento de la artista Paula Rego. Murió en paz esta mañana, después de una breve enfermedad, en su casa en el norte de Londres, rodeada de su familia. Nuestros pensamientos más sinceros están con ellos", señalaron.
Rego, cuya obra protagoniza hasta final de agosto una exposición en el Museo Picasso de Málaga, nació bajo la dictadura de António de Oliveira Salazar. Sus padres, antifascistas y anglófilos, quisieron que su hija viviera en un país liberal, y a los 16 años la matricularon en una escuela de señoritas en Kent (Inglaterra). De allí pasó a estudiar pintura en la Slade School of Fine Art de Londres (1952-1956), donde tuvo entre sus condiscípulos a Victor Willing, con quien se casó en 1959. Rego, Willing y sus hijos vivieron entre Inglaterra y Portugal antes de establecerse en Londres en 1972. Ella representó a uno y otro país en la Bienal de São Paulo, a Portugal en 1969 y a Gran Bretaña en 1985. En 1988 Willing murió tras una larga enfermedad.
En el mismo año, las exposiciones individuales de Rego en la Fundación Calouste Gulbenkian de Lisboa, en el Museo Serralves de Oporto y en la Serpentine Gallery de Londres consolidaron su puesto de primera fila en el arte contemporáneo. En 1990 fue designada primera Artista Asociada de la National Gallery de Londres.
Rego deja como legado una obra en la que las historias y fábulas de su infancia, adolescencia y juventud, su miedo a la oscuridad, el dolor y el descubrimiento del amor y la muerte son una constante. También su rechazo a la dictadura lusa: en 1960 pintó a António Oliveira de Salazar vomitando a la patria. En sus temas se repiten el feminismo, la violencia, la tristeza, la pobreza y la depresión, un fantasma que la acompañó durante gran parte de su vida.
"El miedo es una cosa permanente, que no pasa", reconocía la pintora portuguesa Paula Rego a sus 81 años en una entrevista con Efe. Un miedo que se plasmaba en el trabajo de esta "contadora de fábulas". La enfermedad que la castigaba no le impidió alimentar su inquietud como creadora. "¿Que si tengo algo pendiente por hacer como artista? Claro que lo hay, y Dios quiera que lo haya porque, si no, empiezo a morirme", aseguraba en la entrevista concedida durante su última visita a Portugal. "Mi vida son historias", había dicho décadas antes, en 1986, al diario Expreso.
El fallecimiento de Rego provocó una cascada de reacciones en Portugal. "Es una pérdida nacional", dijo el presidente luso, Marcelo Rebelo de Sousa, sobre la artista plástica portuguesa "con mayor proyección en el mundo desde que nos dejó (Maria Helena) Vieira da Silva", fallecida en 1992. Rego tuvo una trayectoria "muy larga, muy rica y muy prestigiosa para Portugal", destacó el gobernante portugués.
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