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La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Sánchez, de Pinocho a Strómboli

Pinocho convertido en Strómboli, Sánchez ha hecho del PSOE un teatrillo de títeres

El PSOE y Sánchez, Sánchez y el PSOE, no son una única y misma cosa, hay pluralidad interna que puede manifestarse sin ser decapitado y respeto a quienes disienten porque la suma de opiniones es riqueza. …Y en el monte las sardinas.

Comparar el rechazo inicial al divorcio con la oposición o siquiera la crítica a los indultos no es retorcer los argumentos, sino demostrar con limpieza que la derecha, desde la Segunda República a hoy, es una y la misma, caverna de reaccionarios, fascio redentor y guardia sobre los luceros. …Y en el monte las sardinas.

Que Juan Espadas reclame que "Andalucía no sea menos que nadie" demuestra que su compromiso con la comunidad que aspira a presidir no le impedirá protestar airadamente y actuar con decisión si el Gobierno de la nación perpetúa y agranda la desigualdad entre los territorios de España, por ejemplo, para contentar a los catalanes. …Y en el monte las sardinas.

Porque Espadas es un hombre moderado, centrado, quizás en la estela de los antiguos Cristianos por el Socialismo, que no pagó los favores recibidos diciéndole a Sánchez "vas a contar con el PSOE de Andalucía respaldando las políticas de Gobierno" (eutanasia incluida, supongo). …Y en el monte las sardinas.

El Comité Federal del sábado no rindió pleitesía a Sánchez, no fue un muestrario de alfombras y alfombrillas, no impuso un pesado silencio cuando se mencionó a "la caída" ni aplaudió con entusiasmo al amado líder y a su delfín andaluz; por el contrario, allí se expresó con total libertad el presunto disgusto de muchos socialistas ante los indultos, el de muchas socialistas por la ley LGTBI, la autocrítica del partido por el fracaso madrileño o la inquietud ante el seguro acrecentamiento de desigualdad entre los territorios. …Y en el monte las sardinas.

En esta rara versión del cuento, Pinocho, decidido a no volver a ser nunca una marioneta después que le cortaran los hilos el 1 de octubre de 2016, en vez de en un niño socialista ha optado por transformarse en un Strómboli flanqueado por sus propios Honrado Juan y Gedeón -el zorro astuto y el gato bobo- y convertir su partido en un teatrillo de títeres. Sorprende que cuando se inició el Comité Federal no se oyera desde la calle el "Ahora que estamos reunidos, ahora que estamos reunidos…" de la popular canción infantil. Y que dentro, a Espadas, Puig, Armengol, Illa y compañía no se les vieran los hilos.

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