Hasta luz nueva se ha instalado para la gran fiesta que esta noche se vivirá en Carranza. Con el Cádiz rumbo a Primera que se las pela y el cadismo viviendo días de vino y muchas rosas, el Ramón de Carranza va a escenificar por vez primera un partido oficial de la selección absoluta. Y será contra Malta, una selección que ya figura de pleno derecho en nuestra historia mejor por aquel suceso de diciembre de 1983 en Heliópolis.

Y Cádiz anda piafante por todas sus esquinas en esta ilusionante cuenta atrás de ser anfitrión del equipo de todos en un partido con cosas en juego. Lejano queda aquel choque con Hungría que se perdió por un tiro del magiar Garaba desde Cortadura que Paco Buyo se tragó para derrotar a un equipo que iba afinando conceptos de cara a la Eurocopa. Una noche, por cierto, en que como hoy estrenábamos equipación con el gallo francés luciendo en el pecho.

Entonces era Le Coq Sportif la marca elegida para que la aventura francesa la afrontáramos con cierta familiaridad. Hoy no se cambia de marca, pero sí de diseño tras el coqueteo con la tricolor que tantas ampollas levantó. Y curiosamente, aquella noche con Hungría en que se empezaba a preparar una Eurocopa fue tras la histórica masacre a Malta en el Villamarín. Fue un mes después y no nos jugábamos nada; no como hoy, en que procede ganar ya para asegurar el liderato.

Malta es poca cosa en el concierto futbolístico, pero convendría ir ajustando piezas porque la excursión escandinava no resultó como se esperaba. Demasiadas dudas en Noruega y Suecia que hay que ir corrigiendo, ya que el tiempo vuela en fútbol y ya mismo nos vemos en el cáliz que el equipo puede tener que beber en San Mamés. Ajustar la defensa es el reto más urgente que tiene por delante el seleccionador y esta noche, con Carranza en fiesta, es la primera prueba, conque...