Una sala de lectura roja

Arte

Detalle de la instalación del artista chileno Alfredo Jaar en el CAAC.
Detalle de la instalación del artista chileno Alfredo Jaar en el CAAC.
José Yñiguez

14 de marzo 2011 - 05:00

Con la instalación Marx Lounge del artista chileno residente en Nueva York Alfredo Jaar (Santiago de Chile, 1956) inicia el CAAC el bloque temático de exposiciones titulado La constitución política del presente. La elección de esta obra, originariamente creada en la Bienal de Liverpool de 2010, para abrir el ciclo es un acierto. En las prácticas neoconceptuales actuales la estrategia en la que se presentan las ideas es casi tan importante como las ideas mismas. Aquí se utiliza el mito del relax en las sociedades acomodadas. En hoteles de alto standing el lounge es una sala especialmente concebida para relajarse, tomar una copa, mantener una agradable conversación en un ambiente confortable. Como no deja de ser un sitio de paso, se busca más la comodidad que el confort cotidiano.

Alfredo Jaar utiliza la estrategia de la confortabilidad para presentar su instalación en el CAAC. A pesar de las paredes y suelo rojo es un espacio acogedor, los sofás son cómodos y las luces perfectas para la lectura (mundo Ikea). Porque se trata de lectura; de la necesaria lectura o relectura de las ideas de Marx y del pensamiento crítico actual derivado de esas ideas. El artista tiene el convencimiento de que en esos libros expuestos en la mesa central se encuentran las soluciones del mundo actual.

Aunque con cierto déficit de traducciones al castellano de bastantes libros, en la instalación se utilizan también algunos títulos en inglés que dan idea de que solo es una selección, la oferta es bastante amplia y variada. Además, los libros están editados recientemente y las ideas que contienen son accesibles, sólo hay que ponerlas en práctica aunque pueda pensarse que es imposible en el mundo actual.

También es imposible, en el tiempo que dura la exposición, poder leer todos los libros que desde la amplitud de lo que se puede entender hoy día como perspectiva marxista abordan cuestiones económicas, históricas, sociológicas y, sobre todo, políticas, pero es, una vez más en el trabajo de Alfredo Jaar, una forma de dar visibilidad a lo que se mira sin ver o de hacer (e)vidente lo que se conoce pero se prefiere orillar. Algo parecido pasaba en la instalación que presentó en la segunda Biacs, aquella sobre la geografía de la guerra donde las imágenes fotográficas de las consecuencias del conflicto estaban suspendidas en cajas de luz y sólo se podía ver su reflejo en la delgada lámina de agua sobre unos bidones negros, lo que hacía pensar en barriles de petróleo o en contenedores de basuras radioactivas que el primer mundo enviaba al tercero, siempre el lugar de los conflictos actuales.

Con esta llamada a la lectura, en realidad se nos incita a reflexionar sobre el desquiciado capitalismo esquizoide que nos vive y domina. Y que ahora, por ejemplo, tenemos muy cerca el ejemplo, nos dicta que ahorremos energía y recursos limitados para hacer sostenible el desarrollo y a la vez nos incita a consumir para que el sistema se pueda mantener.

La instalación se completa, en la entrada de la misma, con una colección de primeras ediciones en diversos idiomas de libros como El Capital o El manifiesto comunista. Quizás pueda parecer contradictorio exponer estos ejemplares como joyas bibliográficas, y por tanto enterradas en el simple valor patrimonial, cuando al lado están las ideas que contienen, bien que revisadas y actualizadas, aún latiendo.

Marx Lounge Centro Andaluz de Arte Contemporáneo. Hasta el 15 de mayo.

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