En el vientre de la ballena marciana
EEUU, 2010, Fantástico, 92 min. Dirección: Colin y Greg Strause. Guión: Joshua Cordes, Liam O'Donnell. Intérpretes: Eric Balfour, Scottie Thompson, Brittany Daniel, Crystal Reed, Neil Hopkins. Cines: Al Andalus Bormujos, Al Andalus Utrera, Arcos, Cinápolis, Cineápolis Montequinto, Cinesa Plaza de Armas 3D, Cinesur Nervión Plaza 3D, CineZona, Los Alcores, Metromar.
Dada la situación del actual cine norteamericano resulta cruel la idea de soltar en Los Angeles monstruos alienígenas que se alimentan de cerebros. Destino cruel para un bicho comecocos el de depender de la masa encefálica allí donde, al menos aplicada al cine, poca parece haber tras tanta como hubo. A lo peor los marcianos se confundieron de época y creyeron aterrizar sobre Los Angeles de hace 40 o 50 años, cuando en Hollywood sobraban los cerebros jugosos. Quién sabe.
Las películas de monstruos eran divertidas, entrañables y hasta reivindicables cuando estaban confinadas en la serie B o cuando un talento superior las elevaba de tono sin salirse de la modestia de medios. Pero desde que se han erigido en estrellas supermillonarias de las taquillas y han invadido las pantallas como los marcianos invadían la tierra, han dejado de tener gracia sin ganar, en la mayoría de los casos, calidades. La abundancia de medios y los avances técnicos las han hecho reiterativas, poco imaginativas y perezosas. La abundancia de títulos las ha hecho jartibles.
Versión más cara, y por ello menos imaginativa, de Monstruoso; y más barata, y por ello menos espectacular, de La guerra de los mundos, esta película limita con visualizaciones a través de efectos lo que debe poner la imaginación del espectador. Pero -pese a que ofrece algunas imágenes impactantes, sobre todo la secuencia del garaje y el final- no logra la terrorífica sugestión espectacular de la adaptación de H. G. Wells por Spielberg. Todo ya visto. Entretenido, pero cansino. Aunque no engaña a nadie y en parte la redimen sus alucinantes y extravagantes últimos 10 minutos, que parecen la pesadilla de un tecno-Pinocho en el vientre de la ballena marciana.
Que los directores, los hermanos Colin y Greg Strause, sean expertos en efectos especiales (Avatar o Iron Man 2) no sorprende.
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