DIRECTO Jueves Santo en Sevilla, en directo | Semana Santa 2024

El tiempo El tiempo en Sevilla para el Jueves Santo y la Madrugada

Giorgia Meloni, el domingo por la noche.

Giorgia Meloni, el domingo por la noche. / EFE

LA derecha ha ganado las elecciones en Italia, y lo que toca ahora en la izquierda es volverse a equivocar, errar en explicaciones que rozan el pensamiento mágico como ésa que sostiene que la causa ha sido la alta abstención, como si los votantes progresistas y obreros fueran una realidad perenne y mayoritaria, un ser inmutable que, en ocasiones, no se manifiesta porque hiberna. La solución, que ya la conocerán porque la han escuchado muchas veces, es la movilización. Si votamos, ganamos. Magia.

Otra milonga sostiene que son los partidos tradicionales conservadores los que blanquean a la extrema derecha, a la derecha populista o a la nueva derecha, como quieran denominar a quienes han ganado en Italia y se han colocado en Suecia en un segundo puesto con el 20%. o a Vox. Giorgia Meloni, en efecto, proviene de un partido postfacista, Alianza Nacional, pero es que su aliado Matteo Salvini, ex ministro de Interior y líder de la Liga, no se le queda atrás en la exhibición de la xenofobia.

El tercero de la coalición es el peor, el paradigma de la terrible deriva italiana desde que en los años noventa se derrumbó el viejo sistema de partidos: Berlusconi.

Lo más parecido a un conservador tradicional que se presentaba a las elecciones italianas era Enrico Letta, líder del Partido Democrático, de origen demócrata cristiano y destacado miembro en su día del Partido Popular Europeo. Letta, que sería un supuesto blanqueador, concibió su propuesta electoral como el único modo de frenar a la ultraderecha. Otro craso error, esto de votadme a mí que serviré de cordón sanitario a una coalición que ha obtenido... el 42,87% de los votos.

Italia es Italia, sus dos últimos primeros ministros, Guiseppe Conte y Mario Draghi, ni siquiera se habían presentado a las elecciones, fueron elegidos por los partidos porque eran incapaces de alcanzar acuerdos y porque el país disfruta de una jefatura del Estado con poderes constitucionales –y sensatez, en la figura del viejo Sergio Mattarella– que ejerce de padre en la pelea de niños. Hermanos de Italia no es más que una imagen especular del Movimiento Cinco Estrellas, otra sigla para enmarcar en la pared de las excentricidades políticas.

Mario Draghi, el más admirado de los italianos, se marcha tranquilo, la malla está colocada, y ahora veremos cómo se nombran a ministros de Estado que den tranquilidad a Bruselas. Eso es Italia.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios