Sangre condenada
Sus hijos después de ellos | Estreno en Movistar+

La ficha
** 'Sus hijos después de ellos'. Drama, Francia, 2024, 144 min. Dirección y guion: Ludovic y Zoran Boukherma. Fotografía: Augustin Barbaroux. Música: Amaury Chabauty. Intérpretes: Paul Kircher, Angelina Woreh, Sayyid El Alami, Ludivine Segnier, Gilles Lellouche.
Primera cuestión: que esta película ganara el Giraldillo de Oro del pasado SeFF para luego no estrenarse comercialmente en Sevilla o pasar bastante desapercibida por la cartelera nacional, dice bastante poco del alcance y la repercusión del festival. Segunda: que el jurado en el que estaban Jeremy Irons o David Puttnam pensara que esta cinta era la merecedora del máximo galardón, deja también en evidencia lo trasnochada de su decisión a pesar de la veteranía, o precisamente por eso mismo.
No la vimos entonces, pero la hemos recuperado ahora a su llegada a Movistar+, y así podemos comprobar las muchas carencias y pocas virtudes de un melodrama folletinesco que atraviesa la década de los noventa a través de la rivalidad, moto mediante, entre dos adolescentes problemáticos de un pueblo industrial deprimido, uno blanco, el otro árabe, y las vicisitudes que los atan a unas familias y situaciones que no dejan de caer en picado (el alcoholismo, la violencia, la tradición…) por obra y gracia de uno de esos guiones, basado en la novela de Nicolas Mathieu, que no saben medir las dosis de realismo dentro de la carcasa del género o dibujar con cierta hondura y una mínima complejidad a sus personajes.
Sus hijos después de ellos aspira además a hacer sociología de la debacle de la clase trabajadora en tiempos de crisis económica, también a intentar levantar desde los clichés una historia de amor (imposible, increíble) que sirva de leve hilo conductor para atravesar los cambios de edad, los accidentes, las idas y venidas y el peso del destino como gasolina para el malditismo.
A pesar de todo, los Boukherma (Teddy, Tiburón a la vista) parecen algo mejores directores que guionistas, toman prestado visualmente de aquí y de allá, tiran de caro repertorio musical de época, se miran de cerca en otro filme francés de éxito reciente como Corazones rotos, de Gilles Lellouche, que aparece como padre a la deriva, nos regalan algunos risibles montajes paralelos (sexo/muerte) y se empeñan, después de dos largas horas, en apuntalar con un rayo de luz regeneradora todo aquello que han venido apretando sin piedad hasta entonces.
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