El recuerdo desde las seis cuerdas de una guitarra

IV Encuentro de Guitarra Clásica 'América Martínez'. Programa: Obras de D. Fortea, R. Sáinz de la Maza, F. Tárrega, F. Moreno Torroba y A. Barrios. Guitarra: Serafín Arriaza. Fecha: Domingo, 24 de abril. Lugar: Casa de la Provincia. Aforo: Lleno.

Si en la actualidad Sevilla es considerada una de las capitales internacionales de la guitarra es, sin lugar a dudas, por la labor que durante casi medio siglo realizó desde el Conservatorio hispalense América Martínez. En su recuerdo, más vivo que nunca tras su fallecimiento hace unos meses, la Casa de la Provincia afronta un nuevo Encuentro que, guiado por Rocío Macareno y por Serafín Arriaza, amplia el arco de sus actividades a la docencia, la reflexión sobre la pedagogía de la guitarra y a un concurso para los más de setenta alumnos inscritos en esta edición.

Y para muestra del magisterio vivo de doña América, un plantel de solistas de nivel internacional formado por quienes en su momento fueron alumnos de la recordada maestra.

Abrió la serie de conciertos Serafín Arriaza, responsable artístico del Encuentro, alumno de su llorado padre y de doña América y un solista de altísimo nivel que diseñó un programa en homenaje a la maestra, con obras de quienes fueran sus mentores (Fortea, Sáinz de la Maza) y sus compositores favoritos. Cabe señalar en la interpretación de Arriaza la limpieza y pureza absolutas de sonido. Incluso en los rasgueados más incisivos nunca olvida definir el sonido, matizar el ataque, suavizar las aristas, evitando roces o resonancias espurias. De sus manos emana un fluido sonoro pleno de calidez y de poesía, ocultando al oido las dificultades articulatorias de algunas de las piezas que interpretó. Magnífico, por ejemplo, me pareció el modo en que atacó en pianissimo la reexposición del trémolo en Un sueño en la floresta de Barrios, haciendo que se pudiesen detectar todas y cada una de las notas.

En un repertorio netamente romántico y de salón encontró el punto justo del fraseo, con el rubato preciso y con una extensa paleta de matices, de detalles y de colores tímbricos, especialmente en las piezas de Fortea y Tárrega.