El matador de toros sevillano Antonio Barrera no tuvo éxito en la corrida celebrada en la Monumental Plaza México, en la que el rejoneador portugués Rui Fernandes y el diestro mexicano Leopoldo Casasola cortaron sendas orejas. Toros de Rancho Seco, bien presentados y de juego desigual. Rui Fernandes, oreja y ovación. Antonio Barrera, silencio en su lote. Leopoldo Casasola, oreja y silencio.
Rui Fernandes dejó buena impresión. Mostró una excelente cuadra de caballos, estuvo lucido, certero en su puntería con el primero y logró cortarle una oreja. Con el cuarto, al que recibió a portagayola, estuvo bien, pero mató de un rejón caído y perdió otro trofeo.
El sevillano Barrera estuvo regular con su primero. Mató de media y descabello y se silenció su labor. En el quinto le molestó el viento, pero tampoco él tuvo la capacidad y el temple para torear al mejor toro del encierro. Acabó de media estocada y dos descabellos.
Casasola, con el tercero, un toro con mucho peligro, se la jugó con alegría. Cogido en tres ocasiones, por fortuna sin consecuencias, estuvo dispuesto y entregado. Mató de soberbia estocada y fue premiado con una oreja con petición de la segunda y el reconocimiento pleno del público. Con el sexto siguió en el mismo plan, pero el toro fue deslucido.
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