Judith Benhamou-Huet | comisaria y crítica de arte

"El arte transforma, no se puede tener ante él la actitud de un turista"

  • Experta en mercado del arte y en la obra de Warhol y Weiwei, inaugura hoy con el arquitecto iraní Kamran Diba los encuentros 'Mentes creativas' que organiza el Cicus

Judith Benhamou-Huet desciende de sefarditas y está en trámites para recuperar su ciudadanía española.

Judith Benhamou-Huet desciende de sefarditas y está en trámites para recuperar su ciudadanía española. / Juan Carlos Muñoz

La periodista y escritora Judith Benhamou-Huet es autora de un blog donde analiza con un estilo muy directo el mercado del arte y colabora semanalmente con el diario Les Echos y la revista Le Point. Francesa de origen sefardita, está tramitando para recuperar la ciudadanía española y no es casual que el arquitecto y coleccionista iraní Kamran Diba, primo de la emperatriz Farah Diba, que reside entre París y Andalucía, la eligiera para inaugurar el ciclo Mentes creativas del Cicus, una iniciativa que impulsa el gestor cultural afincado en Londres Christian Ravina y pretende fomentar el intercambio de ideas con perspectiva cosmopolita más allá de las raíces y la identidad. Diba y Benhamou-Huet dialogarán hoy a partir de las 12:30 en la sede del Cicus en Madre de Dios.

-¿Cómo llegó al mundo del arte?

-Escribo sobre arte desde hace tres décadas pero comencé haciéndolo sobre el mercado del arte y su impacto en la sociedad. Escribí un libro traducido a varios idiomas pero no al español aún, Art Business, y tras ello me consagré al arte internacional, viajando constantemente. Mi formación es autodidacta en este campo porque mi licenciatura fue en política y derecho. Tras escribir muchos libros soñé con pasarme al otro lado, es decir, convertirme en comisaria. Y debuté con una muestra en la que exploraba la relación de Andy Warhol con la televisión y los programas que creó para nuevos canales como New York Cable. La muestra fue todo un éxito en París, Lisboa y Brasil. Tras ella en 2014 abordé un proyecto diferente: una muestra en el Museo Rodin de París donde relacionaba las fotografías de Robert Mapplethorpe con la escultura de Auguste Rodin, un diálogo que arrojaba luz sobre temas comunes. Había comenzado a trabajar sobre Mapplethorpe gracias a las entrevistas que realicé a los protagonistas de la vanguardia neoyorquina de los años 50 y 60. Fue una figura que cambió la fotografía, al crear un vocabulario único que era a la vez clásico y controvertido, pero también un icono gay. Mi exposición subió mucho las visitas al Museo Rodin y me congratulo por ello.

-El año pasado inauguró en el Mucem de Marsella un proyecto con Ai Weiwei, uno de los artistas más célebres y comprometidos. ¿Fue fácil trabajar con él?

-Por las características del museo propuse organizar una muestra sobre la relación de Ai Weiwei con los objetos cotidianos. No parecía probable contar con él, inmerso como está en proyectos por todo el mundo. Cuando le conocí en China aún estaba en arresto domiciliario pero luego se convertiría en una estrella casi inaccesible. Sin embargo encontré un modo de implicarlo: su padre fue un célebre poeta chino, Ai Qing (1910-1996), que desembarcó en Marsella en 1929 para conocer París. Llegó precisamente a los muelles donde ahora se levanta el Mucem. Así que le pedí a Weiwei hacer el viaje de su padre, venir a Marsella, descubrir la colección del museo y homenajear a Ai Qing. La muestra mezclaba poemas del padre, maquetas de los barcos en los que viajó a Marsella e instalaciones de Ai Weiwei en contacto con la colección del Mucem. Fue un diálogo fértil entre Oriente y Occidente que atrajo a 200.000 visitantes, lo que para Marsella es muchísimo.

-En sus artículos y especialmente en su blog se aproxima al arte sin prejuicios y con mucho rigor. ¿Qué grandes artistas cree que han definido nuestro presente pero son aún superficialmente conocidos?

-Jeff Koons, por ejemplo, es un artista conceptual y pop mucho más interesante y sofisticado de lo que la gente cree, no es en absoluto superficial. Lo mismo ocurre con Ai Weiwei, su obra está llena de referencias a la cultura tradicional china por lo que para entenderle y trabajar con él debes sumergirte en la literatura, la política, la historia y hasta el humor chino, que es una parte esencial de su obra. Y lo mismo vale para Gerhard Richter, a quien ahora podemos admirar en el Guggenheim de Bilbao con una muestra visualmente muy potente centrada en exclusiva en sus paisajes marinos. Richter es uno de los grandes artistas de nuestro tiempo, mucho más que un pintor o un escultor, es el creador de una concepción del mundo inédita. Pero la gente sólo ve lo fácil, lo superficial, y eso es lamentable. No podemos acercarnos al arte como si estuviéramos de turismo, el arte es una experiencia compleja y transformadora.

Entre sus libros más recientes destaca el dedicado a Robert Mapplethorpe. Entre sus libros más recientes destaca el dedicado a Robert Mapplethorpe.

Entre sus libros más recientes destaca el dedicado a Robert Mapplethorpe. / Juan Carlos Muñoz

-Su visión geopolítica del arte no deja indiferente y hablará de ella con Kamran Diba, creador de una de las mejores colecciones de arte de Irán. ¿Qué países concentran hoy el mercado del arte?

-Tras tener varias casas, esposas y diamantes, los millonarios empiezan a comprar arte en todas partes, es una convención social y un modo de pertenecer muy rápido a un club selecto y a la moda. Es cierto que China ha subido mucho pero América sigue ocupando el primer puesto porque el coleccionismo se mantiene allí como una misión social entre los más poderosos. En Londres el mercado es fuerte pero compran sobre todo los extranjeros, por ejemplo, los rusos. La geopolítica del consumo del arte es algo increíble y vemos que en Oriente Medio se compra mucho aunque Dubái está bajando frente a Abu Dhabi, que tiene un Louvre y es la nueva meca del arte en la región, y lo será aún más cuando se inaugure el Guggenheim que proyecta Frank Gehry.

-¿Qué posición ocupa hoy París en toda esta trama cultural?

-No soy chovinista porque vivo en muchos sitios a lo largo del año pero creo que la oferta expositiva de París, sumando museos y galerías dedicados a todas las épocas, es superior a la de Nueva York y Londres. Cada vez tenemos mejores colecciones, como la del empresario Bernard Arnauld: en 2014 abrió el museo Louis Vuitton que realiza muestras muy importantes, como la que dedicó a los tesoros de Courtauld. Ahora François Pinault va a abrir cerca de Les Halles otro museo, en la sede de la Bolsa del Comercio, un edificio que interviene el Premio Pritzker Tadao Ando y será increíble, algo importante para Francia.

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